Sobre solo 12 hectáreas compradas hace 10 años en la zona de Balcarce, Jorge Reynoso armó su pequeño pero próspero mundo agropecuario. A pesar de todas las contras que presenta la economía del país, él afirma convencido: “Sí, se puede ser productor chico en Argentina”.
En su reducido establecimiento Jorge tiene de todo: producción de frutales de los más variados, nogales, producción ovina, algunos caballos, gallinas. Además fertiliza sus campos con un producto que mezcla diferentes desechos de la producción con excelentes resultados en la salud de las plantas.
Jorge compró la chacra hace 10 años: “De casualidad sabía que al campo se entra por la tranquera”, recuerda, risueño, para dar cuenta de su desconocimiento del sector en ese momento. Lo que quería era asegurarse un modo de vida para, una vez que se jubilara, no depender de un magro ingreso.
Puso manos a la obra. Lo primero que hizo, y a pesar de que algunos asesores le dijeron que no era posible producir frutales en esa zona, fue plantar 300 pinos para armar una cortina contra el viento. Así también podía proteger la casa.
Luego siguieron los frutales. Tiene plantas de manzanas rojas y verdes, duraznos, peras, pelones, ciruelas, naranjas, arándanos y un invernáculo con hortalizas. “Todo para consumo propio, de familiares y amigos”.
A eso le siguió la plantación de 600 nogales, pensados con intenciones económicas. No fue fácil, son plantas que tienen 7 años y recién el próximo tendrían la primera cosecha prevista de 1 tonelada. Deberá espera hasta los 12 años para que las plantas alcancen su estado óptimo de maduración.
“Lo que tiene el campo y las pantas es que te van educando, o te hacés del tiempo para salir adelante o te amargas la vida y haces leña. Nosotros decidimos valorarlas y respetarla y nos vamos llevando mejor”, cuenta sobre su experiencia de estos años.
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Entre las dificultades que tuvo que enfrentar se encuentra la emergencia de pastos naturales y malezas en exceso, que competían con los árboles por el agua y los nutrientes del suelo. Entonces, en lugar de combatirlas, les agrego valor.
Lo que hizo fue transformar ese forraje en carne. Compró ovejas y luego un carnero Texel al productor Javier Plumet. Eso le dio grandes resultados ya que obtuvo una parición de 185%, lo que implica un promedio de casi 2 corderos por madre.
Además, recibió ayuda de diferente tipo, entre ellas la del asesor Martín Basso, de Pecanes Mercedinos que hizo correcciones en la fertilización y poda de las plantas con excelentes resultados.
Hoy Reynoso cuenta con un rodeo chico, de apenas 30 ovejas, que le dan carneros “que son unas bestias”, pues tienen una gran producción de carne que comercializa en la zona.
“Mi hermana siempre me dice que las chicas (por las ovejas) acá comen bombones. Les damos maíz y pastura natural que es increíble lo que alimenta y nos dan una carne excepcional y con muy poca grasa”, indicó.
La producción ovina tiene un fin comercial y sanitario. Si bien comercializan los corderos el objetivo primero fue evitar que se dañaran las plantas de fruta y nueces.
Para cuidarlas además desarrolló su propio fertilizante, en base a una receta recomendada por investigadores del laboratorio Los Cardales de 9 de julio. Se trata de un compuesto hecho con el suero sobrante que le regalan en una fábrica de lácteos y otros productos o desechos que surgen de la producción y la vida en la chacra.
“Lo armamos de forma casera y se aplica directamente en la planta e increíblemente eso se va integrando a la tierra. Pusimos en la base de las plantas 5 aplicaciones de 30/40 centímetros del rollo que pisotean los animales que se reutiliza y va acompañado de bosta, suero de leche, ceniza, caldo de leche, cascara de banana, café. Directamente el compost lo hacemos en la base de las plantas”, relató.
La intención de Reynoso es fabricar ese bioinsumo de forma sistematizada. “Tenemos la receta para hacerlo en serio y por supuesto está a disposición de todos los productores”, dijo este pequeño fruticultor y ganadero, convencido de que “se puede ser pequeño productor. Yo arranqué con cero conocimiento, pero se puede”.
Muy buena publicación digital para pequeños y medianos productores y pymes relacionadas con la actividad.