Ignacio Diez Peña se encuentra en el en el departamento cordobés de San Alberto, en un paraje rural llamado comuna de Ambul, donde vive y trabaja como coordinador de todos los cursos secundarios del Instituto Provincial de Enseñanza Media (IPEM) 384 al que acudían, hasta el comienzo de pandemia por Covid-19, unos 100 estudiantes.
La escuela volvió a abrir sus puertas el 17 de febrero de 2021 para que las autoridades y docentes puedan empezar a preparar el ciclo lectivo e iniciar las clases el 1 de marzo. “Cuando en marzo del año pasado se cerraron las escuelas nosotros, que estamos en un medio rural, no estábamos preparados para afrontar una continuidad por medio de la virtualidad, porque acá los chicos viven en parajes alejados en el campo y la conectividad a internet no es buena”, dijo Peña en diálogo con Bichos de Campo.
El licenciado en psicología aseguró que “el daño que se generó sobre los chicos en la ruralidad es tremendo, muchos pasaron a la vida adulta”. Remarcó que en ese momento se perdió la mirada y contención necesarias de parte del docente y de la institución que es imprescindible, sobre todo en situaciones de vulnerabilidad como las que Peña asegura que viven muchos chicos que asisten allí.
“Son familias de bajos recursos en las que a veces los padres no terminaron ni la primaria y en las que hay un celular para todo el núcleo familiar. Así y todo se intentó seguir con la escuela, y a los chicos más imposibilitados se le alcanzó el material de algún modo, pero sinceramente, al no tener la contención y seguimiento, muchos no pudieron continuar”, describió.
Para Peña, “en la ruralidad un chico de 15 años ya suele ser considerado adulto, y además tengamos en cuenta que el nivel socio económico es medio tirando a bajo en el instituto, porque provienen de familias rurales que poseen pequeñas parcelas o que tienen algunos animales y así se la rebuscan en la subsistencia, muchas veces quedando fuera del sistema”.
La escuela en la que Peña dirige los cursos secundarios se sostiene con una cuota cooperativa única y voluntaria pero a pesar de eso, se notó mucho en el IPEM 384 la desvinculación de estudiantes del mismo, sobre todo en los cursos más grandes. “Hablamos de una cifra cercana al 30% de estudiantes que cumplieron hasta la primera mitad del año pasado, con participación virtual a través de grupos de whatsapp a través de los cuales se mandaba el material y se hacía el seguimiento, pero luego de mitad de año este panorama cambió y muchos de ellos se fueron a trabajar”, se lamentó.
Peña manifestó que frente a esta realidad que afrontan en la ruralidad intentaron dialogar con las comunas y municipios para que pudieran ayudar en el brindado de dispositivos de internet de modo tal que los chicos pudieran conectarse con las escuelas, pero el docente dijo que “no hubo respuesta de ningún tipo”.
Esos chicos que en plena pandemia abandonaron las escuelas son los que ahora está tratando de revincular Peña en el espacio educativo. De hecho el próximo 1 de marzo comenzarán las clases en ese establecimiento con una alternancia semanal y con burbujas de hasta 15 chicos.
“Nos encargamos de adaptar las actividades y el material didáctico a la realidad de los estudiantes en pandemia, y entonces todos los contenidos de biología, física e incluso matemáticas se aplican en proyectos que integren varias materias y no sólo una, todo siempre referido a la realidad concreta y particular de cada uno”, expresó.
A comienzos de este año es el ministerio de Educación de Córdoba sancionó que con un 30% de contenidos aprobados durante el año pasado los estudiantes ya pueden pasar de año y los que se hayan desvinculado en su totalidad deberán cursar el año que no siguieron. “No le llaman repitencia pero es como si lo fuera de algún modo. Tratamos de comunicarnos con las familias de esos estudiantes desvinculados pero no tuvimos gran respuesta”, declaró Peña.
Un tema sobre el que Peña mostró especial preocupación, y aclaró que lo notó en el establecimiento puntual en el que trabajo, es el aumento de embarazos de estudiantes en los cursos altos del secundario. “Esto notábamos que sucedía con incidencia de un caso por año pero el pasado notamos cuatro casos de chicas que quedaron embarazadas. De todos modos, a ellas que tuvieron sus hijos o que están por tener, se las acompaña en su escolaridad con materiales y apoyo”, dijo.
Para el psicólogo “la situación de no tener la rutina de venir a la escuela provocó que muchos chicos se desorganizaran o bien pasaran a hacer una vida adulta. Esto de no tener alguien que te escuche o contenga creo que marca la diferencia y así, el año pasado en lugar de tener una tuvimos cuatro estudiantes embarazadas”.
“Lo de las estudiantes embarazadas es algo que pasó en nuestra escuela. Quiero marcar que muchas veces hay situaciones de desprotección; algunos de esos chicos venían a la escuela y asistían a los albergues ofrecidos por la institución cuando provenían de núcleos familiares complicados, y al no haber podido tenerlo el año pasado, percibimos que en momentos de vulnerabilidad muchas de ellas escaparon al núcleo familiar de sus parejas y en algunos casos esa situación tampoco resultó diferente”, aclaró.
Otra cuestión que complica a las escuelas rurales de acuerdo a Peña es el transporte. “Los estudiantes llegan hasta acá de diferentes parajes alejados a la escuela y ahora se dificulta el acceso o cupos asignados para viajar. Tenemos un sólo único colectivo que llega y se va. Este es un tema que aún no tiene respuesta porque aunque dicen que habrá servicio los cupos seguirán limitados”, resumió.
Leo la nota de Ignacio Diez Peña y sumado a lo vivido en el día hoy en la Escuela Ipem 39 Don Bosco de Cordoba capital, no puedo sentir y pensar….¿que hicimos diferente para comenzar un año de esta manera.? Hoy me encontré con una escuela que no se puede abrir las ventanas, sin ventiladores, con reducido personal de limpieza, sin barbijos, sin alcohol en gel…con profes que llegaron en el único colectivo que llega a la Escuela abarrotado de gente…escuela descascarada… sistema caído y sin poder ver los nombres de los alumnos para buscarlos, encontrarlos, sostenerlos e incorporarlos al sistema educativo…gracias a Dios siempre hay alguien que da una mano y te acerca algunos teléfonos para contactarlos en forma individual…pero … mi pregunta es ¿ahora que hacemos?
Tuvimos tiempo de hacer mejoras, de recuperar los alumnos que dejaron la escuela…
de establecer vínculos con las familias para no encontrarnos con esta realidad…
¿Ahora como hacemos? ¿Quienes son responsables? ¿Como nos organizamos? ¿Por donde se empieza esta realidad? ¿Que es lo primero? ¿Que es lo urgente?
Estas preguntas y muchas más pasan por mi mente y se repiten con la nota de Ignacio a quien quiero y admiro por su trabajo en la Escuela de Ambul.
Tengo confianza, creo…el tema es que es un trabajo que tenemos que asumir la responsabilidad y el compromiso todos juntos.
Espero que la realidad no solo no nos baje los brazos abatidos sino que nos encuentre sumando y apostando para hacer cambios que generen una sociedad mas justa y equitativa.