A pesar de ser el deporte nacional, el Pato ha quedado un tanto olvidado y para las nuevas generaciones es prácticamente desconocido. Los primeros registros de este deporte en los territorios de nuestro país datan del 1610, con reglas bastante distintas a las de hoy. De los casi 300 campos de Pato que existieron entre las décadas de 1950 y 1980 –su época dorada- hoy quedan solo 50 en la provincia de Buenos Aires y algunos más en el resto del país.
“Nos han dado muy poca bola en los últimos diez años, sobre todo con los subsidios y las ayudas. No nos han tratado como si fuéramos el deporte nacional”, dijo Guillermo “Willy” Bracuto, presidente de la Federación Argentina de Pato, a Bichos de Campo.
Esa es una de las razones por las que a fin del año pasado presentaron dos proyectos de ley para que este deporte, con más de 400 años de historia, se incorpore a los manuales de enseñanza en las escuelas. “Queremos que se agregue en los manuales al 16 de septiembre como el día del pato, el deporte nacional”, afirmó Bracuto y agregó que también trabajan para adaptar un reglamento que sirva para que los chicos jueguen en el patio.
Mirá la entrevista completa a Guillermo Bracuto acá:
¿Cómo se juega al Pato? En primer lugar con caballos, pero con una dinámica muy distinta a la del polo. La cancha tiene 220 metros de largo por 95 de ancho y cuenta con dos aros en las puntas opuestas. La idea es que cuatro jugadores contra otros cuatro se disputen la pelota y logren embocarla allí.
Aunque no es un juego muy largo, son seis tiempos de ocho minutos cada uno, el Pato requiere de varios caballos por jinete. “Por jugador se usan entre 5 y 6 caballos por torneo. Es un esfuerzo de cría y de guarda, pero cuando vas a cualquier torneo de Pato en cualquier localidad de Argentina, ves a los caballos y estás viendo atletas de primer nivel”, explicó el presidente de la Federación.
Algo interesante es que este deporte llegó a ser prohibido durante diez años por ser considerado violento. En sus inicios, los equipos estaban formados por 20 jugadores cada uno y el contacto físico podía hacer caer del caballo a más de uno. En 1938 esa prohibición se levantó, se escribió un nuevo reglamento y en 1941 se creó la Federación Argentina de Pato.
Con 67 años recién cumplidos de haber sido decretado deporte nacional, el Pato hoy comparte el mismo mercado de caballos que el Polo y entre ambos nuclean a los mejores jinetes del país. “Tenemos casi 9 millones de caballos en Argentina para entrenamiento, training y trabajo. Hay caballos de Pato excelentes para jugar al Polo y caballos de Polo excelentes para el Pato”, aseguró Bracuto.