Federico Elorza es coordinador técnico de Casafe (la cámara de sanidad agrícola y fertilizantes) y especialista en buenas prácticas y uso responsable de fitosanitarios. Tiene un Postgrado en Alta Dirección en Agronegocios y Alimentación en la Escuela de Graduados Alberto Soriano, de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba). También un Postgrado en Principios Avanzados de Toxicología y Ecotoxicología en la Universidad de Guelph, Canadá. Es secretario de la Comisión de Productos Alimentarios y Presidente del Subcomité de Buenas Prácticas Agrícolas de IRAM y Miembro de la Comisión de Análisis de Riesgos y Toxicología del ICCAS (Instituto para la Cooperación Científica en Ambiente y Salud).
–¿Qué siente cuando escucha que los agroquímicos son “veneno” para los humanos y para el ambiente?
-Creo que la gente que usa esa palabra está preocupada. Hay una gran desinformación respecto de los productos fitosanitarios y también se han conocido ejemplos de malas prácticas al momento de aplicar un producto. Por lo tanto, creo que la afirmación es fruto de la incertidumbre, la preocupación, el desconocimiento y las malas experiencias.
-¿Por qué cree que cada vez se escucha más este pensamiento?
-Los productos fitosanitarios no son inocuos. Todos tienen su toxicidad: tanto lo de origen químico (agroquímicos), como los productos de origen biológico (por ejemplo Bacillus Thuringensis, insecticida biológico aprobado para producción Orgánica de Banda Verde) y los de origen natural (Sulfato de cobre, fungicida permitido en producciones orgánicas, el cual es banda azul o clase toxicológica III). Es muy normal temerle a lo desconocido y no todo el mundo conoce sobre el uso responsable de los fitosanitarios, por eso es tan importante la capacitación.
-¿Cómo lo trabaja Casafe?
-Llevamos adelante un fuerte programa de capacitaciones. Todos los años a través de eventos y jornadas, llegamos a más de 32.000 personas en todo el país, tanto a profesionales del agro como a personas que no tienen relación con el sector, por ejemplo: docentes y alumnos de escuelas primarias, secundarias, terciarias y universitarias. Estamos convencidos de que hay una forma más responsable y sustentable de producir. Y eso se logra a través de las buenas prácticas.
-¿Hay evidencia de que ese temor a los agroquímicos tenga un sesgo de verdad? ¿O para nada?
-En todas las actividades hay gente que hace mal las cosas. El agro no escapa a ello, pero yo realmente noto un cambio para mejor. Toda actividad humana provoca un impacto sobre las personas y el ambiente, lo importante es la dimensión de ese impacto. La producción sustentable, bajo BPA, es un claro ejemplo donde ese impacto se reduce al mínimo. Hoy trabajamos muchísimo en realizar entrenamientos y capacitaciones a los distintos actores del agro y, específicamente a los usuarios de las tecnologías de control de adversidades, como lo son los fitosanitarios o agroquímicos.
-Y a la vez: ¿Hay evidencia científica de que son inocuos?
-En ningún caso podemos decir que los agroquímicos son inocuos, básicamente porque no lo son. Son productos intrínsecamente tóxicos, pero no es lo mismo que un producto sea tóxico a que haga mal.
-¿Cómo es esto?
-El riesgo en el uso de fitosanitarios depende no solo de su nivel de toxicidad, sino que de cómo nos exponemos a ellos. Si reducimos la exposición, el riesgo en el uso de los fitosanitarios se reduce proporcionalmente independientemente de su alta o baja toxicidad. No hay productos inocuos, sino formas seguras de utilizarlos. Esto pasa con todo tipo de producto, no solo con fitosanitarios.
–¿Cómo es hoy dar un curso de PBA? ¿Incide este pensamiento que circula?
-Los usuarios de estos productos son cada vez más conscientes de que pueden generar un problema al ambiente y las personas si los usa mal. Por ende, tenemos una creciente demanda en capacitaciones en el uso responsable de fitosanitarios y las BPA.
-Las PBA, ¿son la clave para producir bien y cuidar el ambiente?
-Sí. Las BPA son la clave para una producción sustentable. Hoy no podemos pensar en producir sin implementar una serie de acciones en pos del cuidado del ambiente y de las personas; la sociedad lo exige y el sector productivo debe responder a esa demanda, y lo está haciendo con creces. Lamentablemente solo se ven los pocos casos de malas aplicaciones, los cuales nosotros repudiamos y deben ser resueltos por las autoridades. La implantación de las BPA no es solo una acción de los productores sino un trabajo integrado por todos los actores, producción-sociedad-Estado. El control por parte del Estado, sea nacional, provincial o municipal, es la clave para lograr el éxito en esta implementación.
