Lola Müller le encontró una vuelta al tradicional e histórico negocio de producir corderos en Tierra del Fuego, la zona más austral de la Patagonia. Creó la que, asegura, es la única fábrica de chacinados en toda la isla. Hablamos de Chacinados San Andrés, una empresa familiar que pasó de lo artesanal a la producción en serie de chacinados y embutidos de cordero y también de cerdo.
¿Y cómo se les ocurrió comenzar a producir salamines de cordero?
“Por la distancia hubo un problema con la barrera sanitaria. Entonces no podía ingresar cerdo a la isla de Tierra del Fuego. Por lo cual, era muy limitado lo que podíamos hacer con los chacinados. Así fue que recurrimos a la producción local para hacer pruebas y lograr un producto que hoy tiene sello de calidad”, dijo Müller a Bichos de Campo.
Se trata de un producto totalmente nuevo en el mercado local, a pesar de que allí las poblaciones están rodeadas de ovinos desde hace más de un centenar de años. La fábrica cumplió 5 años en abril de 2018 y tiene la expectativa de seguir creciendo. Además, cuenta con un sello de calidad que avala que elaboran es un producto 100% gourmet.
Mirá lo que nos decía Lola Müller de Chacinados San Andrés:
Sobre los canales de comercialización, Müller comentó que “por ahora vendemos en las tres ciudades que conforman la provincia y tenemos proyectos para poder salir al resto del país”.
Hacer salame de cordero es una tarea que requiere su cuidado, según Müller: “La carne es muy delicada; por eso no es tan masiva la producción, y requiere de 21 días desde el proceso de maduración, pasando por el secado y logrando el salame como producto final. Algo clave es que este embutido está compuesto en su mayoría por carne, siendo 85% de carne de cordero y 15% de tocino”.