Hay cosas que resultan muy difíciles de explicar para la tropa libertaria que acompaña a ciegas el proyecto político del presidente Javier Milei. Una de ellas, sin duda, será el último informe de la Fundación FADA que, desde hace años, mide la presión fiscal sobre el sector productor de granos en la Argentina. Y es que a pesar de las múltiples promesas del economista, la participación del Estado sobre la renta agrícola creció de 59 a 65% en estos pocos meses de gestión.
¿Cómo? Sí, textual… “El Índice subió 6 puntos desde la última medición de diciembre, los principales motivos son suba de costos y caída de precios”, según explicó Nicolle Pisani Claro, economista Jefe FADA, al dar a conocer un nuevo cálculo trimestral sobre la presión fiscal sobre una hectárea agrícola en la zona núcleo.
No hay margen para dudas: FADA es una fundación de productores de la zona de Río Cuarto que desde su origen, más o menos una década atrás, viene midiendo la presión fiscal sobre el productor de trigo, maíz, soja y girasol, tomando siempre en cuenta los mismos parámetros.
En este último informe, que se corresponde con los primeros 100 días de Milei en el gobierno, surge que 65% de la renta del productor queda en manos del Estado en sus diferentes niveles: 94% va a las arcas nacionales, 5% a las provinciales y el resto a los municipios. En diciembre pasado, esa misma presión se había calculado en 59%.
“Para entender por qué aumentó la presión tributaria hay que detenernos en qué mide el índice FADA: cuánto de la renta agrícola se va en impuestos. La renta es el resultado de restarle los costos de producir al valor de esa producción que hacemos. Si cae el precio o suben los costos, la renta se achica. Pero el tema es que los impuestos no se reducen en la misma proporción que la renta, es más, casi que no lo hacen. Es por esto que cuando el valor cae o los costos suben, la participación de los impuestos sobre la renta aumenta. Esto es lo que arrojó esta medición, por eso el Índice FADA es 6 puntos mayor que la última edición”, agrega Pisani Claro.
En palabras más sencillas, en este tramo de la historia agrícola de la Argentina los precios de los granos cayeron fuerte, los costos de producirlos subieron mucho, pero los impuestos no descendieron. Y es que pese a sus múltiples promesas de campaña, donde prometía eliminar las retenciones (el impuesto con mayor peso en estas ecuaciones), Milei mantuvo los derechos de exportación en 33% en soja, 12% en cereales y 9% en girasol. Estuvo incluso a punto de subirlas con la fracasada Ley Bases que envió al Congreso.
Esta es la explicación de Pisani Claro:
FADA, al dar a conocer esta inevitable mala noticia para la troupe libertaria, que muestra finalmente a un gobierno absolutamente insolidario respecto de lo que le sucede al productor de granos, explicó que además -como agravante- del 94% de la presión que corresponde a impuestos nacionales, hay 67% que son no coparticipables. Es decir que se los queda la Nación y no vuelven a las provincias, donde podrían tomar forma de obras o servicios.
“De aquí se desprende la discusión sobre el federalismo de un esquema en el que la mayor parte de lo recaudado no se reparte a las provincias, en una actividad que por definición es federal y está arraigada a las distintas regiones del país”, destacó Natalia Ariño, otra de las economistas de FADA.
La presión crece cuanto más agrícolas sean las provincias analizadas. “Córdoba registra un 64,9%, Buenos Aires 61,9%, Santa Fe 61,1%, La Pampa 62,9%, Entre Ríos 65,4% y San Luis 59,9%. Para medirlo, se conjugan los rindes, los impuestos provinciales y locales, y los fletes, que generan efectos diferenciados sobre cada uno de los cultivos. Así como la proporción de cada cultivo en el área sembrada de cada provincia”, expuso Pisani Claro.
En esta medición en particular crece también la presión fiscal de las provincias y municipios, ya que se consideraron los incrementos para el año 2024 de inmobiliario rural, tasas y guías municipales. En el caso particular del inmobiliario se han registrado, dependiendo la provincia, incrementos que van desde el 180% hasta 250%.
“En cuanto a los costos de insumos, el informe revela que los fletes se incrementaron 42% en pesos, frente a diciembre 2023. La labor de siembra 59% y la cosecha 132%. Respecto a marzo 2023, se ven aumentos en fletes del 206% y de labores entre 170% y 260%”, agrega Ariño.
Mientras que el promedio ponderado de cultivos a nivel nacional es de 65%, la participación del Estado en soja es del 68,4%, en maíz de 57,3%, en trigo de 83,9% y en girasol de 54,1%.
Sucede que la mayor caída de precios se presentó en el trigo, el cual a su vez indicó la mayor participación del Estado en la renta en marzo 2024. En este contexto y frente a la próxima campaña fina, los números comienzan a ajustar, considerando que esta caída de precios viene acompañada de incrementos en los insumos y servicios.
Te la explico, antes exportaban a $300 por dólar cuando valía $1.000 (70% previo impuesto), y ahora ese número está en $900 con el dólar a $1.000 (10%).
No por nada se exporta más. Saludos.
Antes que nada debo decir que ese porcentaje es muy duscutible, no obstante es verdad que no bajo la presion tributaria sobre el sector del campo , pero esto es absolutamente entendible , ya que estamos transitando un proceso el cual tiene etapas y la primera de todas es sanear y liberar, la economia a la vez que se hacen los ajustes correspondientes para bajar el gasto del estado y cumplir con el pago ineludible de algunas deudas , logrando consolidar una dinamica de deficit cero entre otras metas inmediatas , una vez generado el contexto economico necesario comenzar con la segunda etapa , dando comienzo a la reducion paulatina de retenciones , simplificacion y/o extincion de algunos impuestos , o sea primero se achica y reduce el gasto del estado y luego se reducen los impuestos .