La cebada atraviesa lo que parece será una muy buena campaña 2022/23. Hay buenas condiciones para la siembra, que según datos privados ya que ronda el 20% de la superficie proyectada. Los precios también son buenos y el cultivo promete rentabilidad.
Además, a diferencia del trigo, el otro gran cereal de invierno, la intervención oficial en este caso se limita solamente -como si eso fuera poco-, al pago de derechos de exportación y el impacto de las retenciones cambiarias, que pegan parejos en todos los cultivos. Pero por suerte no hay cupos ni volúmenes de equilibrio.
El consultor Fidel Cortese explicó que es la intervención al trigo uno de los principales factores que alientan la siembra de cebada, una materia prima clave para la producción de cerveza. Por eso se estima que el área terminará creciendo entre 10% y 15%. “El área sería de 1,2 o 1,3 millones de hectáreas”, evaluó el especialista.
Escuchá la entrevista:
“El productor sabe que la cebada es un producto que está menos intervenido, porque nadie duda del abastecimiento y su comercio gana transparencia. Ante las buenas condiciones de siembra en el sur bonaerense, entonces vuelca más área que iba a trigo a cebada”.
En cuanto a los precios, el analista indicó que la forrajera tiene un valor FOB de 400 dólares a los que hay que restar los derechos de exportación y los gastos comerciales por lo que al productor le queda un precio de 340 dólares. La cebada cervecera, en tanto, tiene un precio FOB de 430 dólares y uno al productor de 365.
“Son valores alentadores. A pesar de la suba de fertilizantes y gasoil, hay margen de rentabilidad, aunque cuando se la hace en campo alquilado se achica significativamente”, dijo Cortese.
Un estudio de la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca confirma este favorable escenario:
RAE CEBADA_01_22-23
Además hay otros factores que alientan la siembra. “La cebada libera el lote 10 días antes que el trigo y eso permite un mejor cultivo de soja de segunda o maíz”.
También se puede ajustar el uso de tecnología: “En fósforo se usa las mismas dosis que en trigo, pero es más eficiente en el uso del nitrógeno. Se necesitan 26/28 kilos por tonelada de grano. Además en la cebada forrajera, como requiere un nivel de proteína, se puede ajustar más el uso de nitrógeno y así se evita fertilización tardía que se requiere en la cervecera o el trigo, y se achica el riesgo y el costo de producción”, indicó el especialista.
En este escenario, Cortese dijo que “la cebada llegó para quedarse”, pero también está seguro de que su crecimiento tiene límites.
Van reventando las primeras semillas de #cebada y se deja ver la punta de la radícula.
Este es el comienzo de lo que luego será una buena #cerveza.#agronomía #campo pic.twitter.com/MJG7u346cy— José Santiago Guazzelli (@Santiguazzelli) June 13, 2022
“En el mundo las 2/3 parte de la cebada se usan como forraje, pero es un mercado chico. El comercio global es de sólo 20 millones de toneladas, lo que frena al potencial de crecimiento y eso limita el desarrollo del área”, explicó el experto.
En Argentina de las 5/5,5 millones de toneladas que se producen, hay 1,2 millones que tienen como destino las malterias para la fabricación de cerveza. El resto se exporta: 1,1 millones de toneladas también para el sector maltero instalado en otros países y 3 a 3,5 millones de toneladas para el uso forrajero.
Hasta el año pasado el primer destino eran países africanos o de Medio Oriente, que alimentaban con este grano hasta a sus camellos, pero China irrumpió en el mercado y los negocios se redireccionaron hacia ese país, que pide un producto con una “calidad intermedia entre cervecera y forrajera, digamos que es una forrajera con poder germinativo para malterarla y producir cerveza”.