Al desafío logístico que implicó para el núcleo de empresas agroexportadoras la pandemia por coronavirus, se sumó en las últimas dos semanas la extraordinaria bajante que está viviendo el Río Paraná, que ya ubicó el nivel de las aguas en su valor más bajo desde 1989, ubicándose en apenas 1 metro a la altura de Rosario. “Este fenómeno resiente la carga máxima de los buques, exigiendo extremo cuidado en el practicaje para evitar varaduras”, expresó en un informe la Bolsa de Comercio de Rosario.
“El problema de la bajante del Paraná tiene que ver con un proceso que estamos estudiando con (el climatólogo) José Luis Aiello. En los estados de Brasil donde el río crece y recibe las aguas, no llueve desde enero de este año, lo que trajo la baja muy fuerte de las profundidades de esa zona, y específicamente en la confluencía del Paraná con el Paraguay. Para que se figuren, el fin de semana el hidrómetro de Rosario marcó 0,75 centímetros, el registro más bajo de los últimos 30 años”, informó a Bichos de Campo Julio Calzada, director de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Pero, más allá de las demoras en las salidas de puerto que trajo la bajante del río, Calzada aseguró que “las exportaciones argentinas están aseguradas. Hay un buen trabajo del concesionario Hidrovía SA, que está trabajando con cinco dragas en la zona del Gran Rosario y lugares más complejos, y los buques salen con muchísimo cuidado, algo que venimos chequeando con Guillermo Wade, el presidente de la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas (CAPyM)”.
Escuchá la nota completa que le hicimos a Julio Calzada:
Eso sí, la bajante del Paraná hizo que los buques estén obligados a cargar menos mercadería en los puertos cerealeros de la región. “Por ejemplo un Panamax que carga 75 mil toneladas de harina de soja, de soja o de maíz, suele cargar cerca de 40 mil toneladas en el Gran Rosario. Pero ahora, está cargando hasta 8 mil toneladas menos, y en algunos casos estos últimos días salieron con 4 pies menos, que es el equivalente a 10 mil toneladas menos”, manifestó el especialista de la BCR.
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Al agravante de tener que cargar menos mercadería, Calzada agregó que “esos buques deben irse a Bahía Blanca o a Quequén a completar esa mercadería, lo que implica un gasto de hasta 20 dólares más por tonelada. Entonces, se suman costos logísticos importantes”.
Calzada advirtió que debido a la bajante “también hay problemas con la mercadería que baja desde Paraguay. Nosotros tenemos un sistema de trenes de barcazas que traen harina de soja, poroto de soja, maíz. En el caso del poroto de soja, es muy importante para las fábricas porque lo mezclan con la mercadería argentina que tiene menor calidad de proteína, y así logran la harina de soja con la excelencia y proteínas que piden los mercados mundiales. El tema es que esos trenes de barcazas que bajan desde Paraguay hasta el Gran Rosario están demorados, lo que trae inconvenientes y atrasa todo el programa de trituración de la soja”.
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Sobre los pronósticos de aquí en adelante, Calzada dijo: “Pensábamos que en esta segunda quincena de abril podrían llover 100 o 200 milímetros en la zona superior de Brasil, caso Paraná, Minas Gerais o Mato Grosso, pero creemos que (esas lluvias) se trasladarán para inicios de mayo”.
Mientras tanto, el economista respaldó las gestiones del Gobierno argentino para “tratar de liberar agua de algunas de las represas brasileñas. En una de ellas, Bajo Paraná, ya consiguió que el gobierno brasileño acceda a liberar 350 metros cúbicos por segundo, y se sigue negociando la salida del Itaipú para moderar esta problemática, porque esta bajante no tiene antecedentes. Esperemos que esto pueda revertirse en el corto plazo”.