Cuando compramos cualquier alimento en el supermercado estamos pagando un precio que no sólo comprende al producto terminado, sino que se suman valores e impuestos a lo largo de la cadena productiva. Un nuevo informe semestral realizado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) analizó la composición de los precios de tres productos de la canasta básica: carne, leche y pan.
Según el estudio, el precio de la carne -que se mantuvo en 372 pesos por kilo en promedio para octubre- está formado por el valor de cría que representa un 29% ($108,8), el feedlot que representa el 23% ($83,91), el frigorífico con el 5% ($18,09), la carnicería con el 14% ($53,26) y los impuestos con el 29% ($108,55).
No pusimos los decimales, pero en esta última medición hecha por FADA sobre la participación de los diferentes actores que intervienen en la formación del precio, el porcentaje que se va en impuestos supera por una mínima diferencia a lo que ganan los criadores que aportan los terneros al principio de todo el proceso: 29,2% versus 29,1%.
En lo que va de 2020, un 73% de la producción de carne vacuna fue hacia el mercado interno. A pesar de eso, “es el tercer año consecutivo que ese número viene bajando, y esto se debe, en parte, a una pérdida del poder adquisitivo de la población, que hace que prefiera consumir otras carnes como cerdo o pollo”, explicó Natalia Ariño, licenciada en Economía e integrante de FADA.
En relación al mercado externo, Argentina aún se ubica dentro de los cinco principales proveedores de carne vacuna mundiales, superado solo por Brasil, India, Australia y Estados Unidos.