“Del 17% al 18% del comercio porcino se hace en negro”, reconoce Juan Luis Uccelli, presidente de la Asociación Argentina de Productores Porcinos (AAPP), a Bichos de Campo. La cifra justifica la nueva ofensiva del gobierno para acotar estos márgenes de informalidad: a través de la Subsecretaría de Control Comercial Agropecuario (SUCCA) y la AFIP, a partir de junio se extenderán a la faena de cerdos los controles ya implementados en la cadena de la carne bovina. Pero Uccelli prefiere no dramatizar. “Con las nuevas medidas del Estado tendríamos cifras más certeras. Pero si hoy miramos el nivel de informalidad en el sector avícola, del 20%, y en el sector de carne vacuna, cercana al 25%, lo que se releva en la producción porcina es poco”.
La AAPP no está en contra de los nuevos controles sino todo lo contrario: su presidente aclara que vienen pidiendo un plan antievasión desde marzo del año pasado.
¿Cómo surge el cálculo privado sobre la informalidad? De acuerdo a datos del Ministerio de Agroindustria, la faena de porcinos superó las 6 millones de cabezas en 2017 y se logró una producción récord de 570.000 toneladas res con hueso, que creció el 8,4% respecto de 2016 y permitió un consumo por habitante de carne porcina que rozó los 15 kilos anuales.
Pero las cifras lanzadas por Agroindustria no son las mismas que las relevadas por los propios productores. “A nosotros nos da una faena bastante mayor que la del Ministerio. Estamos arriba de las 7,3 millones de cabezas, contra las 6,5 que releva el ministerio, lo que da una diferencia de 800.000 cabezas de diferencia. Y en consumo nos da 17,5 kilos por habitante por año, porque sumamos también lo que se importa de carne de cerdo, que son casi 700 gramos por habitante por año”.
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El titulare de la AAPP añade más incoherencias estadísticas por parte del Gobierno. “Por un lado, la SUCCA tiene registrado 4.6000 productores que venden al menos un cerdo al año, y por el otro está el Senasa que tiene registrados 89.000 productores. Para mi el dato del Senasa no es fiable”, explicó.
Según Uccelli, en este contexto, “con los cambios en el IVA (a partir del 1° de febrero se redujo la alícuota a 10,5%) y la regulación de la Afip y la SUCCA para tener un Registro Fiscal de Operadores de la Cadena Porcina, creemos que se empezarán a arrimar las cifras de los datos que tenemos nosotros con los que tiene el Gobierno”.
Consultado sobre el nivel de importaciones de carne porcina, Uccelli explicó: “La culpa no es del chancho sino del importador. Viene todo mal. Seguimos aumentando importaciones, y estamos cambiando lo que importamos, que es el problema más serio. Estamos importando producto para vender como fresco, engañando a la gente. En 2017 el 42% de la bondiola de cerdo que se comercializó en Argentina fue importada”, avisó.