Facundo Steinbach tiene 23 años y hace más de 15 que, de un modo u otro, cría gallinas. Aunque también hace ganadería, es estudiante de Agronomía y pertenece al grupo de Cambio Rural “Aguas Turísticas de Villarino”. Pero empecemos con su faceta de avicultor.
“Empecé de muy chico con mis abuelos, en el campo y en el pueblo, en la zona de Villarino, sur de la provincia de Buenos Aires; arranqué a los 6 años con las tareas básicas de cualquier gallinero y me gustaba mucho. Ya en 2013 me inscribí en la Sociedad Rural Argentina con un criadero de aves de raza New Hampshire, Orpington Negro Plymouth Rock barrado y Sussex Armiñado y empecé a competir”.
La clave de todo esto, cuenta el joven productor, es que “le encantaba” criar gallinas, por eso en 2018 sumó dos razas a su criadero: Orpington Leonado y Sedosa del Japón Blanca, esta última por ser buena madre y servir como incubadora. Por último el año pasado agregó la raza Rhode Island Red.
Otro factor que lo hizo volcarse a esta actividad es que le permitió ganar dinero desde muy chico. “Tengo todos animales buenos, puros… ¿por qué no tener un animal bueno si come y ocupa el mismo lugar que uno que no es bueno y a la vista siempre es más lindo? Lo único que cuesta es la inversión inicial pero soy bastante perfeccionista y me gusta hacer las cosas bien”, cuenta Facundo.
Lo que le pasa en este momento es que se le está complicando el trabajo por una cuestión de tiempos: estudia en Bahía Blanca y el criadero está en Hilario Ascasubi, a 100 kilómetros de allí. “Estoy criando pocos anímales y de la manera más sistematizada posible como para que no dependan de la presencia de una persona”, explica.
Y agrega: “Los criadores me van a entender, no es tan fácil conseguir a alguien que haga lo que hay que hacer y bien, hay que estar atento a muchas cosas y a la vez el negocio no deja tanto margen como para tener un empleado, así que hago lo que puedo a la distancia y viniendo lo más posible a Ascasubi”.
“Con el sistema que tengo a los animales el agua y la comida les duran unos 15 días pero a eso hay que sumarle limpieza, desinfección, mantenimiento de las instalaciones, anillado, dar antiparasitarios, antibióticos, cambio de corrales y luego la tarea fina de cualquier criador que es observar y seleccionar a los animales, estando atento a cualquier detalle fenotípico que expresen, este es el secreto”, asegura.
La crianza consiste en un ciclo de un año, donde los machos se venden con unos 8/10 meses de vida y las hembras un poco antes. “El ciclo dura aproximadamente un año porque no todos los animales nacen ni se venden el mismo mes. En ese ciclo hay varias etapas que empiezan con el armario de planteles, por ejemplo un macho con dos o 3 gallinas de cada raza, luego se juntan los huevos, se ponen en incubadoras; o en las cluecas sedosas, se crían los pollitos con diferente alimentación según la raza, a los 3 meses se anillan y empieza la selección. También se apartan machos de hembras y se prepararan para ir a las exposiciones. En lo personal recomiendo que la alimentación sea lo más variada posible”, describe.
En cuanto a los clientes y al negocio, Facundo es terminante: el animal “10 puntos” nunca sale del criadero, ni siquiera va a las exposiciones y queda como reproductor; los de 8 y 9 puntos se venden en las ferias y los de 7 puntos se venden en el criadero, a gente de campo que quiere mejorar su plantel.
“Viene gente de la zona y de otros lugares por lo general a comprar machos que cruzan con sus gallinas con el objetivo es aumentar el tamaño de los pollos que luego venden”, explica. “Hay clientes que vienen directamente a mi criadero y colegas que ya saben que tengo animales buenos y me compran; hay clientes de todo tipo”.
“Lo más difícil para el productor avícola es el tema de las enfermedades, que siempre aparece una nueva”, reflexiona. “Lo que nos destaca entre nosotros y de otras actividades es ‘hacerse el ojo’ para seleccionar a los animales, nos regimos por un estándar de perfección para cada raza entonces el desafío como criadores de aves de raza es cruzar reproductores con distintos caracteres fenotípicos y lograr hijos lo más cercanos al estándar de perfección animal; a veces se tarda años en lograr eso, porque uno se concentra en un solo aspecto y en verdad es un conjunto de características las que hay que tener en cuenta”.
“Soy muy activo desde chico, me gusta hacer muchas cosas, por eso también me metí en ganadería”, dice entre risas. “A los 6 años mi abuelo materno me regaló una vaca Aberdeen Angus y tuve la suerte de que todos los años me dé un ternero hembra así que se fue armando mi rodeo y a los 12 años ya tenía 6 vacas; luego fui comprando otras y ahora tengo unas 50 madres que están capitalizadas en el campo de mi abuelo, o sea que el 50% es de él y el otro 50 mío”.
“Y por esto de ser inquieto también me sumé al grupo de turismo Aguas Turísticas de Villarino, porque siempre me gustó trabajar en equipo y el asociativismo, porque es una forma de ayudarse el uno al otro”, resume Facundo, “además hay un hermoso grupo de personas y eso motiva más todavía a hacer cosas”.
un ejemplo el chico,, Exitos
Más allá de la capacidad de este joven, la cual resulta sumamente importante destacar, me voy a quedar con algunas de sus palabras:
“Y por esto de ser inquieto también me sumé al grupo de turismo Aguas Turísticas de Villarino, porque siempre me gustó trabajar en equipo y el asociativismo, porque es una forma de ayudarse el uno al otro”, resume Facundo, “además hay un hermoso grupo de personas y eso motiva más todavía a hacer cosas”. Lo que le pasa en este momento es que se le está complicando el trabajo por una cuestión de tiempos: estudia en Bahía Blanca y el criadero está en Hilario Ascasubi, a 100 kilómetros de allí. “Estoy criando pocos anímales y de la manera más sistematizada posible como para que no dependan de la presencia de una persona”, explica.
“Y agrega: “Los criadores me van a entender, no es tan fácil conseguir a alguien que haga lo que hay que hacer y bien, hay que estar atento a muchas cosas y a la vez el negocio no deja tanto margen como para tener un empleado, así que hago lo que puedo a la distancia y viniendo lo más posible a Ascasubi”
Palabras claves: Asociativismo, Personal Capacitado, Sueldos Dignos y desde luego la impronta de quien gerencia este sistema productivo.
Es triste porque les tienen en jaulas a las pobres gallinas. Lo digo por experiencia propia porque me crié en el campo acá en misiones. Y nosotros nunca dejábamos en jaulas las gallinas, también criabamos ovejas y vacas y siempre libres. Pero bueno hay que tener espacio para tenerlas a las gallinas sin jaulas….
No me gusta ver a las pobres gallinas en una pequeña jaula. Se enferman y estresan muy rápido pero bueno cada uno hace lo que puede.
Yo viví en el campo toda mi vida y mi familia también y siempre hemos criado gallinas pero en libertad. Ovejas y vacas y tantos otros animales gracias a un buen amigo del INTA también teníamos muchas plantaciones. Tanto de frutas como verduras y hortalizas. Me gustaban las vacas lecheras y luego vender su rica leche . También teníamos plantaciones de caña de azúcar y un gran estanque de criadero de pescado.
Un ejemplo para otros jóvenes que desprecian la excelencia del trabajo trabajo. Argentina necesita más de estos muchachos.