Juan Martín Maisterrana es productor de la zona de Sierra de los Padres. Preside la regional de Aapresid Mar del Plata y está convencido de que se puede bajar el nivel de uso de insumos usando más tecnología y no renegando de ella. Es que hay una gran espada de Damocles que pesa sobre los productores: la de una comunidad que les exige cada vez más que hagan mejor su tarea, reduciendo sobre todo el uso de agronómicos para producir de modo más sustentable.
-Frente a esta exigencia social, hay como dos vertientes. Una que es la de la agroecología, que pide retroceder y no usar más insumos químicos. Pero otra corriente que afirma que los problemas ambientales se solucionan con un mayor uso mayor de tecnologías. ¿A cuál adscribís?
-Quisiera arrancar haciendo un mea culpa en todo esto: allá por el 2000 cuando arrancó todo el proceso de sojización, con la famosa soja modificada genéticamente, había muchos que, ya fueran técnicos o no, manejaban los lotes desde un café de la estación de servicio, y la receta mágica que te cantaban era: 2 litros de glifosato y 100 de cíper (por el insecticida cipermetrina).
-Eso funcionó hasta que aparecieron las primeras malezas resistentes ¿No?
-Claro. El primer foco fue saber que con eso no íbamos a ningún lado, y después, que la sociedad nos estaba pidiendo otra forma de producción; nosotros nos dábamos cuenta también de eso. No es viable hacer lo que hacemos de este modo, por eso estamos reevaluando todo nuestro sistema de producción y por eso tenemos las dos corrientes que mencionás.
Mirá la entrevista completa a Juan Martín Maisterrena:
Maisterrena aclaró que en su regional de Mar del Plata tienen productores que están al algunas de las dos posturas agronómicas. “Desde la experimental de Miramar, con Leandro Pontaroli a la cabeza, hasta la parte de “Siempre Vivo, Siempre Verde”. donde estamos tratando de rever todos los procesos con más tecnología. Más tecnología no significa que se requieran más insumos de síntesis química, sino que consiste en tratar de llevar nuestros cultivos hacia un formato más natural, desde el lado de lo que hace la naturaleza, y luego cómo podemos trasladar eso al campo.
– Vos decías ´más tecnología no implica más insumos de síntesis química´ ¿Y entonces qué es más tecnología?
-Más tecnología es apuntar a procesos que tienen que ver con un mejor uso de los datos o con estar más arriba de los lotes, sin que eso implique hacer más pulverizaciones o fertilización. En mi caso particular, en campos muy quebrados atrás de las sierras, en zona Sierra de los Padres, empezamos hace siete años con un proceso de agricultura por ambientes, lo que implica dividir el campo en zonas productivas iguales, entre comillas, en donde asignamos determinados recursos a cada zona.
-¿O sea que no tratan al campo como un único universo sino que establecieron distintos ambientes dentro del mismo campo?
-Claro; a su vez hay ambientes distintos para cultivos distintos. Por ahí el trigo reacciona de una forma y el maíz, en el mismo ambiente reacciona de otra forma. Tenemos que tratar a cada cultivo de forma diferente para poder asignar los recursos que necesite y explorar su potencial de rinde.
Pongamos un ejemplo con semillas: en la zona de mayor potencial uso 70 mil plantas y en la de menor potencial uso 40 mil plantas, pero antes le ponía a todo 70 mil plantas. Cambiando la ecuación mejoramos el uso de agroquímicos y de fertilizantes en los cultivos de fina, y levantamos los techos de rinde de 1200 kilos por hectárea. En maíz bajamos el uso de agroquímicos casi en un 30% y seguimos teniendo los mismos niveles de rinde, con lo cual nos dimos cuenta de que antes estábamos gastando más insumos y más dinero para tener el mismo rinde. Eso es agricultura por ambientes. Para nosotros fue el inicio de todo un proceso de mejora continua que hoy nos lleva al concepto Siempre Vivo, Siempre Verde, que además significa tratar de tener el campo cubierto con cultivos de servicio todo el año cuando no están los cultivos de cosecha.
– Ahí entraría la otra tecnología que es más de datos. Un productor necesita una gran cantidad de datos y conocimientos sobre su propio campo para establecer los diferentes ambientes y procesos sobre estos.
-Las Agtech son herramientas que no te solucionarán nada per se, a menos que las analices. Es muy lindo tener un mapa de colores, pero luego hay que analizarlo y entenderlo. Igualmente, con la modernidad que hoy tienen las cosechadoras y sembradoras es mas fácil. Hoy no tenés que andar midiendo a cada rato en el lote viendo espiga por espiga. Lo que hay que hacer es analizar esos datos, entender el por qué de cada cosa y trabajar en equipo. En lo personal, de Agtech o de cómo se desarrolla una imagen satelital no entiendo nada, pero tengo un sistema armado con un equipo que me mastica esa información y me da los resultados. Luego, cada 15 días nos juntamos varios asesores o productores en una charla vía Zoom y definimos pasos. Con esto digo que no tenés que ser un cráneo de informática para usarlas. Lo clave es que todo el análisis de estos procesos te permitan entender dónde poner el insumo en tiempo y forma.
