Entre la gran cantidad de personas que han empezado a cuestionar el modelo productivo vigente en la Argentina, concentrado en la soja transgénica y el uso intensivo de agroquímicos, el entrerriano Rubén “Kika” Kneeteman corre a la delantera, un paso adelante. Luego de una larga militancia denunciando los consecuencias de ese modelo, ahora está al frente de la primera experiencia concreta que lanza el sector público para reemplazarlo por otro, construir algo distinto. Es decir que Kika ya no denuncia. Ahora tiene la chance de demostrar que se pueden hacer las cosas de otro modo.
A 230 kilómetros de Buenos Aires, el departamento entrerriano de Gualeguaychú es el escenario de este intento. Allí sucedió una de las peleas ambientales más intensas que haya vivido el país, con la asamblea ciudadana que trató por muchos medios evitar la radicación en la vecina Fray Bentos, en Uruguay, de la pastelera Botina. Pero allí también pasó en 2008 que un grupo de chacareros comandados por Alfredo De Angeli se alzó en defensa de la soja y en contra las retenciones. Hay allí gente para todos los gustos.
Ver Gualeguaychú prohíbe el glifosato y le corta las piernas al Mellizo
En abril de 2018, Gualeguaychú -con más de 100 mil habitantes- aprobó además una ordenanza que prohíbe el glifosato en buena parte de su territorio. Kika tuvo bastante que ver con aquella decisión, pero sobre todo encarna -a partir de aquella- otra definición política de envergadura: se pretende construir un modelo productivo diferente, por lo menos en ese distrito. Actualmente Kneetenam es el coordinador del PASSS (Plan de Alimentación Sana Segura y Soberana) de ese municipio.
-¿Por qué prohibieron el glifosato en Gualeguaychú?- le preguntó Bichos de Campo.
-El glifosato se prohíbe en respuesta de una demanda de la comunidad. De más está decirles que es mucho lo vivido con todas las enfermedades en nuestra pampa húmeda, todas las malformaciones, los chicos con espina bífida, los labios leporinos…
-Vos has trabajado de maestro rural. ¿Viste en persona todo eso?
-Sí, por supuesto. Lo vemos, lo sufrimos. Se nos mueren nuestros vecinos de cáncer, nuestros parientes, nuestros padres, nuestros hermanos. ¿Cómo no lo vamos a ver? Salvo que no queremos verlo… Pero el cáncer no es un destino. Tenerlo como (si fuera) una gripe en todos estos años no ha sido lindo, ha sido bien tortuoso, Y además cuando uno ha querido llamar la atención, desde los pedidos de conciencia, hemos sido arrinconados. Éramos los locos, los fundamentalistas. Pero el único fundamento que tenemos es la vida. En cambio, otros tienen otros fundamentos y de esos no se hacen cargo: de engordar sus bolsillos, de envenenar los suelos, los ríos, las lluvias, el aire.
Mirá la entrevista completa con Rubén “Kika” Kneeteman:
Es muy difícil entrevistar a Kika, que como dijimos está siempre un paso adelante. Interrumpe las preguntas porque ya sabe qué vamos a preguntar. Y construye sus respuestas con un inapelable sentido común. Si queremos preguntarle por qué denuncia lo que denuncia, él replica que ya no quiere denunciar más. Que ya ha pasado a otro estadío de esta lucha.
Dice: “Nosotros ya no queremos discutir si el veneno envenena, si el tóxico intoxica, o si el alimento con veneno es alimento. Esa es una discusión que es para otros, que pierdan otros tiempo en eso. Nosotros vamos a construir otro mundo, donde el alimento es sano o no es alimento”.
-¿La agricultura moderna no produce alimentos?
-La agricultura es la cultura del campo, Después lo otro es otra cosa: estarán haciendo negocio, estarán buscando rindes, estarán haciendo negocios inmobiliarios o de renta, o de nuevas colonias. Ahora, la agricultura es otra cosa, es lo que hicimos durante miles de años.
