Por Yanina Otero.-
El subsecretario de Agricultura del Ministerio de Agroindustria, Luis Urriza, fue contundente y quizás en una sola frase resumió la política del Gobierno para fomentar las exportaciones con mayor valor agregado: “La competitividad no la vamos a lograr a través del tipo de cambio. Vamos en otra dirección porque la salida exportadora debe ser real y sostenida en el tiempo y en eso estamos trabajando, en implementar reglas de juego claras para todo el sector”.
En el marco del seminario sobre Competitividad Agroindustrial argentina en el exterior, organizado este miércoles por RIA consultores, el funcionario también destacó el camino que está realizando la industria molinera argentina para crecer no sólo en producción sino también para abastecer nuevos mercados. “Sus empresarios están alineados y tienen un visión estratégica del negocio, eso es fundamental”, explicó Urriza.
En la misma línea se manifestó Roberto Domenech, presidente del Centro de Procesadoras Avícolas (Cepa): “Entendemos que una fuerte devaluación no es la solución para conseguir mayor competitividad en los mercados internacionales. Hoy lo fundamental es controlar la inflación. De enero a junio de este año tuvimos un dólar quieto con una inflación de alrededor del 10%, y de esta manera nuestros costos en dólares aumentaron entre el 6 y 7%. Es inaudito explicarle a un comprador un aumento del 7% por esta cuestión interna, así es que no quedó otra que absorberlo nosotros. Ahora, para el segundo semestre la historia sería mucho más positiva porque la inflación (en dólares) estaría en alrededor del 1%”.
El empresario avícola adelantó además que este 2017 cerraría con un pequeño incremento, respecto al año anterior, en volumen y facturación de las exportaciones.
Por supuesto que el famoso “costo argentino” se llevó un capítulo aparte y fue señalado como el gran enemigo de la competitividad local. Los altos costos laborales, impuestos y tasas provinciales y municipales –que muchas veces se superponen-, junto a la informalidad que muchas veces reina en algunos sectores productivos, completan un cóctel explosivo.
“El sector frigorífico argentino está atravesando una fuerte transformación y vemos como positivo el trabajo que está haciendo el Gobierno, a través de la Succa, para combatir la informalidad. Pero también hay que afinar los lápices porque los altos costos labores no están dejando afuera de muchos mercados”, detalló Darío Panattieri, responsable de exportación de Ecocarnes.
El industrial explicó que el 85% de sus costos de producción están atados al precio de la hacienda, que respecto a Uruguay y Paraguay es similar pero en comparación a Brasil es mucho más cara. La ecuación continúa siendo todavía más negativa porque del 15% restante del costo, el 80% corresponde a la mano de obra, mientras que en Brasil representa el 40% y en México el 60%.
“En esta cuestiones estratégicas tenemos que trabajar como cadena y con el acompañamiento del Gobierno. Entendemos que la reforma fiscal y laboral viene a solucionar algunas de estas cuestiones, pero a la par nosotros como empresarios debemos acompañar estas medidas con trabajo serio”, cerró Panattieri.