-Si pensamos en los fitosanitarios de 10 años atrás. ¿En qué cambiaron?
-Los productos fitosanitarios que se utilizan hoy son mucho menos tóxicos que los que se utilizaban hace 10 o 20 años atrás. Por un lado, el sistema de registros ha incorporado una gran cantidad de estudios adicionales de corto, mediano y largo plazo. Hoy se presentan más de 120 estudios al SENASA y se demora entre 11 y 12 años la salida de un producto nuevo al mercado, desde que se comienza la investigación hasta que llega al campo. Estos estudios incrementan aún más la seguridad de los productos. Por otro lado, al proceso de estudio sobre el producto que saldrá al mercado, se incorporó un análisis de cuál será la toxicidad de este al salir al mercado. Como parámetro de selección se toman solo productos banda verde. Otro punto importante es que han mejorado considerablemente los perfiles toxicológicos y la tecnología de los coformulantes de los productos. Por ejemplo, en algunos casos la toxicidad disminuyó y su capacidad de evaporación se redujo. También cambió el conocimiento respecto al uso de estos productos. Hoy en día la aplicación de fitosanitarios es mucho más exigente. Hay muchos requerimientos a tener en cuenta para utilizarlos, por ejemplo: un carnet habilitante.
-¿Casafe tiene planeado promover alguna línea de bioinsumos, por ejemplo con Bokashi (y otros)?
-Casafe no trabaja en la promoción de ningún producto en particular. La cámara trabaja fuertemente en que los productos se utilicen responsablemente, no que se usen más. Es una diferencia muy marcada. En la actualidad, la industria repiensa las actividades y los productos en torno a cómo se pueden desarrollar de una forma sustentable y sostenible en el tiempo. Nuestras empresas trabajan toda la paleta de productos. De hecho, hoy el 74% de las empresas que conforman Casafe formulan y trabajan en la investigación y desarrollo de productos biológicos.
-En Bichos de Campo hemos realizado varias entrevistas a productores agroecológicos. ¿Usted cree que es posible producir sin fitosanitarios?
-Todos los sistemas de producción son viables y están disponibles para que el productor elija cómo quiere producir. Lo importante es que, sea cual sea el sistema productivo que se elija, debe hacerse de manera responsable. Hay una creencia que llevar adelante un sistema productivo específico es implementar BPA pero esa creencia es incorrecta. Implementar o no BPA dependerá de cómo el productor lleve adelante la actividad: las buenas prácticas y las malas prácticas aplican a todos los sistemas productivos. Si se trabaja mal, se genera un impacto mayor que si se trabaja bien.
-¿Cómo se hace para conciliar ambas miradas sobre la producción?
-Conversando. Abriendo espacios de discusión ‘constructivos’. Sin ‘grietas’. Hay mucho que aprender del sistema agroecológico para implementarlo en los sistemas tradicionales y lo mismo a la inversa.
-¿Cómo podemos empezar?
-Para llevar adelante un sistema de producción sustentable, hay que sacarse el ‘chip’ de aplicar por calendario y volver a la agronomía básica, hay que recorrer los cultivos, bajarse de la camioneta y caminarlos. Es clave monitorear y evaluar los umbrales de aplicación, realizar un manejo integrado de plagas y considerar otras opciones antes de aplicar agroquímicos para que el control de adversidades mediante esta metodología sea la última opción. Si hay que hacer uso de esta tecnología, debe ser responsablemente.
-¿Qué significa esto exactamente?
-Consultar con un profesional de la agronomía y que realice una receta agronómica para poder aplicar. Leer las etiquetas y cumplir con lo que dicen, ya que es un documento legal. Utilizar los Equipos de Protección Personal (EPP) al momento realizar la carga de los equipos, el lavado de los envases y la preparación de los caldos de aplicación, cuando se esté aplicando y, luego de esta acción. Usarlos también mientras se realiza el lavado de la pulverizadora. Y, por último, realizar aplicaciones responsables y eficientes, eligiendo los tamaños de gota lo suficientemente grandes como para que no se produzcan derivas. De esta manera se logra que el producto que aplicamos llegue al objetivo blanco y no a otro lado que no tiene que llegar.
Recordemos que los productos fitosanitarios, independientemente de su origen, no son productos inocuos, pero que hay formas seguras de utilizarlos. ¡Implementémoslas!