-Pero ustedes prohibieron el glifosato, que es un insumo de muchos agricultores…
-Y ha sido de un nivel de osadía y de coraje importantes. De conectar con una demanda social. Pero esa demanda no se produce porque cayó un meteorito. Tiene que ver con un proceso. Gualeguaychú tiene una mirada desde las luchas antipastera, que por supuesto ponía el foco en otro lado (la vecina orilla del río Uruguay)- Ahora Gualeguaychú se hace cargo de debatir lo que estamos haciendo nosotros, con las complejidades que tiene esto.
-¿Qué quiere decir?
-Pelear contra Botnia o contra la Barrick Gold es fácil, porque te quedan lejos, en Finlandia o en Canadá. Pero cuando vos denunciás el modelo extractivista sojero, de envenenamiento de los suelos y el agua, el que lo hace es tu amigo, es tu suegro, es tu vecino, tu primo, tu compañero de la secundaria. El soldadito de esta guerra química está afectado como vos, desde los sentimientos y las relaciones. Por eso esta lucha ha sido tremendamente difícil.
-¿Por qué sería más difícil, si hablan el mismo idioma?
-El primer problema es que si alguien reconoce que está envenenando el agua o se está quedando sin suelo tendría que cambiar. ¿Y quién quiere cambiar en esta situación? Cambiar implica un proceso.
-Hay muchos que n i se plantean cambiar algo que creen que está bien hecho. Esto es porque digamos que el ‘agronegocio’ construye un relato propio, sobre la necesidad de alimentar al mundo…
-Sí, pero es mentira. Nunca hemos tenido tanto conocimiento, tanta tecnología, tanta economía ni tanta finanzas, como ahora. Y sin embargo tenemos cada vez más hambre. Es un bolazo. Además yo empezaría por discutir si lo que producimos es alimento. Esto es comida para chanchos, es para hacer biocombustibles; el alimento es otra cosa. Es sentarse en familia, son economías de cercanía. El alimento o es sano o no es alimento.
-¿Y alcanza con prohibir lo anterior? ¿Prohibir el glifosato?
-Para nada, esto es una punta de lanza. Tampoco tener un plan como el PASS te permite decir que mañana estará todo solucionado. No es una decisión política. Vos podes tener un plan muy bien fundamentado, pero si vos mañana querés ir a comprar un pan orgánico en Gualeguaychú no lo vas a conseguir. Si mañana cayera un haz de luz en todas las conciencias y todo el mundo quisiera comer sano, estaríamos en problemas. Nosotros necesitamos productores, quien comercialice, quien transforme, y necesitamos una comunidad queriendo eso.
-Supongo que a eso apunta el programa. ¿Qué es el PASSS?
-Es una preocupación, una iniciativa política. Es definir que si el alimento no es sano entonces no es alimento, es cualquier otra cosa. Seguro, porque tiene que ver con el acceso humano. Y soberano por los mercados de cercanía. El alimento no puede seguir viajando como turista, por miles de kilómetros. Por eso este programa tiene tres ejes: la producción, la comercialización y el consumo consciente.
Kika Kneeteman sabe que el proceso será muy largo. El PASSS, por ahora, abarca una serie de iniciativas para reemplazar lo viejo, que pasan por el apoyo a la agroecología y a nuevas formas de produccción, que no todos los productores aceptan o comprenden. La entrevista con Bichos de Campo la realizamos en Las Piedras, un viejo predio de la municipalidad donde antes funcionaba una escuela agrotécnica, que casi no lo usaba. Tiene 60 hectáreas en las que Kika y sus colaboradores están tratando de poner en marcha lo que sería la primera estación experimental agroecológica de toda la Argentina, pues hay planteos de ganadería regenerativa, una fábrica de bioinsumos que reemplacen el glifosato, gallineros móviles y hasta se proyecta una colonia hortícola agroecológica.
“Este es un lugar de mostrar, de charlar con los productores. Y además al lado está la reserva de monte nativo, que ahora creció a 200 hectáreas. Ahí es donde está la sabiduría. Si nosotros perdemos el monte, perdemos todo. Entender cómo funciona el monte para luego entender cómo funciona el planeta es parte de lo que se va a aprender acá”, afirma Kika.
El funcionario de Gualeguaychú viene de implementar un sistema de reciclado de residuos mediante una cooperativa que funciona bastante bien y cuyas ganancias permiten solventar parta de los gastos para dar impulso a la agroecología en el distrito.
