Los productores citrícolas de Entre Ríos decidieron avanzar en el agregado de valor para tener más control sobre la comercialización de la fruta y evitar que los mejores márgenes de ganancias siempre se los lleven otros. En la planta de la cooperativa Jucofer se produce jugos concentrados con cargas que entregan muchos citricultores de la provincia.
Se trata de un caso de PPP (Participación Público Privada) que podría considerarse exitoso. Hace 10 años los citricultores del departamento de Federación comenzaron a diseñar una cooperativa que recién vio la luz en junio de 2016. Se hizo posible gracias al aporte de los más de 200 productores que la conforman y que son dueños del 50% de la planta juguera, más un aporte del Estado Nacional y Provincial, que tienen la propiedad del otro 50%.
Además, para apuntalar este proceso, se conformó una fundación de la que participa el Estado, la Federación Agraria y la Federación del Citrus (que le dio fuerte impulso a la iniciativa), y que hace las veces de entre de contralor del funcionamiento de la empresa.
Gustavo Zandoná es productor y actualmente ocupa la presidencia de la cooperativa ubicada en la localidad de Villa del Rosario. Allí se procesa la fruta y se fabrican jugos concentrados sin conservantes con los diferentes cítricos producidos en la región. Con ese producto abastecen a las empresas que fabrican aguas saborizadas.
“Recibimos las naranjas, mandarinas y pomelos y elaboramos jugos concentrados sin conservantes, que se envasan en tambores de 200 litros que luego son vendidos a diferentes empresas del país que elaboran sobre esta base aguas saborizadas. También tenemos exportaciones a diferentes partes del mundo”, explicó Zandoná.
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Los productores y directivos de la cooperativa tienen ganas de seguir creciendo a pesar de los problemas que todos los días surgen de la compleja macroeconomía argentina.
“Tenemos planes de expansión. La planta comenzó con lo básico, cuatro extractores de jugo y de aceites esenciales, y originalmente el proyecto contaba con una cámara de frío que trabaja a 18 grados bajo cero. El año pasado ampliamos a 2 cámaras de almacenamiento y estamos atrás de una nueva inversión para recuperar parte del agua que se va a los efluentes y de la que se pueden sacar derivados y reducir la contaminación. Es una inversión de 150 mil dólares”, contó el directivo.
Y añadió que “además está en proyecto la ampliación de extractores, pues contamos con cuatro y queremos llevarlos a seis. Eso hace a mejor calidad e trabajo, tiempo y extracción de jugo. Estamos hablando de 250 mil dólares de inversión”.
El desarrollo de la cooperativa tuvo como finalidad ofrecerles a los productores una alternativa comercial que mejore las condiciones de los demás operadores del negocio, en especial para absorber el excedente de fruta de baja calidad comercial, que no puede ser vendida en fresco pero sí tiene destino industrial.
La intención de los productores de Federación fue no quedar a expensas de la decisión de pago de un tercero, en una economía regional que como tantas otras no tiene un mercado institucionalizado y en la que muchas veces el pago de la materia prima se demora varios meses o es en cuotas, con los consecuentes perjuicios para los productores.
Los citricultores de Federación, gracias a ese empuje inicial, organización y el apoyo del Estado lograron dar forma a una fábrica que finalmente es suya y que le permita el agregado de valor a lo que sale de las chacras.