Juan José Grigera Naón es el nuevo presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA). Así quedó establecido luego de haberse realizado la asamblea directiva, que venía demorada desde marzo pasado, cuando todo se congeló varios meses por la aparición del coronavirus..
El currículum de Grigera Naón da cuenta de que, además de ser productor y directivo de la Sociedad Rural Argentina, sabe y mucho sobre mercado de la carne vacuna. Es ingeniero agrónomo de la UBA y Master of Science en producción animal, es productor y doctor en nutrición de vacunos por la Universidad de Reading, Gran Bretaña y representó a la Argentina en un montón de foros internacionales. Por ejemplo, es miembro del Consejo Directivo de la Oficina Permanente Internacional de la Carne (OPIC) y presidió el Foro Mercosur de la Carne.
-Hasta ahora el IPCVA había sido manejado por productores a secas. Pero usted además de productor es académico…
-Si, pero todos los presidentes han tenido su impronta, cada uno tuvo que enfrentar distintos desafíos y siempre hubo un hilo conductor, que para mi es que el IPCVA es una entidad eminentemente técnica. Yo soy un técnico y no soy un político si bien vengo de la Sociedad Rural Argentina, y considero que esta rotación en el cargo hace a la institucionalidad.
Mirá la entrevista completa a Juan José Grigera Naón:
-Es un momento lindo para asumir la presidencia del IPCVA. Hay récord de exportaciones de carne. Es como que la principal tarea ya está hecha.
-Si, es así, pero esto también implica un desafío porque hay que mantenerlas y aumentarlas. Eso es lo que corresponde y no es en desmedro de nadie.
-¿Y se puede mejorar el perfil exportador estando en las 900 mil toneladas anuales?
-Yo pienso que sí. Es cierto que somos China dependiente y que ese país es una gran aspiradora, pero tenemos que seguir defendiendo mercados que estamos atendiendo, como el europeo. En Estados Unidos se abre algo interesante que es aumentar el valor de la tonelada exportada: tenemos esa cuota de 20 mil toneladas y en este momento no es carne de calidad superior. Y después lo divertido será tratar de entrara a Corea del Sur luego de tantos años y poder entrar a Japón.
-¿Esos son como los dos grandes desafíos de la nueva gestión: Corea del Sur y Japón?
-Si, y le agregaría México. Y mantener Israel por la complementación del novillo. Tampoco hay que descuidar al mercado interno. Todavía hay que cumplir con certificaciones del Senasa, pero el camino es por ahí: el futuro está en el sudeste asiático y con mayor valor en Japón. Pensá que este país es un mercado que fue muy bien trabajado por Estados Unidos, que es un gran importador de carne barata y un gran exportador de carne cara. Japón es uno de sus principales consumidores.
-Bueno, de hecho estamos en un momento tenso entre exportación y mercado interno, lo que debería resolverse subiendo la producción, porque sino el consumo caería por debajo de los 50 kilos anuales por habitante
-Si. Es aumentar la producción. Alguna vez hemos charlado acerca de cuáles son para mi las dos grandes limitantes a mi juicio y que es la cantidad de terneros logrados y el peso promedio de faena. Pero volviendo a eso también es de destacar que el abasto de carnes en general para el público está satisfecho. Todavía estamos en consumos altos de carne, entre 115 a 120 kilos anuales de carnes en general por habitante, y eso es saludable aunque seamos por preferencia altos consumidores de carne vacuna.
-Volviendo a Japón y a Corea del Sur… ¿Sigue siendo la aftosa una barrera paraarancelaria, más allá de que no tiene la fortaleza del argumento que tenía hace un par de décadas?
-Hace un par de años yo estuve en una misión en México y me tocó tratar este tema con un alto funcionario del ente sanitario de ese país y me salió con esto de la aftosa diciendo que en 1957 tuvieron un brote fuerte y que tuvieron que sacrificar mucho ganado y entonces no querían repetir eso. Pero ese es un argumento estúpido. Mi respuesta no le gustó nada al señor, porque yo le dije que en esa misma época nosotros tuvimos un gran brote de poliomielitis y le contesté que nosotros vacunamos a los chicos y no los matamos. Ahí te das cuenta por qué no le gustó mi respuesta.
-¿Es estratégica la vacunación contra la aftosa para la Argentina? Porque Brasil y Bolivia por ejemplo están perfilándose para dejar de vacunar.
-Nosotros seguimos firmes vacunando pero no somos tontos y observaremos lo que pase, si les irá bien o mal. Nosotros ya tuvimos una mala experiencia en el pasado con esto y por eso no queremos poner en riesgo la ganadería nacional, e incluso el IPCVA ha contribuido al fortalecimiento de las vacunaciones en zonas de frontera. Esa es una acción concreta.
-Más allá del desafío en mantener el nivel de exportaciones, me parece que el IPCVA tiene otro mandato y es el de dar debates públicos. Hasta ahora era política doméstica, pero luego del episodio de la rural con los veganos irrumpiendo en la pista, o el cartel de Greenpeace sobre el presidente de la Nación acusando a la ganadería por la deforestación, me imagino que se abre un frente ahí también. ¿Hay que darlo a ese debate?
