Por Matías Longoni.-
Esta es una crónica con audios. Los mensajes de WatshApp que circulan por los teléfonos y llegan a decenas de personas en muy pocos minutos sirven para entender el contexto en el que este miércoles desde las 11, en sendas asambleas, los trabajadores de la avícola Cresta Roja podrían definir la suerte de esta firma recuperada en los primeros meses de la gestión macrista, y cuyos bienes acaban de ser traspasados por la justicia al consorcio Proteinsa.
El 27 de diciembre, según afirma este facsímil, la jueza a cargo del concurso de la ex Rasic, Valeria Pérez Casado, adjudicó definitivamente a Proteinsa las propiedades y marcas pertenecientes a la que supo ser hasta 2015 la segunda avícola argentina. Liderado por Ovorpot, Proteinsa se había impuesto en un concurso judicial a otro consorcio liderado por Granja Tres Arroyos, la líder del mercado.
¿Hizo bien la jueza? La pregunta resulta inevitable sabiendo lo que sucedió apenas horas después de esta adjudicación. Las plantas industriales 1 y 2 arrancaron el año sin faena y sus trabajadores eran enviados nuevamente a sus casas. El último viernes de 2017, además, se habían incumplido ciertos pagos al personal.
En el campo, mientras tanto, las granjas que son propiedad de Cresta Roja tenían los galpones llenos. Pero muchas granjas “integradas” decidieron romper sus contratos con la firma debido a los persistentes retrasos en sus pagos. Lo mismo hicieron varios proveedores de alimentos balanceados a Proteinsa, hartos de la falta de dinero para cancelar sus envíos.
¿Por qué los nuevos dueños de Cresta Roja no dejaron entrar a la gente a trabajar esta semana? En este audio un trabajador de la Planta 2, donde los delegados provienen de las alas más “combativas” del sindicalismo, anticipa una asamblea muy dura a partir de las 11. “Los delegados anunciaron que iban a ir por todo. Además salen 260 persona de vacaciones y el chabón dice que no tiene plata para depositar vacaciones. El chabón tiene la guita, pero se hace el boludo y no quiere invertir en nada”.
El “chabón” no es otro que Santiago Perea, el titular de Proteinsa y quien maneja la avícola desde enero de 2016, por decisión de la jueza y con la anuencia del gobierno de Cambiemos. En tono de fiesta por la recuperación, el propio Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal participaron del acto del reapertura.
“Ya uno ya se cansa de esperar si va a estar la plata o no. El chabón te da vueltas y vueltas. Uno ya se pudre esperando si aparecen los depósitos”, relata el trabajador, que además describe cómo los Perea festejaban el viernes la última resolución de la jueza Pérez Casado.
Pero lo más inquietante surge sin duda de este nuevo audio que circuló el martes por todos los teléfonos. Quien habla es el propio Santiago Perea, que admite que no tiene el dinero suficiente como para asegurar al mismo tiempo la continuidad de la faena y los pagos correspondiente a las vacaciones de los trabajadores. “Si se la ponemos a la gente, mañana los pollos siguen sin comer y se terminó la empresa y no hay producción”, reconoce el empresario.
Cresta Roja, es evidente, comenzó el 2018 caminando sobre la cuerda floja. Y una vez más son los trabajadores los que se encuentran entre la espada y la pared por malas decisiones de los empresarios, de los funcionarios judiciales y del actual gobierno, que avaló todo lo sucedido hasta ahora.
A partir de las 11 se sabrá. Como ha sido habitual en esta larga historia, la asamblea de la Planta 2 será la más ruidosa y posiblemente disponga medidas de fuerza. En la de la Planta 1, en tanto, seguramente se escucharán voces más proclives a agachar la cabeza y seguir laburando, porque más allá del abismo no parece quedar otra alternativa.
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