El flamante confirmado secretario de Bioeconomía (nombre que asumirá ahora la vieja y querida Secretaría de Agricultura), Fernando Vilella, presentó este tarde ante lo que se denominó “la vanguardia” agrícola de la Argentina su propuesta para torcer el rumbo de la política agropecuaria argentina, que en las últimas dos décadas estuvo signada por la confrontación con el gobierno kirchnerista. Además presentó su equipo, que curiosamente no incluye a ningún dirigente de las entidades agropecuarias tradicionales.
Vilella participó de una reunión convocada por empresas agropecuarias como ADBlick, y que reunió unos 200 invitados en una vieja casona de San Telmo que originalmente perteneció a Carlos Guerrero, el ganadero que inauguró con la importación del toro Tarquino no sólo una etapa de gran innovación tecnológica en el agro argentino, sino también aquella que dio origen a la famosa “oligarquía vacuna”. Es decir, fue una cita cargada de simbolismos. De hecho, el flamante funcionario, un académico que proviene de la Facultad de Agronomía de la UBA, fue presentado nada menos que por Héctor Huergo, el histórico editor de Clarín Rural y que incluso fuera funcionario de Domingo Cavallo en el INTA.
Parecería todo dicho. Y sin embargo la composición del equipo que acompañará a Vilella en este primer tramo de gobierno que comienza el lunes próximo es un variopinto de personas surgidas de todos los canteros e intereses, de un alto perfil técnico y de muy escasa relación con la estructura de las entidades de la Mesa de Enlace, que ni siquiera fueron convidadas formalmente a esta presentación. Desde el vamos, entonces, puede decirse que el nuevo equipo muestra un perfil con propia impronta.
En este contexto, el ruralismo tradicional mostró los dientes como para advertir que no es bobo. Por la tarde, horas antes de esta cita, Confederaciones Rurales (CRA) emitió un comunicado encriptado, pero sugerente, titulado “el compromiso ético de elegir a los mejores”, donde habla de algunos funcionarios del equipo de Vilella salpicados por algún caso inquietante. Los dardos estuvieron dirigidos a Germán Paats, ex presidente de la Fundación Barbechando, quien sonaba como subsecretario de Agricultura y Ganadería, el segundo de la cartera agropecuaria. A la hora de presentar los nombres, Vilella lo nombró apenas como asesor clave, junto a su jefe de Gabinete, el ex Maizar y presidente honorario de Aapresid Pedro Vigneau.
El cargo quedó por ahora vacante. Pero debajo, el director nacional de Agricultura recaerá en Nicolás Bronzovich, un productor de Aapresid, entidad que prestará a varios de sus miembros en un movimiento que hace acordar a cuando CREA incluyó a muchos de los suyos en el gobierno de Cambiemos.
Una ex presidente de la entidad que promueve la siembra directa, Pilu Giraudo, también se sumará al equipo de Vilella, como vicepresidenta del INTA, acompañando a un hombre cordobés que ya forma parte de la institución tecnológica, Juan Cruz Molina, quien se desempeña como director de la Regional Córdoba del INTA.
Luego Vilella confirmó a Agustín Tejeda Rodríguez, ex economista en jefe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, como nuevo subsecretario de Mercados Agropecuarios. Y una sorpresa fue la designación debajo de él, como titular del área de control comercial agropecuario, de Luis María Migliaro, un experto en comercio agrícola que ya había acompañado la prestigiosa gestión de Marcelo Rossi en la ex ONCCA. Es un guiño además al radicalismo, ya que Migliaro era el coordinador de la Fundación Alem.
Otra subsecretaría, la de Bioeconomía e Innovación, será asumida por Pablo Nardone, un experto en el tema. Belisario Castillo, empresario CREA de la región sudeste de Buenos Aires, será director nacional de Ganadería, mientras que el área de Producción Lechera será coordinada por Sebastián Alconada, que ya trabaja en esa área de la actual Secretaría de Agricultura. Las cuestiones de la producción forestal seguirán siendo coordinados por Sabina Vetter, en tanto que la Dirección Nacional de Negocios y Cooperación Internacional seguirá en manos de Maximiliano Moreno, en una idea de continuidad.
Luego habrá otros nombramientos. Tecnologías Digitales para Patricio Barbera; Bioenergía para Miguel Almada (un histórico del área), Prensa y Comunicación para Patricio Naveyra; Capacitación y Extensión para Leonardo Galaburri. Y un cargo especial para Leonardo Sarquís, ex ministro de María Eugenia Vidal, a quien Vilella le asignó la coordinación del Consejo Federal Agropecuario (CFA), que regula la relación con las provincias en materia agropecuaria.
En Senasa ya se habían conocido las designaciones de Pablo Cortese y Sergio Roberts para manejar el área verde y roja respectivamente. Ambos tienen una larga trayextoria técnica en el organismo sanitario.
Otro dirigente que coqueteó con el gobierno saliente (fue secretario de Agricultura de Luis Basterra) y que pertenece al riñón de los agroexportadoras (es funcionario de la cooperativa ACA) es Julián Echezarreta, quien volverá a con una función específica. “Vamos a generar una unidad de desregulación”, anticipó Vilella.