Para la agrónoma Georgina Catacora Vargas, la agroecología es un transdisciplina en la que convergen distintos conocimientos, para llevar adelante la producción de alimentos, pero respetando todas las formas de vida que existen.
Sucede que para esta profesional boliviana, actual presidenta de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología (SOCLA), lejos de encasillar a dicha práctica como ciencia o menospreciarla como una simple ideología, es más importante asumir que la agroecología se ofrece como una alternativa viable a “la crisis” que ha desatado agricultura convencional.
“La agroecología es toda una propuesta social, una propuesta también política y definitivamente un ejercicio en diferentes niveles de quienes somos gestoras y gestores de los ecosistemas. Entonces, la agroecología es una transdisciplina, pero también es una decisión de generar procesos donde el cuidado de la vida está en el centro y con esto se pueda generar un bienestar a la mayor cantidad posible de personas”, dijo Catacora Vargas en una entrevista con Bichos de Campo, luego de la apertura del último Congreso Latinoamericano de Agroecología en Asunción.
Mirá la entrevista a Georgina Catacora Vargas:
Desde su función objetiva de un agrónomo, la presidenta de SOCLA consideró que la agroecología también funciona dentro de los sistemas productivos. “La agroecología es más que una herramienta porque nos ayuda es gestionar procesos socio-ecológicos”.
“Particularmente yo, que trabajo como docente, investigadora y asesora de política pública, la agroecología nos ha dado ejemplos concretos de cómo podemos gestionar la pérdida de biodiversidad, gestionar y revertir el deterioro de suelos, la resistencia a eventos climáticos extremos, sequías e inundaciones, por ejemplo”, enumeró.
“La herramienta agroecología también nos ayuda a gestionar la inclusión de mujeres en contextos donde tienen muy poco apoyo, falta de acceso a la asistencia técnica, a créditos, etcétera. Nos ayuda a gestionar y repensar cómo podemos involucrarnos con las juventudes, y a las juventudes involucrarse con los otros procesos”, amplió.
“No es que la agroecología lo va a resolver todo y no es proponer a la agroecología como la solución mágica para todo, pero sí tiene aportes fundamentales que cuando se la implementa con base a sus principios, tiene capacidad de respuesta. Y eso lo vemos hace mucho tiempo en los territorios”, continuó diciendo.
Por esta y otras razones, desde la red SOCLA están intentando imprimirle mayor contenido científico a este filosofía productiva. Para eso tratan de involucrar a la academia en cada uno de los procesos.
“Unas de nuestras características fundamentales es que estamos integrados por una diversidad de personas que trabajan en la agroecología desde la generación e implementación del conocimiento en los territorios. Por lo tanto, no solo se involucran académicos y académicas, sino también que hay personas con compromiso, que trabajan en las ONG y en otras entidades de investigación que llevan procesos populares y que contribuyen a la generación de información científica con base en el conocimiento campesino”, explicó
Para la agrónoma y todos lo miembros de la sociedad esta fusión de experiencias se denomina “diálogo de saberes” y sirven para fortalecer las prácticas agroecológicas, al tiempo que se genera una comunidad latinoamericana entre todas aquellas personas que trabaja en estos procesos.
-¿Esta es la primera vez que se vuelven a juntar en un congreso los integrantes de SOCLA después de la pandemia, cierto?
-Si, de manera presencial hace seis años que no lo hacíamos. El Congreso de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología se realiza cada dos años y los últimos dos congresos han sido en formato en línea. Después del 2018 esta es la primera vez que nos encontramos después de la pandemia en un formato presencial (en la Universidad Nacional de Asunción, Paraguay). Pero la comunidad agroecológica tiene mucha trayectoria, todo el movimiento de pensamiento agroecológico comenzó a oficializarse en los 80 y aunque Inició primero con organizaciones de la sociedad civil, luego se fue sumando una academia crítica. Ahora el movimiento agroecológico es muy amplio en Latinoamérica, con mucha fortaleza y con mucha creatividad.