La compañía argentina de biotecnología Bioceres está desplegando un intenso lobby para que el gobierno nacional finalmente apruebe el trigo transgénico HB4, tolerante a la sequía. El escollo que queda por vencer son las autoridades políticas de la Secretaría de Agroindustria responsables de la evaluación comercial de ese nuevo evento, que temen que la decisión pueda caer mal en Brasil, principal mercado para el cereal argentino.
“Bioceres está cuadruplicando la apuesta”, dijo a Bichos de Campo una fuente oficial tras enterarse de una serie de presentaciones en Córdoba y Buenos Aires de su flamante trigo HB4 anunciadas por la compañía. En realidad, esas reuniones con productores están siendo convocadas por la empresa creada para comercializar este cultivo, Trigall Genétics, que es un joint venture entre la firma argentina y la francesa Florimond Desprez, una de las líderes mundiales en el desarrollo de genética para el trigo.
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El trigo HB4 ya atravesó con éxito dos de los filtros que impone el marco regulatorio argentino antes de la liberación comercial de nuevos cultivos modificados. Pero desde hace varios meses viene tropezando con la resistencia del área del Ministerio de Agroindustria que tiene la función de evaluar el posible impacto comercial de los nuevos eventos. El equipo de Luis Miguel Etchevehere teme concretamente que la Argentina pueda perder reputación en el mercado internacional del cereal al aprobar, por primera vez en el planeta, un trigo transgénico que sería destinado al consumo humano directo.
Para salvar esa situación, Bioceres ha propuesto a las autoridades de Agroindustria que realicen una liberación “condicionada” a que luego la misma variedad obtenga la aprobación en Brasil, el principal mercado para el cereal argentino. Sería algo similar a lo que ya sucedió con la soja HB4, que obtuvo avales en Argentina y Estados Unidos, pero que depende todavía de la aprobación comercial por parte de China para su liberación definitiva.
El despliegue de los empresarios en pos de los permisos para su trigo transgénico cobró bríos además tras la aprobación hace varias semanas del primer cultivo modificado para consumo humano directo en la Argentina, una papa resistente a virus desarrollada por la firma Tecnoplant.
De todos modos, las autoridades de Agroindustria no parecen dispuestas a ceder con el cereal, del cual se exportan por lo menos 12 millones de toneladas anuales. Por eso Bioceres está desplegando una activa agenda de actividades para torcer esta decisión.
Su CEO, Federico Trucco, ya había realizado un reclamo concreto a favor del trigo OGM durante el último congreso de AAPRESID realizado en agosto. Ahora la compañía anunció que realizará una serie de presentaciones de su nuevo cultivo. La primera ocurrirá el viernes 26 de octubre en el establecimiento “El Nazareno”, de la zona de Alto Alegre, en Córdoba. Luego, el miércoles 7 de noviembre, repetirá en el establecimiento “La Madrugada”, de la zona de Arias. Y el jueves 15 de noviembre será el gran lanzamiento desde el campo experimental de Rizobacter, en Pergamino, ya en la provincia de Buenos Aires.
La pulseada está a la vista y por eso desde Agroindustria se preocuparon en aclarar que no existe ninguna animosidad en contra de la compañía argentina, a la cual se le han aprobado varios otros eventos en los últimos años, como una alfalfa RR (resistente a glifosato), el cártamo SPC para la producción de quimosina, y la propia soja HB4, que contiene el mismo gen introducido en el ADN del trigo.
El evento HB4 ha sido desarrollado por el equipo de la doctora santafesina Raquel Chan a partir del gen de girasol HAHB-4, que introducido en otros cultivos les aporta la capacidad de responder mejor ante procesos de stress abióticos, entre ellos la sequía y la salinidad.
Según datos de la propia Bioceres, que tiene como costumbre firmar convenios con diferentes empresas internacionales para avanzar en la liberación y comercialización de este tipo de semillas transgénicas, en el contexto de fuerte sequía que vivió el país este año, las primeras pruebas con la soja HB4 fueron altamente satisfactorias, pues en los ensayos se obtuvo un rinde 26% superior al de las variedades tradicionales.