Georgina Sauré es Licenciada en Psicopedagogía y adiestradora canina. Cría y asesora sobre Perros Protectores de Ganado (PPG). Vive en Concordia, Entre Ríos. – miamigofiel10@gmail.com
–¿Es lo mismo perros pastores que protectores de ganado (PPG)?
-No. Los perros pastores se dividen en dos grandes subgrupos, los de arreo, que juntan y mueven el ganado, y los protectores, que alertan y protegen de depredadores.
-¿Los PPG se utilizan para vacas, ovejas, gallinas?
-Lo más común es ovejas y cabras. Hoy en día al cambiar la manera en que tratamos a los animales, buscando su bienestar, también los perros pueden proteger a las aves de corral. Y hasta se pueden encontrar perros protegiendo pingüinos.
–¿Son compatibles con el concepto de gallinas felices?
-Sí, porque son gallinas libres que pastorean durante el día y por la noche suben a su gallinero para dormir. Debemos recordar que para que estén protegidas por un PPG siempre deberán estar contenidas por algún tipo de barrera física, como una malla o un alambrado; de lo contrario, el perro se irá.
–¿En qué consiste el entrenamiento?
-Comenzamos con la selección de los padres, buscando progenitores sanos que vengan trabajando en la protección del ganado. Luego sigue la etapa llamada imprinting o impronta: desde el momento que nacen los cachorros hasta que parten con su futuro dueño, viven además de con su madre y hermanos, con la nueva especie que queremos que a futuro proteja. De esta manera se logra crear un vínculo familiar entre perro y oveja/cabra.
–¿Luego?
-Viene la etapa llamada de vinculación, que comienza cuando el cachorro es separado de sus hermanos y va al campo. No se queda en la casa recibiendo mimos, sino que va directo a un corral que debe ser diseñado específicamente para esta tarea.
Al destetarlo se produce estrés y lo tenemos que utilizar a favor: al sentirse solo le ofrecemos la única compañía de algo que él conoce muy bien, las ovejas o cabras. Pero esta vez será el productor quien elija con mucha atención quienes serán la nueva “familia de sangre”: tres o cuatro ovejas mansas. Pasará junto a ellas el tiempo que sea necesario, hasta que veamos que él se siente a gusto con ellas y viceversa. En ese punto estamos listos para para dos nuevos procesos: por un lado ir agregando gradualmente más animales (recordar que los perros identifican a cada una de ellas, no son todas iguales y necesita tiempo para vincularse a quienes serán su “familia extendida”) y por otro lado vamos aumentando la superficie, y comenzamos la adaptación a campo.
–¿Cuánto tiempo lleva?
-A los dos años es donde podremos ver la eficacia real de estos perros, pues si se siguieron todos los procesos y tiempos indicados, es a esa edad donde su madurez física y comportamental termina de forjarse, pudiendo hacer frente, para defender su familia y atacar al depredador. Desde mucho antes nos van dando señales para que podamos evaluar cómo viene su entrenamiento, comienzan a ladrar al ver algo extraño, no se alejan de su majada, se interponen entre lo desconocido y sus ovejas, etc.
–¿Cuánto vale uno de estos perros?
-El valor de un cachorro con impronta, desparasitaciones, vacunas, de un criador serio va desde los 40.000 pesos hasta los 60.000.
–¿Hay alguna raza específica?
-En Sudamérica las más empleadas son Maremmano Abruzzese, Montaña del Pirineo o Gran Pirineo y el Mastín del Pirineo, pero es importante saber que hay más de 50 razas agrupadas en la categoría de PPG. Sólo estas razas tienen el combo completo con las características que se necesitan para la tarea que buscamos, pero que sea de una de esas razas es sólo el inicio. Lo fundamental es que sus padres y abuelos sean perros que realmente trabajan cumpliendo esa función, pues si ellos llevan una vida de ciudad o viven en el campo pero nunca trabajaron, sus instintos van disminuyendo.
