Días atrás, los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) publicaron una nueva edición del Sistema de Encuestas Agropecuarias (SEA) a partir del que se trasluce una buena situación productiva en general, con un nivel de precios que operan como factores determinantes para plantear hoy un escenario tendiente a lo favorable para la lechería y la ganadería
Según el referente del espacio para el sector lechero, Jorge Olmedo, más allá de los datos, la encuesta muestra lo que piensan los productores y asesores sobre la realidad actual y la perspectiva de cada una de las producciones. La hacen desde hace cinco años en los meses de marzo, julio y noviembre.
En esta oportunidad de los 2.200 miembros CREA respondieron 1.450 empresarios, y la contestaron 2.028 técnicos, con una gran territorialidad y abarcando miradas de diferentes actividades.
“Hace muchos años aprendí a escuchar a los que no gritan”, dice Olmedo con su humor tan característico, aludiendo a la necesidad de entender la situación del sector lechero desde la realidad, a partir de los productores reales y sin los tironéos por eslabón que no generaron nunca soluciones.

Olmedo revela que “hay un nivel de confianza mejor ahora que antes de las elecciones. El 81% piensa que vamos a estar mejor dentro de un año. Solo un 2% peor y el 17% igual. O sea que hay mucho optimismo hacia adelante”.
El índice de confianza del empresario CREA se ubicó en un 67%, una mejora sustancial desde el 55% antes de julio. “Ese 67% tiene una proyección de crecer 10 puntos la mirada de la gente para el año que viene, aumentando a un 77%”.
Sin embargo, “cuando vas a preguntar por el sector agropecuario propiamente dicho, no se ve el mismo porcentaje de expectativa de mejora de acá a un año vista. Al país le va a ir mejor, pero no necesariamente al sector agropecuario es el que le va a ir mejor. El agro en esa mirada está en 55 puntos”.
La actividad lechera exhibe un optimismo concentrado en el futuro y en el volumen. La percepción actual indica que el 49% de los encuestados está igual, el 22% mejor y el 29% peor. Pero la expectativa cambia radicalmente a un año, porque en el relevamiento el 50% plantea que piensa que va a estar mejor, 42% igual, y solo el 8% piensa estar peor.
En cuanto a la producción, los tamberos esperan un crecimiento importante. “En los próximos cuatro meses hay un 65% que piensa que va a ser mayor. Para el año un 78% que piensa que va a ser mayor. Los promedios de esa expectativa hablan de un 5,5% para los cuatro meses y un 6,9% para el año”.
Olmedo destaca la fiabilidad de estos datos: “Estos gauchos hace un año tiraron 7,5% y cerramos con 8 puntos (de crecimiento en la producción). Alguna idea tienen”, celebró.
El motor de este crecimiento es la disponibilidad de recursos. “El motivo de ahora, básicamente es cantidad de vacas. Van llegando las vaquillonas, los rodeos van creciendo. La mayoría, el 85% de los que piensan que crece, no es por compra, sino por crecimiento del rodeo propio”, aclara.
Además, “todas las cuencas lecheras de CREA tienen o muy buena o buena situación forrajera. El 62% de los grupos CREA perciben una producción forrajera muy buena”. Obviamente que no entra en esta mirada el caso de la zona de 9 de Julio y sus alrededores, con una inundación que data de marzo pasado.

De todas formas, el optimismo productivo no se traslada al precio. “Hay una expectativa de que el negocio funcione mejor, calculo que por clima, calculo que por relación de entorno, no inflación y demás, por más eficiencia interna, por más vaca, por lo que vos quieras, más volumen. Ahora, cuando mirás precios, solo el 17% de las empresas piensa que el precio acá un año va a ser mejor”.
En el plano financiero, la deuda a mediano y largo plazo se ha mantenido baja, situándose en 50 días de leche. “La verdad que es muy poco, no veo ningún país que tenga una deuda tan baja en días de leche para mediano y largo plazo”, definió Olmedo.
No obstante, la deuda de corto plazo con proveedores se estiró. “Pasamos por ahí de 32 días a 38 días promedio. Esto tiene que ver mucho con proveedores, porque la verdad que todo el año, previo a las elecciones fue complejo y ahora veo como que se vuelve a distender”. El plazo de cobro promedio en noviembre se ubicó en 33 días.
Repasada la encuesta, Jorge Olmedo opina por su experiencia cotidiana en el tambo. “Yo tengo un cliché que lo saco cada diez minutos: muchachos no se maten antes de tiempo. El principal problema como empresario de 2025 era qué iba a pasar en octubre. Gran parte de mis problemas como empresario son la macroeconomía, no la lechería”.
Confirma que ve un horizonte de complicaciones. “Para adelante, se me mezclan algunos interrogantes. Por eso hay muchos proyectos esperando más datos. Yo las velas que tengo más prendidas son las del consumo interno. Pero hay que esperar para eso”.
Jorge es concreto. “Detesto hablar de sólidos útiles en la lechería actual, no hay más sólidos útiles, son todos los sólidos útiles”. En ese sentido cree que la discusión de pagar por litro o por sólidos es un debate vetusto.
“Se habla como si la comercialización fuera una en la Argentina y en realidad hay muchas empresas que pagan por grasa y proteínas”. Por lo tanto, entiende que “los grandes jugadores tendrían que hacer un planteo superador para las empresas que producimos leche, que somos más profesionales. Discutir pagar por litro huele a naftalina”.
El eje de su crítica reside en la falta de incentivos reales por parte de la industria. “Si vos querés pagarme la leche por sólidos, con Norma ISO 14.400 de buenas prácticas, con bienestar animal, con huella de carbono, y pagarme 5% más que el flaco que ordeña en la banquina a mano, va a ser difícil. Todos morimos en un gran promedio”.
Es así que indica que “hoy no es negocio apostar por la calidad, hoy es riesgo”.
La señal clara de la demanda es lo que falta. “Si estamos con el chiquitaje de que queremos pagar sólidos cuando van a caer, les digo: ¿por qué no planteaste lo de los sólidos en marzo que tuvimos récord de sólidos y te los llevaste gratis?”.
Olmedo es un gran entendido del negocio, por su paso por la industria, por su largo trayecto en la producción primaria, y es por eso que aporta una mirada de sumo interés.
“Nosotros vamos a ir perdiendo 40 años más si no hay negocio para la Argentina de lácteos. Yo quiero ayudar a la industria que haga más negocios porque yo sé que no le va a quedar otra que venir a verme si tiene más negocios”.
Esta es una forma de hacerle entender al sector que tiene que haber complementación y no competencia o conflicto constante.

“La leche va a caer fuerte de acá a marzo, abril. Las condiciones agronómicas son espectaculares. Pero digamos, hay un momento que la temperatura sigue aguantando. La caída de los litros por lo menos hasta abril estará, Y llega en un momento apropiado”.
Es así que en la Argentina la lechería sigue dependiendo de la imposición del clima para ir regulando su oferta, y su valor, mientras el consumo no levanta, los precios internacionales se arrastran y las contiendas dentro de la cadena no aflojan, a pesar de no haber conseguido resultados optimistas en las últimas décadas.





