La familia Scurti lleva muchos años trabajando en el negocio de la carne, a cargo del frigorífico San Antonio que hace poco cumplió 30 años de actividad ininterrumpida en Córdoba Capital.
Edgardo, quien está ahora al mando de la empresa, recuerda cómo fueron sus inicios cuando era apenas un adolescente: “Comencé trabajando con mi padre, que tenía una pequeña distribuidora de carne porcina y embutidos. Estudiaba de noche para poder trabajar durante el día, y desde entonces no paré”.
En los 90 Edgardo y su padre decidieron dar un paso clave, que fue invertir en maquinaria propia y fundar su propio frigorífico. Así nació Frigorífico San Antonio, que comenzó a operar el 13 de junio de 1994 con una pequeña planta, una embutidora de 20 kilos y una moledora. En ese momento eran un equipo reducido de tan solo cuatro personas.
En los inicios “todo se hacía en pequeña escala, pero con un objetivo muy claro: ofrecer la mejor calidad”, explicó Edgardo.
Con el tiempo, la empresa fue creciendo en estructura, producción y mercado. En 2008, debido al crecimiento residencial del barrio donde funcionaban originalmente, la planta fue trasladada a su actual ubicación, ya con habilitación provincial, lo que marcó un nuevo punto de inflexión.
“Antes de la mudanza trabajábamos con apenas 10 productos. Hoy superamos las 100 referencias entre embutidos, fiambres, cortes frescos y productos afines”, detalla.
Aunque el frigorífico no realiza faena, selecciona cuidadosamente a sus proveedores para asegurar la calidad sanitaria y nutricional de la materia prima.
Tres décadas más tarde de su fundación San Antonio produce 180.000 kilos mensuales de carne y embutidos, y cuenta con un equipo de aproximadamente 60 empleados.
Ese crecimiento fue posible porque “dejamos todo y siempre apostamos por la industrialización y la innovación y con ese fin viajaron recientemente a la feria internacional IFFA que se hace en Frankfurt, Alemania. Hasta allá fueron a buscar nueva maquinaria: una embutidora automática, hornos industriales y una termoformadora”, contó el empresario.
Sobre la evolución del mercado, Scurti dijo que “está yendo hacia productos envasados al vacío y el packaging se volvió un factor clave de competitividad. Además hay un creciente consumo de cortes frescos. Actualmente, de los 20 kilos per cápita anuales que se producen en el país, alrededor de 14 kilos son destinados al consumo directo”.
“Hoy en día, muchas familias priorizan el consumo de cortes frescos por su excelente relación entre calidad, sabor, versatilidad y precio. En cambio, el consumo de fiambres y embutidos se ha visto algo limitado, en parte por el contexto económico, que hace que estos productos no siempre sean accesibles para todos”, indicó.
Por otra parte, Scurti se mostró preocupado por el avance de la informalidad en la producción y comercialización de alimentos. “Vemos una proliferación de mercados barriales con un alto nivel de informalidad. En más de 30 años en el sector, nunca vi algo así. Es una competencia ilegal que nos afecta directamente, y está profundamente vinculada a la situación social que atraviesa el país. Hay muchas personas con dificultades laborales y económicas, y eso favorece este tipo de prácticas”, advirtió.
A esta problemática se suma, según el empresario, una falta de educación sanitaria y de conocimiento sobre alimentación segura. “Mucha gente termina priorizando el precio sin saber lo que está comprando, sin información sobre el origen, la manipulación o las condiciones sanitarias de los productos”.
“Lamentablemente, hay quienes se aprovechan de esa falta de información para vender sin controles ni garantías, poniendo en riesgo la salud de la población”, apuntó el empresario.
Edgardo Scurti reafirmó también el compromiso de Frigorífico San Antonio con la producción responsable: “Creemos en el trabajo formal, en el desarrollo sustentable de la industria, en la calidad como pilar fundamental, y en cuidar al consumidor a través de alimentos seguros y confiables. Tenemos una enorme responsabilidad, y desde nuestro lugar seguimos apostando al crecimiento, a la innovación y, sobre todo, al respeto por quienes nos eligen”.