“Nosotros somos parte de una sociedad enferma que gasta y consume. Lo enterramos y listo. Pero Gualeguaychú debe ser uno de los lugares que mejor trabaja, pues un buen porcentaje de su gente separa los residuos. Que esa plata sea puesta en alimentos y que vuelva a los cooperativistas es comenzar a cambiar algunas lógicas”, nos dice el maestro rural.
-¿Y los productores tradicionales cómo reciben estos proyectos? Porque prohibirle a ellos un herbicida finalmente es prohibirles una herramienta de trabajo… Es como sacarme a mi el micrófono.
-Para nada. Prohibir un veneno es un grado de libertad. Ghandi decía que hay que liberar a las víctimas pero también hay que liberar al victimario. El cambo climático no tiene grietas ni ideología. Hay un solo planeta y revienta, y está dando señales por todos lados. Estamos enfermos de soledad, de urbanismo y de modernidad. Entonces volver al campo y entender cómo funciona el planeta es un esfuerzo absoluto.Enfrente critican los que están para hacer guita. Por supuesto que muchas cosas se discuten con el bolsillo, pero nosotros vamos a cambiar el día que cambiemos el corazón y la cabeza. Tenemos que salvar el planeta ya, urge. Que otros discutan cosas, que nosotros estaremos construyendo otro mundo. No tenemos más tiempo.
-¿Ves a los productores de Gualeguaychú en sintonía con esta necesidad?
-A cada uno le llega a su momento en el momento justo. Hay alguno que llega por desesperación, otro que se fundió, otro que quiere resignificar su vida, y otros que van a tardar mucho más. No todos se quieren bajar del Titanic. Pero este proceso es irreversible. Hay algo que surge y algo que se hunde. Lo que está surgiendo es muy bonito. Y todos llegaremos a eso: por elección o por desastre.
Sigan peleando que mucha gente los apoyamos.
Ojalá muy pronto suceda el cambio que predica Kiko. Cada vez somos más los que entendemos la urgencia del nuevo paradigma
Fundamentalistas, primero adonde están los estudios de causalidad, una barbaridad lo que dice este hombre, y después es fácil sin ponerse el saco de productor sin vivir del campo opinar y dar un ejemplo con una huertita.
el 70% del glifosato se hecha en campos alquilados donde tampoco vive nadie. el resto viven muy pocos o casi nadie donde se aplica.. salvo las escuelas o los peones..
si tuvieran que hacer aprobar las evaluaciones de impacto a ambiental de cada aplicacion e inclusive de las cientos de miles de aplicaciones que se realizan en una misma zona va preso el funcionario que se los autoriza..
Los químicos solo generan muerte y alimentos envenenados , el creer q no se puede tener una agricultura autosustentable y agroecologica es una mentira , el tema es ustedes se creen dueños del mundo por producir en masividad , , es imposible que entiendan si no sé ponen en el lugar del otro
Esperanza para los que sufrimos las fumigaciones. Sobreviví a crisis bronquiales y a cáncer de piel. Horas de denuncias, exposiciones en todos los ámbitos, la loca que no nos deja cosechar los porotos (me llamó el señor del tractor). Hoy no fumigan. El campo lindero ha sido nuestro victimario. Espero que Kika y tantos otros humanos consigan el equilibrio. Fuerza y adelante.
yo comparto el informe interesante me gustaría concurrir a una charla pero estoy muy lejos.
Comunistas talibanes, ni tienen idea de nada. Inservibles parásitos.
Responde con fundamento, sacate el disket, de tu cerebro, te hace mal
Es facil pegarle al cardo con la chota ajena.Esa agricultura asesina, diabolica y envenenadora paga los impuestos, para que estos divagantes de escritorio metan panico a la poblacion. Para los agricultores es mucho mejor. Menos produccion. Mayor valor.
Hasta amo
Orgullosa de mi coprovinciano Recuerdo el compañero de Basavilbaso q falleció por el glisofato que fue un tema periodístico del periodista Méndez de C5 N
Sueño con que algun dia, Argentina, encuentre el camino para erradicar los pesticidas y encontrar una solución y ser ejemplo en el mundo!