– La presión social con los agroquímicos es muy visible. ¿Es posible bajar las dosis de agroquímicos con mayor tecnología y con uso de las Agtech?
-Si, completamente. Te doy un número que aún no lo tengo validado porque no es un proceso que se haga en un solo año, pero mi objetivo es bajar el uso de agroquímicos en el campo en un 50% en los próximos dos años. El 2020 es el primer año y la campaña 2021/2022 será la segunda campaña que lo haga. Y lo quiero hacer con cultivos de cobertura, que no es algo que vaya para todas las zonas ni modelos. En nuestro caso por ejemplo, tenemos una soja de segunda detrás de un trigo- somos una zona triguera o de fina básicamente- y en el campo esa soja de segunda nos da un promedio de 1.200 kilos por hectárea, todo depende de cuándo te toque la primera helada; pero ahora, con la entrada del yuyo colorado a la zona, para hacer una soja de segunda tengo que gastar 40 dólares por agroquímicos y ahí el numero ya dejó de cerrar.
Pero si pienso que después del trigo tengo que hacer un maíz de primera, el número ya me cierra más haciendo una vicia. Entonces, hago una vicia en febrero y me ahorro de 50 a 60 kilos de nitrógeno en maíz, tengo el campo verde todo el año, le compito a las malezas y ya ahí saqué tres pulverizaciones de las que llevan muchos agroquímicos, desde febrero hasta agosto que es donde hago todos los barbechos de maíz.
Y en el medio uso pulverizaciones selectivas, donde la máquina activa la pastilla solo donde ve algo verde o donde yo le mando a pulverizar. Lo empezamos a usar este año, en un lote donde hicimos control de raigrás resistente en un rastrojo de maíz y tuvimos un 67% de ahorro de producto químico.
-Entre la aplicación selectiva y el manejo de cultivos de cobertura de servicio ¿El objetivo de ustedes es bajar el 50% de uso de agroquímicos en dos años? ¿Es lograble?
-Si. Todo esto igualmente lleva un poco de cráneo. No es que llamo al pulverizador y viene, y llamo al sembrador y siembro la vicia, y llamo al del mosquito y ya tengo la orquesta funcionando. En el medio hay muchas charlas y reuniones.
-Volvemos a lo que dijiste al principio, que ya no es esa receta que se cantaba en un café de estación de servicio. ¿El nuevo modo te exige estar ahí de modo constante y corrigiendo procesos?
-Exacto. Y ahí me sirve ver las imágenes satelitales, para ver dónde tendré un poco más de malezas y dónde no. Tenés que ir muy adelante de este proceso, mirándolo muy a largo plazo porque si lo mirás a una semana estás muy corto. Estamos tratando de mirar dos o tres meses adelante, evaluando que no nos pase por arriba todo el sistema productivo. Pero sí creo que es posible bajar los niveles de usos de agroquímicos; ahora, si me preguntas si voy a poder bajar los costos, y te digo que no creo que pueda bajarlos.
-Bueno, pero quizás puedas reemplazar costos de agroquímicos por otras cosas y finalmente será una ecuación mucho más sustentable…
-Correcto, yo reemplazo costos de agroquímicos por costos de cultivos de cobertura básicamente, y eso aparte tiene los efectos secundarios sobre control de erosión hídrica, erosión eólica, mejor infiltración y uso del agua, con lo cual tengo muchos beneficios indirectos que no medimos, porque recién estamos empezando, así que, si bien no bajaré los costos al menos podré aumentar los beneficios.
– ¿Qué consejos le darías a tus colegas que todavía tienen el chip del glifosato y que en todo caso, terminan aumentando las dosis en lugar de bajarlas?
-Primero les diría que no le tengan miedo a la tecnología por pensar que tendrán que manejarla todo el día. Hay tantos sistemas y tantos modelos de negocios dentro de las Agtech como empresas para usarlas. Siempre habrá un modelo que se ajuste perfecto a tu estilo de trabajo en el campo o en tu estructura de empresa, con lo cual no hay posibilidad de decir que no. Segundo, hay que tener muy en claro los objetivos, porque sino solo tendrás un mapa de colores. Y tercero, tenés que tener un equipo muy alineado que entienda lo que se quiere hacer, y que esté capacitado. Si podemos lograr esas tres cosas, después la cosa camina fácil.