-A los debates no hay que escaparle ni tienen que asustar, hay que enfrentarlos. Acá hay dos aspectos: una cosa es la cuestión ambiental y otra distinta el veganismo, pero hay que enfrentar ambas situaciones con información y con verdades científicas y certificables. En el caso de los veganos, defender la carne por sus propias virtudes de calidad, valor nutritivo, alta calidad de proteínas y vitaminas, la necesidad de los primeros mil días de la vida del ser humano, eso hay que defenderlo desde ese sentido.
-Pero además se trata de defender el derecho de consumir como cada uno quiera
-Ese es el segundo punto, y no desde lo exclusivamente emotivo. Además vivimos en una sociedad ordenada, por ende debe haber respeto. Yo respeto a un señor vegano que elige esa forma de nutrirse pero que él no me la imponga. Yo no le estoy imponiendo tampoco que coma carne. Además no es que somos sólo carnívoros, somos omnívoros, es decir, comemos carne y una dieta balanceada. Dentro de ese contexto yo creo que sí hay que dar el debate.
-Y en el tema ambiental ¿Puede haber elementos más sólidos y no tan pasionales?
-Si, pero en este tema una parte puede constituirse a otro nivel, a nivel de barrera para arancelaria lo que puede ser aún más peligroso.
-¿Vos decís que detrás de esta prédica tan demonizante del consumo de carne hay intereses comerciales moviéndose?
-Entiendo que si. Si ves las declaraciones de lideres de la Unión Europea está yendo por ese camino y el tratado entre la Unión Europea y el Mercosur. Ahí la defensa es la siguiente: tenemos dos Gases de Efecto Invernadero (GEI), el metano y el dióxido de carbono. El metano viene del eructo de las vacas y permanece en menos tiempo que el dióxido de carbono la atmosfera. En cambio el dióxido de carbono proviene de muchas fuentes, sobre todo de industrias, servicios y también de nosotros que respiramos y expelemos ese dióxido de carbono, el cual queda mucho tiempo en la atmósfera, y una de las formas de reducirlo es precisamente, como aprendimos en la escuela, con la fotosíntesis que hace la planta, luego va al suelo y hay secuestro de carbono, viene el animal, lo come y así tenemos un alimento de calidad. En un país como el nuestro, con una alta proporción de praderas, pastizales y campos naturales, tenemos una gran fuente de captación al igual que los sistemas forestales y eso desgraciadamente no ha sido valorado como corresponde en las mediciones internacionales.
-Es que nosotros tampoco lo hemos medido bien o no lo hemos hecho valer. ¿Nos debemos una buena medición de nuestro potencial de captura de carbono?
-Si, es así y por eso desde hace mas de un mes hemos hecho un llamado público al sistema tecnológico científico de Argentina y lo hicimos desde el IPCVA a través de la Red de Seguridad Alimentaria, un organismo muy relacionado con el Conicet, para tratar de conformar un equipo de trabajo de un grupo de investigadores de distintas áreas, y que en este momento son 45, para saber exactamente en forma cuantitativa cuál es la realidad de la cuestión climática, ya sea en Gases de Efecto Invernadero, afluentes o en todo lo que haga al impacto ambiental de toda la cadena de la carne, y ahí sí sabremos en donde estamos parados, y donde nos aprieta el zapato y tenemos que mejorar.
-Es un trabajo que sería valioso para la cadena. ¿Cuándo estaría listo?
-La idea es que esté listo en seis meses, y por supuesto ese trabajo será público y será acercado a las autoridades nacionales en los distintos ministerios donde tiene ámbito este asunto.
-Veo que hay temas lindos en la agenda del IPCVA más allá de la cuestión exportadora. ¿Y cómo está la relación con el Gobierno?
-El IPCVA es un instituto técnico, o sea que no entra la política. Luego, en el consejo de representantes hay uno del Gobierno y otro alterno como cualquiera de las otras entidades que conforman al instituto, Todavía no tuvimos la primera reunión de consejo con ellos pero al momento la comunicación ha sido satisfactoria. Vuelvo a resaltarte esta contribución del IPCVA en colaboración con el Senasa para reforzar las fronteras en vacunación de aftosa.
-Creo que hay un dato que no está bien dimensionado y es la cantidad de mano de obra que genera la cadena de la carne. ¿Está mensurado un posible trabajo sobre esto?
–Entiendo que la Mesa de las Carnes toma más este tema y hay algún estudio sobre eso y podemos llegar a colaborar si nos lo piden pero en este momento no lo tenemos en carpeta, te soy honesto. En la producción también hay 230 mil productores involucrados con sus familias y mucha gente dependiendo de ellos y destaco que la industria frigorífica no es sólo mano de obra intensiva sino también altamente calificada, algo que no siempre se tiene en cuenta.