Unas once cooperativas pequeñas de colonos misioneros se están agrupando para hacerle frente al eterno problema del sector: que los precios que cobran por la yerba compense sus costos de producción y les permitan vivir de modo digno.
José Semenchiuk es uno de los representantes de este consorcio de once cooperativas agrupadas en el consorcio llamado “Esperanza Yerbatera”. La idea es comenzar a vender el producto bajo una marca unificada y dividir la producción de los paquetes de yerba mate en tres zonas (norte, centro y sur de Misiones), ya que varían los “blends” o mazclas tradicionales en cada una de ellas.
“Logramos agruparnos para tener un mayor volumen y lograr mejores ventas, para salir al mercado abaratando costos, porque aunque haya ocasiones en que se llegue a pagar el valor oficial, el mismo está muy por debajo de los costos que tenemos para producir esa hoja verde”, contó Semenchiuk a Bichos de Campo.
Mirá lo que nos decía José Semenchiuk:
Lo que pretenden con el consorcio conformado es vender bajo una marca unificada, debido a que de las 11 cooperativas que lo componen, solo cinco tienen marca propia y salen a vender con esas denominaciones. “Queremos una marca que sea del consorcio, al igual que la de una cooperativa grande”, remarcó el productor.
Ver: Una rareza en el sector yerbatero: la hoja verde se paga más que el valor oficial
¿Cambia la ecuación del productor terbatero si se agrupa y vende con marca? Semenchiuk no lo dudó: “Sí, porque de este modo él puede salir a vender su propio producto terminado, y no sólo la materia prima a una empresa privada o a un secadero. Eso repercutirá en las arcas de la cooperativa, del consorcio y del colono”.
El dirigente cooperativo concluyó: “Hoy el intermediario se lleva la mayor parte de las ganancias yerbateras. Por eso muchos productores abandonan sus chacras y los jóvenes no se quedan porque no ven rentabilidad. Por eso se engrosan las villas. Es un déficit que el productor no perciba lo que le corresponde”.