–Una vez ya entrenado y puesto a trabajar en el campo, ¿cómo se debe tratar al perro?
-El manejo es muy diferente al que solemos tener con la mayoría de los perros. Es fundamental que el contacto con el humano sea poco, solo dos o tres personas deben vincularse con él. Serán los encargados de velar por su bienestar, alimentarlo, revisarlo para ver su estado general (garrapatas, heridas) y debe lograrse un vínculo equilibrado, recordando que para el perro lo más importante son sus ovejas.
–¿Y con los otros perros que viven en el campo?
-No debe tener relación de amistad con el resto de los perros. Sí se los presenta, para que sepan quién es quién, pero sólo eso. El mayor estrago que estamos teniendo los productores de ovejas son los perros asilvestrados o cimarrones así que si nuestra intención es que el PPG dé la alerta y enfrente a los perros, debemos ser coherentes y no permitirle que cree amistad con otros perros. Es fundamental supervisar al perro con cada nueva experiencia, etapa de parición de corderos, ingreso de nuevos ejemplares a la majada, cambio de potreros, etc.
–¿Qué debe preguntarse la persona antes de comprar a un perro protector?
-Realizar una evaluación sobre los depredadores de su zona, las pérdidas reales causadas por ellos y si se cuenta en el campo con los recursos para poder implementar el correcto uso del perro: personal capacitado y con tiempo para dedicarse al PPG, alambrados en óptimas condiciones, corrales para realizar la vinculación con sus ovejas, etc.
–¿Qué se hace en el caso de que haya un depredador? ¿El perro ataca?
-El último recurso que tiene el perro es atacar. Son animales muy inteligentes y su vida es lo más preciado. Se dedican a marcar el territorio para dejar su rastro y así avisarles a otros animales que él anda por ahí, ladran cuando escuchan o ven algo extraño en las cercanías, persiguen a lo que ingresa al territorio, y en última instancia lo atacarán. Su objetivo es alejar y disuadir a los depredadores.
–¿Y en el caso de que el predador sea un perro cimarrón o el de un vecino?
-El PPG actuará igual con todos los perros, tratará de alejarlos y llegado a la adultez puede llegar a matarlos. No es lo mismo para él hacer frente a un perro, que a una jauría, que pueden lastimarlo, “traumarlo psicológicamente” o matarlo. Lo mismo sucedería si una jauría de chanchos salvajes o jabalí se enfrentan con un cachorrón. Debemos velar por su seguridad no sólo física sino también de su espíritu: si estamos teniendo ataques en jauría, el cachorro junto a las ovejas deben ser guardados hasta que este complete su madurez.
–¿Conviene avisarles a los vecinos que tenemos un PPG?
-La relación con los vecinos es un tema crucial para la efectividad del perro: antes de que llegue debemos avisarles que estamos entrenándolo para esa tarea, dejarle nuestros teléfonos para que nos llame si por accidente lo ve en su campo y explicarle que este tipo de perros no tiene intención de matar sus ovejas, y comenzar a hablar sobre las políticas de castración del resto de los perros.
–¿Qué otras acciones se puede realizar para evitar a los depredadores?
-Campañas de castración, priorizando a los perros que se encuentran en la vía publica y en los campos. Encierre nocturno, alambrados y mallas electrificadas, reflectoreo nocturno, trampas, cámaras de seguridad.
–Trabajar con perros, ¿es un arte o una ciencia?
-Un arte. Si uno no está convencido sobre el uso de los PPG, si no se tiene tiempo para formarse como su guía y no se lo puede supervisar por casi dos años, es mejor no “comprarse” un problema. Pero si luego de evaluar a conciencia que un PPG puede ser una alternativa eficaz en la tarea diaria y uno se compromete a ser su dueño para toda su vida, nos brindará mucho más de lo que nos imaginábamos.