Indigo y Gensus son dos empresas muy nuevas en el medio agrícola local. La primera desembarcó el año pasado de la mano del ex Monsanto Carlos Becco y se dedica al estudio de ciertos microorganismos que pueden resultar beneficiosos para los cultivos. La segunda firma fue creada hace un par de años y está dirigida por otro ex Monsanto, Pablo Vaquero, que junto a un grupo de socios locales decidió hacerse cargo de la única empresa semillera de algodón que existe en el país. Gensus, así, es la sucesora de la vieja Genetica Mandiyú.
Indigo y Gensus son entonces Becco y Vaquero, que parecen haber tomado caminos muy diferentes y sin embargo vuelve a coincidir en un proyecto para hacer crecer un cultivo tradicional para las provincias del norte, especialmente en Santiago del Estero, Chaco y el norte santafesino. El algodón es una verdadera Cenicienta en la agricultura local. Muchas veces olvidado por las políticas agropecuarias, otras condenado por los mercados, y seguramente marginado del portfolio de investigaciones de las grandes compañías.
Bichos de Campo habló con Pablo Vaquero, el titular de Gensus, para que nos explique en qué consiste esta asociación. escuchá el reportaje:
“Estamos seguros de que esta campaña algodonera representa un punto de inflexión en la producción algodonera en Argentina”, sostiene Vaquero. Y agrega que, a semanas de una nueva siembra, “estamos visualizando un claro incremento del área de algodón debido a factores como mejores márgenes, precios sostenidos de la fibra a nivel internacional, oferta de semillas certificadas en cantidad y calidad, y al lanzamiento de nuevas tecnologías como la de Indigo”.
¿Qué es lo que aportará la compañía dirigida por Becco? Para empezar un conjunto de semillas Gensus que incorporarán la tecnología desarrollada por Indigo.
Pero esto es solo el puntapié inicial. A futuro, dice Becco, “podremos presentar distintas combinaciones de microorganismos que mejoren la tolerancia al estrés por calor o por falta de agua, así como continuar investigando para que cada año haya nuevas tecnologías disponibles”, explicó ese ejecutivo.
Indigo lidera la innovación de tecnología basada en el microbioma de la planta, es decir, en las comunidades de microorganismos que viven dentro de ella y que complementan los procesos naturales para mejorar la salud del cultivo y su productividad. Para ello, identifica microorganismos que son beneficiosos, los multiplica y los aplica a los cultivos mediante tratamiento externo de semillas. Dichos microorganismos, tienen el potencial para aumentar la resiliencia de la planta al estrés hídrico y térmico en ambientes adversos.
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Gensus, por su parte, es la única empresa nacional que desarrolla, produce, procesa y comercializa semillas de algodón fiscalizadas de calidad para el productor de la región. “La importancia que tiene un cultivo como el algodón para las economías regionales, su impacto social y la ocupación de mano de obra que genera, requiere soluciones sustentables que lleve mayor previsibilidad al productor” indicaron los nuevos socios.
“Con el lanzamiento de Indigo Algodón, aplicado sobre semillas certificadas Gensus, se espera aumentar el rendimiento del cultivo, con mejores resultados en la calidad de la cosecha. La alianza entre ambas compañías tiene como objetivo aportar valor e incorporar innovación a un segmento que estuvo rezagado en el acceso a nuevas tecnologías para la siembra”, añadieron en un comunicado.
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Cabe destacar que el algodón fue históricamente el principal cultivo del noreste argentino y ha estructurado la economía de varias regiones, posicionando al país en el 14° lugar en el ránking de producción global, pero apenas con el 0,9% del total. Entre los exportadores, ocupa el puesto 18, con 0,5% del comercio de la fibra.
De todos modos, muchos productores pequeños han dejado el cultivo en las últimas décadas, debido a las sucesivas crisis de rentabilidad y la competencia de la soja. Actualmente existe un modelo de producción algodonera que se caracteriza por grandes extensiones, un productor tecnificado, inversión en nuevas desmotadoras, en el marco de una nueva política algodonera nacional y de los cambios en el escenario internacional.
“Ambas compañías perseguimos el objetivo de aportar valor agregado al cultivo y a los productores, liderando la transformación de la cadena del algodón para el acceso a nuevas tecnologías en Argentina”, indica Becco.