Hasta comienzos de 2022 China se abastecía de maíz prácticamente en sólo dos orígenes: EE.UU. y Ucrania, pero, luego de la invasión rusa a este último país, ese proveedor quedó comprometido. Además, debido a la cuestión taiwanesa, la relación entre EE.UU. y China se tornó mucho más áspera,
En ese marco, el gobierno chino, además de promover mayores compras de productos alternativos –como sorgo y cebada forrajera–, salió a buscar nuevos proveedores de maíz.
El primer candidato fue Brasil, país que, luego de meses de negociaciones, a fines del año pasado finalmente comenzó a exportar maíz a la nación asiática. En 2023 todo indica que China será un gran cliente del maíz brasileño.
Pero en los últimos tiempos los chinos retomaron negociaciones con la Argentina para sumar a otra nación clave más en el club de proveedores mundiales del cereal.
En 2012 el Ministerio de Agricultura de la Argentina y la Administración General de Supervisión de Calidad, Inspección y Cuarentena de China (AQSIQ) firmaron un protocolo que habilitó la exportación de maíz hacia el mercado chino, pero desde entonces las ventas externas del cereal a China fueron casi inexistentes.
Eso porque el protocolo –aprobado durante la gestión de Norberto Yauhar al frente de Ministerio de Agricultura– contiene un capítulo, referido a plagas, que hace técnicamente inviable la exportación de maíz a ese destino.
En la última década negociadores argentinos propusieron en varias oportunidades que se procediera a revisar el protocolo, pero sin mayor interés por parte de la contraparte china. Pero en la actual coyuntura comercial y geopolítica los asiáticos están motivados en habilitar el ingreso de cereal argentino a su país.
La meta es que la habilitación pueda ser concluida en algún momento del primer semestre de 2023, de manera tal de que, con la recolección del maíz tardío, Argentina pueda comenzar a exportar cereal a China en el segundo tramo del año.
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