Irma y Tito viven en Campo Viera, ciudad de Misiones que es la Capital Nacional del Té y desde 2015 se dedican a hacer… té. Pero con una salvedad: se trata de té artesanal, blends y un montón de cositas gourmet que venden en la zona y también a los turistas que reciben, interesados en conocer el proceso del té.
En total, Irma y Tito tienen 46 hectáreas en producción con yerba, pino y frutales. De esta superficie, 27 hectáreas están dedicadas a la producción de té convencional. Pero para el té gourmet y enrollado a mano que los caracteriza (y del cual se han enamorado) usan solamente 3 hectáreas.
“Empezamos despacito en 2015 a hacer hebras de té artesanal y ya en 2017 nos consolidamos”, cuenta Irma. “Al principio era sólo té negro, el más conocido, y luego a pedido de la gente nos fuimos adentrando cada vez más en la historia del té y sus propiedades y ahí comenzamos la experiencia del té verde”.
Toda la cosecha de esas 3 hectáreas la realizan de forma manual y todo el té que elaboran es con sus propias manos y cuidados. También cosechan y utilizan las flores, sobre todo para blends e infusiones con que reciben a los visitantes, ya que el turismo rural es parte de la apuesta del emprendimiento.
“En todo trabajamos juntos: cosechamos, seleccionamos, elaboramos y lo amasamos”, dice Tito, para luego explicar que “amasar” es sinónimo de enrollar el té para su clásica presentación en hebra.
“Vendemos nuestro producto localmente y estamos haciendo experiencias con grupos pequeños de gente que vienen de todos lados porque estamos sobre Ruta 14 en un lugar muy accesible. Hacemos que la gente coseche, elabora y se lleva su propio té”.
Luego del verde comenzaron a trabajar con el té blanco (todas las variables de té provienen de la misma planta, lo que cambia es su proceso y/o estacionamiento) y no sólo con un té blanco, sino ¡con 2! El té blanco de sombra (que se estaciona, justamente, a la sombra) y el de sol, al cual sólo le puede dar el sol bien tempranito, cuando está suave.
“Hay que mimarlos como a bebés”, grafica Irma. “El té de sol es muy especial, tiene sabor frutado a ciruelas, es relajante”.
“El mundo del té es maravilloso, atrapante, hay una variedad de la misma planta que se puede apreciar y hay mucho para experimentar. Se puede trabajar con hebras puras, con blends saborizados, fríos o calientes… Es muy placentero y la gente lo recibe muy bien, con mucho interés por probar sabores y por conocer las propiedades medicinales de cada uno”.
Luego del aislamiento debido al Covid, Irma y Tito volvieron a abrir las puertas al turismo apenas la Provincia habilitó las actividades, en diciembre 2020. Y aunque la pandemia les pegó duro, se muestran optimistas: “El Covid nos afectó como a todo el mundo porque la gente se encerró, no salió y hay mucho miedo. En el mientras tanto, a puertas cerradas nosotros seguimos con el trabajo porque la producción no para y nosotros tenemos que seguir. Estamos acá, llevando la situación y tratamos de no bajar los brazos. Esto es así y habrá que ir llevando la situación y adaptarse. Pero estamos bien, estamos sanos y con ganas de seguir trabajando y mostrando este maravilloso mundo que es el té y es de nuestra Provincia”.
En Instagram se los puede ubicar aquí.