Ojalá algún día logremos que entiendan y dejen de envenenar nuestra tierra y de matarnos para llenar sus bolsillos. Gente egoísta e insensible que no piensa siquiera en los suyos.
El glifosato mata la tierra porque la empobrece, mata gente por las mutaciones, la teratogenesis, los cánceres diversos, como los linfomas y todavia hay desalmados que los usan y se enriquecen disfrazados de productores chatarreros.. soldaditos de MONSANTO O BAYER.. INSANOS QUE ENVENENAN A SUS PROPIOS HIJOS ¡¡!
Soy productor de toda la vida, mi familia produce hace mas de 100 años. Si el sistema agroecologico que proponen permite que mis hijos estudien y podamos vivir dignamente. Pasame la informacion y los costos…………..
“Nosotros ya no queremos discutir si el veneno envenena, si el tóxico intoxica, o si el alimento con veneno es alimento. Esa es una discusión que es para otros, que pierdan otros tiempo en eso. Nosotros vamos a construir otro mundo, donde el alimento es sano o no es alimento”
Me gustaría saber, además del glifosato que hacen con la fabrica que muele vidrio a cielo abierto en la entrada de Gualeguaychú
No entiendo de gente como Kika el fundamentalismo debie contra los avances de la síntesis química y negarse a realizar una agricultura que puede convivir la ciencia con lo cultural. No sé entiende pq se niegan al buen uso de lo químico combinado con la agroecología. Alguien se imagina curando al coronavirus sin vacuna.
Estos vagos ecológicos son parásitos porque todos los días comen alimentos de nuestro campo . Habría que echarlos de sus empleos que se pagan con las retenciones y con los impuestos que paga el agro. Hay la misma cantidad de cánceres en BS as que en Gualeguaychú. No existe ninguna comprobación científica que el glifosato dale la salud. Es una distancia que mata vegetales. No animales. Es un tema de educación y me preocupa que esté militante desinformado sea docente. Que enseña si no sabe nada?
Tengo una vaga sensación de alegria. Los que acuerdan con kika se entusiasma. Los que no simpatizan lo hacen con la misma energía del glifozato. O sea, le tiran a matar. Por mi parte, aprecio la diferencia esa es mi alegria
Soy Ing Agr y me emociona leer estos artículos; saber que hay una lucha importante por revertir el desastre que ha causado en el mundo la revolución verde, que supuestamente la idea era producir mas alimento porque la población crecía (y supongo que era para que todo el mundo tuviera lo mínimo para comer diariamente). En fin aún existe pobreza y eso que la RV empezó a mediados del siglo pasado y lo más grave aún que la falta de diversidad y el uso indiscriminado de los recursos naturales para producir están destruyendo el medio ambiente donde vivimos todos, sumada la contaminación con agroquímicos. AMEN, lo que plantea Kika es lo mejor; los que protestan por lo que platea Kika es por la simple razón que es mas fácil no cambiar, seguir así (total los daños no lo van a sufrir loe que viven ahora – el presente- sino sus hijos y nietos, pero claro eso no se vé…..
Sería interesante que los gobiernos “premien” a los productores que reduzcan el uso de agroquímicos. Porque si todo se reduce a un problema de.”bolsillo”, si bajo mi productividad al cambiar el sistema de trabajo, que sea compensado con menos impuestos y menos retenciones. El productor al ver que no pierde y gana reconocimiento social, seguro que da un timontazo a su proceder.
Este país no funciona más…. Está democracia ilimitada de porque gente sin preparación técnica pide hay que darle está por acabar…. Y cuando implosione va a estar hermoso de ver…. Desde afuera del país donde hay que estar…. Es preferible ser empleado en el extranjero que propietario en esta tierra llena de ingratos…. Sin glifosato seguiríamos en el 2001…. Ignorantes
Basta de glifosato. El cuento de que es inocuo, ya no se lo cree nadie. Nos están envenenando, al envenenar los alimentos y el agua que consumimos. Comienza una nueva era. Desaparecido el glifosato, aparecerán rápidamente productos o practicas agrícolas inocuas que lo reemplacen. El Dinero que genera el glifosato, hace que no se incentive la investigación para encontrar un producto o una práctica agrícola innovadora que lo reemplace.