En la provincia de Buenos Aires hace diecisiete días que un bloqueo de transportistas autoconvocados impide el ingreso de camiones a las terminales portuarias presentes en Quequén y Bahía Blanca, lo que produce perjuicios significativos a los productores urgidos por comercializar trigo y cebada recientemente cosechada.
Si bien los piquetes también se realizaron en la provincia de Santa Fe con el propósito de impedir el ingreso de camiones con granos a las terminales portuarias de la zona de influencia de Rosario, pocos días después de iniciados el ministro de Seguridad de esa provincia, Marcelo Saín, ordenó que se empleará la fuerza pública para desarmar piquetes y garantizar el libre tránsito.
Sin embargo, los piquetes realizados en los puertos bonaerense no parecen estar en la agenda de trabajo del gobernador de esa provincia, Axel Kicillof, quien ni siquiera se manifestó públicamente sobre el conflicto.
Tampoco mostró interés en el asunto el ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni, cuya agenda está fundamentalmente focalizada en el conurbano bonaerense y, por cuestiones estacionales, en estos días también en la Costa Atlántica.
Diferentes entidades integrantes de la cadena agroindustrial vienen reclamando hace días –sin éxito– que se permita el ingreso de camiones con granos a las terminales de Bahía Blanca y Quequén, dado que acaba de finalizar la cosecha de trigo y cebada y, por lo tanto, muchos productores y acopios bonaerenses necesitan entregar mercadería comprometida a compañías exportadoras, las cuales, a su vez, tienen compromisos internacionales, algunos de los cuales ya fueron cancelados para ser redireccionados hacia otros orígenes.
El presidente Alberto Fernández tampoco parece estar interesado en el problema: si bien ayer se reunió en la Casa Rosada con representantes institucionales del sector transporista –que no reconocen como válida la protesta de los autoconvocados–, en el evento no se hizo referencia al bloqueo realizado sobre puertos granarios bonaerenses.