La sequía golpea como pocas veces a la producción agropecuaria y crece la preocupación del gobierno respecto del ingreso de divisas de este año. A los funcionarios les preocupa el campo en tanto fuente de recursos, dicen los dirigentes del sector, pero lo que no miran las autoridades es que atrás de cada tonelada perdida hay personas que invirtieron y que este año enfrentarán fuertes pérdidas.
De acuerdo con lo que indicó el ingeniero Cristian Russo, especialista de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), las pérdidas en maíz son cada día mayores mientras se suceden los días sin lluvias suficientes.
“El 40% del maíz temprano de la zona central del país se perdió. En los lotes que se dieron por perdidos las cuentas son negativas en 1.500 dólares por hectárea en los campos alquilados, y de 800 dólares en los campo propio”, dijo el coordinador de la Red GEA, el sistema de monitoreo agrícola de la bolsa rosarina.
Un gráfico de ProRindes para entender el “drama maicero” que viene en camino
Por la persistencia de la seca, este año la mayor parte del cereal se intentó sembrar en forma tardía, pero aún así los impactos en los rindes estimados serían notables. “En ese caso se esperaban cosechas de 9.000 kilos por hectárea, pero se estima en promedio una caída de entre el 35% y 40%, por lo que se alcanzarían 6.500 kilos. Eso se traduce en pérdidas de hasta 350 dólares por hectárea”.
En el caso de la soja, la Red Gea estima que en su zona de influencia “se destinaron al cultivo 4,1 millones de hectáreas, de las cuales más de 3 millones están en condición entre regular y mala”. Por consiguiente, “de los 5.000 kilos de rinde esperados se cosecharían en promedio apenas la mitad, unos 2.500 kilos”.
Esto se da en un contexto en el cual los costos fueron altos, con fertilizantes y otros insumos que retrocedieron respecto de los niveles picos de precios, pero que siguen siendo costosos respecto de los niveles históricos. A su vez los productores convalidaron alquileres elevados, lo que también aumentó el costo productivo.
Esa competencia por la tierra y por los insumos van de la mano, entre otros motivos, del interés de los productores por asegurarse donde sembrar para no quedarse con pesos en la mano. Esto da cuenta de que el modelo planteado por las políticas oficiales exige que el clima juegue a favor de la producción, para compensar los daños sobre el valor del dinero que todos buscan cambiar por insumos o mercaderías, y el impacto del tipo de cambios atrasado y desdoblado.
Es innegable tercer año consecutivo de la niña y su consecuente sequía.
Quería comentar algo pero aclaro que no pretendo menoscabar el verídico testimonio expuesto por el periodista.
En cuanto a la lechuga que quizás no le germinó, es un cultivo que generalmente no se siembra en Enero debido a las altas temperaturas a menos que lo mantenga con constante humedad ya que las altas temperaturas inhiben su germinacion.