Es raro enterarse de que en Mendoza existe una fábrica privada de aviones, una de las pocas que funcionan en la Argentina. Decimos: ¡Queremos verla! Y allí nos llevan y nos muestran los galpones ubicados entre viñedos. Queda en el departamento Rivadavia, en el este mendocino, a unos escasos 50 kilómetros de la capital provincial. Se llama Aerotec y tiene pasado, presente y futuro ligado con el sector agropecuario.
Vamos al pasado: Mario Cardama era un productor de la zona que se dedicaba a la avicultura, pero en 1996 -cuando aquella actividad estaba en crisis- decidió cerrar los galpones de pollos y los reconvirtió en hangares para aviones, su gran pasión. A esa altura Mario ya era piloto comercial, instructor de vuelo de avión y planeador. Había presidido los aero club de Rivadavia y San Martín. Sus hijos heredaron esa vocación y ahora siguen al frente de esa compañía.
Héctor Guerrero, actual gerente comercial de Aerotec, relató a Bichos de Campo cómo siguió esa historia y sobre todo como nació la fábrica propiamente dicha, porque hasta 2014 la firma solo brindaba servicios aéreos y en todo caso intervenía importando aviones desde Italia. También la historia reciente del agro mete la cola. Por esos tiempos, Guillermo Moreno, el ex secretario de Comercio Interior, exigía a quienes querían importar que equilibren sus balances con exportaciones. Fue así como por ejemplo la electrónica Newsan incursionó en el negocio de la pesca. En el caso de esta empresa mendocina, se ofreció al funcionario ensamblar los aviones directamente en Mendoza, con mano de obra local.
Mirá la entrevista completa con Héctor Guerrero:
En Aerotec hacen eso: traen los fuselajes de una linea de aviones italiana muy reconocida en el mundo de la aviación y aquí los terminan con motores e instrumental que traen desde otros puntos del planeta, porque no hay fabricación nacional, todavía. Finalmente el 45% de la mano de obra de los aviones es nacional: unas 70 personas trabajan en la fábrica mendocina.
Hasta ahora han ensamblado unos 100 aviones. Son naves “multipropósito”, ya que sirven para escuelas de aviación y para empresas privadas que los utilizan para tareas como la inspección de territorios, la toma de fotografías o el traslado de personal. También para actividades vinculadas al agro, claro. Y aquí se mezcla el presente.
Desde hace bastante tiempo que Aerotec presta servicios para el ISCAMEN, que es el servicio sanitario de la provincia de Mendoza, principar soporte para las barreras sanitarias que defienden a la provincia de la Mosca de los Frutos y otras plagas. La firma se ocupa de dispersar desde el aire los machos estériles de esa mosca, para llevar adelante la estrategia de control biológico de la plaga. “Desde acá se hace toda la siembra de la mosca”, resume Guerrero.
También se han hecho fumigaciones contra la más reciente Lobesia Botrana, o la polilla de las vides. Pero el pico del reconocimiento fue una reciente aplicación de desinfectantes realizado por aviones de Aerotec para frenar el avance del Covid-19.
Los aviones italianos que se ensamblan aquí no son tan caros como uno se podría imaginar: valen unos 150 mil dólares y tiene un bajísimo consumo de combustible, unos 16 litros por hora de nafta común.
Según el directivo de la empresa, y aquí viene el futuro, pueden ser una inversión para muchos productores agropecuarios que quieren trasladarse rápidamente a sus establecimientos. “Si tenés un campo a más de 300 kilómetros te conviene más tener un avión que una camioneta. Esto en Estados Unidos esto es muy común. Acá todavía nos falta esa costumbre”.