Los precios de los futuros de soja y maíz en el CME Group (“Chicago”) siguieron bajo presión esta semana impulsados por “apuestas bajistas” realizadas por operadores especulativos.
El martes pasado –según publicó este viernes la Commodity Futures Trading Commission– las posiciones netas de los administradores de fondos en ambos granos gruesos volvieron a caer ante el temor de la aparición de factores bajistas.
Más allá de las “novelas” escritas por el USDA, el panorama de la cosecha gruesa sudamericana luce complejo, mientras que la crisis económica presente en la Argentina condiciona enormemente el ritmo de venta de soja.
Diez en dibujo: El USDA sigue “inflando” las cifras de la cosecha gruesa sudamericana
El creciente consumo de biodiésel en EE.UU., y también –de manera incipiente– en Brasil, contribuye a promover el procesamiento interno del poroto en ambas naciones para generar nuevos “pisos” de precios para el aceite de soja.
Si a eso le sumamos que EE.UU. cuenta con un stock interno de soja muy bajo en términos históricos, entonces es factible advertir que no existen fundamentos técnicos para ser tan pesimista con respecto al precio de la soja estadounidense.
Sin embargo, los factores que están detrás de las decisiones de los operadores especulativos pueden obedecer a cuestiones de orden geopolítico, los cuales –tal como sucedió con el conflicto ruso-ucraniano– no son fáciles de pronosticar tanto en lo que respecta al surgimiento con al desarrollo.
El gran interrogante presente en un eventual agravamiento del conflicto en Medio Oriente –entre Israel y sus vecinos– es qué podría suceder con el Canal de Suez, que es una de las dos “arterias” logísticas del mundo en lo que respecta al comercio de commodities (la otra es el Canal de Panamá).
El caso testigo de Ucrania puede ofrecer algunas pistas al respecto, dado que, para poder adaptarse a los mayores costos logísticos –producto del avance ruso sobre los principales puertos del país–, los exportadores ucranianos tienen que “tirar abajo” los valores FOB de sus productos agroindustriales, lo que, a su vez, contribuye a deprimir el precio internacional de los commodities en cuestión.
En tal, escenario, los administradores de fondos estiman que es mucho mas “seguro” –si cabe el término– apostar por un mercado bajista que por un contexto optimista para los granos y derivados.
Las posiciones netas surgen de la diferencia entre las posiciones compradas (“long”, que fijan un precio techo y por ende apuestan a un mercado alcista) y las posiciones vendidas (“short”, que fijan un precio piso y por lo tanto apuestan a un mercado bajista).
Tales registros se difunden con algunos días de retraso para evitar que tal información impacte en las cotizaciones de granos.