El gobierno que supuestamente venía a combatir a “la casta” para oxigenar al sector privado luego de una sucesión de gobiernos intervencionistas ahora se propone aumentar derechos de exportación.
El momento no podía ser menos oportuno: un informe elaborado por Coninagro con datos de noviembre de este año muestra que apenas dos economías regionales estaban en buena situación para entonces, mientras que cinco se encontraban en riesgo y doce en situación de crisis o ingresando a la misma.
“Un aspecto importante es que se trata del último ‘semáforo’ predevaluación, ya en los próximos meses comenzarán a verse los efectos de la devaluación instrumentada en diciembre tanto en los costos, en los ingresos y en los mercados de referencia”, advierte el informe de Coninagro.
También comenzará a impactar la pérdida de competitividad generada por al suba del “impuesto PAIS” a las importaciones –que pasó del 7,5% al 17,5%– y del aumento de derechos de exportación con una alícuota general del 15%, propuesta que debe ser aprobada (o no) por el Congreso.
Además del arrastre de los problemas generados por el desastre climático registrado en 2022/23, se evidencian subas de precios al productor por encima de la inflación en ocho de las actividades monitoreadas.
“La cuenta a pagar también se hace más grande: los costos se mueven por encima de la variación interanual de los precios en diez actividades. Las exportaciones, uno de los temas de actualidad, se han recuperado sólo en cinco actividades. Cambios en esta variable deberían esperarse en los semáforos posteriores a la variación del tipo de cambio”, apunta el informe (aunque la competitividad cambiaria, al ritmo actual de la aceleración inflacionaria, se esfumaría en un par de meses).
La ironía es que, si finalmente se llegan a incrementar las retenciones, los pocos sectores que estaban empezando a repuntar volverían a experimentar problemas para poner en un “rojo” completo el “semáforo” elaborado por el equipo técnico de Coninagro.
“El maní es un cultivo que requiere inversiones en tecnología (dolarizada) que no se pueden posponer: el gasto directo suele ser casi dos o tres veces el de un maíz de alta tecnología. Los alquileres, a su vez, tienen valores superiores a otros cultivos. El maní se exporta (más del 90%) en forma de grano para consumo directo o industrializado (aceite, harina, pasta), atravesando procesos de limpieza, descascarado y clasificación. No es un grano que pueda almacenarse durante años, y la comercialización se gestiona a la par del cultivo. Recientemente la cadena estuvo afectada por la sequía, por lo que la campaña anterior dejó escasa producción”, explica el informe.
“Los precios del maní, principal variable de los ingresos de los productores, se determinan internacionalmente. Variaciones en el tipo de cambio y de las alícuotas a los derechos de exportación se traducen en forma directa a los precios, por ello la preocupación ante los recientes anuncios. Esta cadena, en caso de contar con un 15% de derechos de exportación, se espera que genere rentabilidad negativa adicional en toda la cadena, justo a mitad de la campaña”, añade.
El maní es sólo uno de los complejos agroindustriales que resultarían afectados por el aumento pretendido de retenciones, dado que la lista además se integra por malterías, semillas forrajeras, harina de trigo, maíz pisingallo, girasol confitero, algodón, ovoproductos y alimentos balanceados, entre otros sectores.
El “semáforo” elaborado por Coninagro un índice que busca reflejar la actualidad de las economías regionales a través de colores para una comprensión más sencilla. Se elabora y difunde mensualmente desde enero de 2018, donde se analizan 19 economías regionales, con datos de fuentes públicas o privadas, con un proceso de validación con referentes de cada sector. Comprende las variables del negocio a nivel productor, producción y situación del mercado.