Diversas instituciones y personas, muy pocas, recordaron que este jueves 5 de diciembre se celebra el Día Mundial del Suelo. “Es una muy buena oportunidad para reflexionar sobre lo que significa este recurso, estratégico para la alimentación y cada vez más importante para otras cadenas productivas, además de ser un factor central para asegurar la sustentabilidad ambiental en un mundo amenazado por el cambio climático”, reflexionó por ejemplo la empresa Profertil en un comunicado sobre este asunto.
Lamentablemente el tema del cuidado de los suelos no logra penetrar en los ámbitos de debate social, y queda relegada la discusión a los ámbitos más especializados del sector agrícola.
La fecha fue instituida por las Naciones Unidas en 2014, con el objetivo de concientizar sobre la necesidad de combatir la erosión en múltiples regiones del planeta, que pone en serio riesgo la posibilidad de seguir utilizando los suelos de manera productiva.
Cada cinco segundos se degrada una superficie de suelo semejante a una cancha de fúbtol, dijo la FAO en un spot publicitario, que solamente será visto por sectores muy pequeños de la población, que suelen ser los que además ya están concientizados. Por ejemplo, nosotros:
Recuerda Profertil, que es una empresa especializada en fertilización, que un 33% del suelo mundial tiene una degradación de alta a moderada, debido a la erosión hídrica y eólica, a la compactación producida por la máquinas de laboreo, a la salinización y a la falta de reposición de los nutrientes que extraen las cosechas.
“La erosión acelerada del suelo puede tener consecuencias desastrosas para todos. Si no actuamos ahora, más del 90% de los suelos de la Tierra podrían degradarse para 2050”, advierte la FAO. Pero muy pocos la escuchan.
“Está claro que cuidar el suelo es una tarea básica para tener la agricultura que queremos. Para alcanzar ese objetivo, debemos trabajar entre todos”, manifestó Daniel Pettarin, gerente general de Profertil.
Pero poco parece conmoverse la opinión pública a pesar de estos llamamientos.
Por su parte, el Equipo de Pensamiento Prospectivo de Suelos, Nutrición y Cultivos de Servicios de Aapresid y la Asociación Argentina de la Ciencia del Suelo (AACS) destacaron en otro comunicado el rol fundamental que este recurso cumple en nuestros sistemas y repasaron las prácticas que ayudan a mejorar su estado. Aapresid aprovechó para remarcar su iniciativa para virar hacia una “agricultura siempre verde”, lanzada días atrás como herramienta justamente para evitar una mayor erosión de este recurso.
El agrónomo Guillermo Divito, asistente Técnico Regional AAPRESID Necochea, señaló que desde hace años, productores y asesores advierten que la salud de los suelos está sufriendo deterioros progresivos, que comprometen la sustentabilidad.
“La pérdida de materia orgánica, que incide directamente sobre las propiedades físicas, químicas y biológicas del recurso, sumado a la caída en la disponibilidad de nutrientes y la erosión son las principales causas de dicho deterioro. Destacamos que la siembra directa es un factor imprescindible, pero no suficiente para su conservación. Debemos procurar entonces intensificar y diversificar las rotaciones de manera sustentable” indicó Divito.
En tanto, la agrónoma y docente Carina Álvarez, miembro de la AACS, marcó que “dentro del deterioro que puede sufrir el suelo por uso antrópico -es decir por uso humano- la erosión es uno de los más importantes, ya que implica una pérdida irreversible. No podemos volver a reconstituir esos centímetros de suelo que se han perdido por estos procesos de degradación”. Ante esto, fue contundente, y recalcó que “construir un metro de suelo como los de la Región Pampeana toma 10.000 años de proceso de formación. Por eso es vital su cuidado”.
Muy pocos se detuvieron a escucharla, incluso muy pocos productores lo hicieron.
“El suelo es el principal capital de los productores agropecuarios y aporta sus beneficios para toda la sociedad, al producir alimentos y, cada vez más, otros productos que forman parte de la vida cotidiana, como los combustibles elaborados a partir de maíz o el papel fabricado con caña de azúcar. Por eso, debemos cuidarlo y la tarea debe ser de todos”, subrayó el comunicado de Profertil con el que abrimos esta nota.
Ahora que ya la terminamos, se han perdido unas cuantas canchas más de fútbol debido a la degradación del recurso. Pero como no son ni la de Boca ni la de River, nadie se dio cuenta.