Luego de mucho buscar, el agrónomo santafesino Tomás Pennisi dio al fin con lo que tanto angelaba: un sistema de producción de forrajes tan sofisticado que utiliza inteligencia artificial y sensores de varios tipos, lo que permite elaborar complejas dietas nutricionales para el ganado al mezclar diferentes semillas en la misma bandeja, en las dosis exactas.
Lo más novedoso es que Pennisi, que tenía mucha experiencia en producción hidropónica, no tuvo que salir del país ni irse a la sede de la NASA ni a ninguna universidad europea para dar con este novedad tecnológica, sino que la encontró en su propia provincia, en la localidad de Sastre.

Tomás Pennisi nació y reside en la capital de la provincia de Santa Fe, y lo que resalta en su historia laboral es que siempre ha sido un emprendedor. Lo primero que él cuenta es que en toda su carrera para ser agrónomo nunca le habían enseñado sobre el sistema hidropónico. Por eso le empezó a interesar luego de recibido y se tuvo que capacitar de modo autodidacta. En 2012 creó su propio emprendimiento de hidroponia con cultivos de verduras y aromáticas, en las afueras de Santa Fe capital.
Luego Tomás hizo capacitaciones en producción de forraje verde mediante el sistema hidropónico, pero notaba que las soluciones propuestas eran costosas y complicadas de manejar para los productores, siendo que la realidad argentina les reclama permanentemente bajar costos y en los últimos también reducir tiempos de mano de obra, tan difícil de conseguir. Además de que la relación precio/calidad sea óptima.

Relata Pennisi que en mayo de este año concurrió a un clúster del plástico en la localidad de Sastre, ubicada al centro oeste de la provincia. Allí participó de una ronda de negocios y conoció a los dueños de dos empresas que se acababan de fusionar en una alianza estratégica, para crear un sistema de vanguardia en alimentación animal. La empresa Fulling Energy SRL se unió al Grupo Pentre SA para aunar conocimientos y recursos humanos, con el objeto de crear SiloSiembra SRL, dedicada a la fabricación de proteínas para el mundo animal. En concreto, lo que esta firma desarrollaba era un sistemas de producción de forraje hidropónico, y a la vez automatizado.
Los socios habían creado dos años atrás unos módulos hidropónicos de forraje nutritivo para la ganadería, y hace un año ya los tenían listos para comercializar. Lo invitaron a Pennisi a conocerlo, pero como era novedoso y de reciente patentamiento, previamente se reunieron para una entrevista laboral. Como resultado de la misma, lo contrataron como vendedor y difusor de su novedoso sistema. Recién ahi lo llevaron a conocerlo.
“Comprobé que SiloSiembra es una empresa respaldada por gente de alto nivel científico-técnico y de larga experiencia -señala Tomás-, lo que desencadenó en un producto de vanguardia. La empresa nació como respuesta directa a un desafío global que lleva décadas sin resolverse, que es producir forraje de alta calidad, fresco o seco, rentable, con control absoluto de su composición nutricional y de manera constante. Por eso hoy se dedican a crear un ecosistema integral, que combina ingeniería agrícola avanzada, automatización, análisis inteligente, trazabilidad total y estrategias de nutrición de precisión”, cuenta ahora el ingeniero.
“Desde que conocí el módulo de forraje verde no dejo de asombrarme, y me volví un convencido de que es el producto que buscaba”, señala el ingeniero especializado en hidroponia. “Es que yo buscaba algo fácil de utilizar, rentable y eficaz, sobre todo, pensando en islas o en zonas de secano o de inundaciones, o de frío. Con el sistema ya no dependés del clima, ni necesitás superficie”, explica Tomás. ‘

El especialista contó a Bichos de Campo cómo es l novedoso sistema: “La empresa lo llama ‘núcleo productivo’. Es una unidad agroindustrial, autónoma, diseñada para producir forrajes verdes o frescos (FHV) y secos (FSH) bajo condiciones controladas. Consiste en un módulo de 4 por 3 metros, por 2 metros y medio de altura, que contiene 5 placas donde se colocan las semillas para germinar. Lleva colocada una bomba sencilla que no gasta mucho, y un filtro de agua; luces led para los días nublados y trabaja con agua de calidad, con conductividad eléctrica elevada”, enumera.
“En Sastre trabajamos con una conductividad de 2,5 y anda muy bien -continúa Pennisi-. Y si hace falta en el lugar, le colocamos un ablandador de agua. Posee dos sistemas de riego: por cascada y por aspersión. Las placas son curvas para que no se acumule agua y no se generen hongos. Además, está programado para hacer disparos de agua oxigenada, que es un sanitizante general, totalmente inocuo y económico”, asegura.
El ingeniero describe lo simple de su manejo: “Pasados los 9 días de promedio, ya tenés generado el ‘pasto’ nutritivo, verde o seco. Y lo tenés que sacar, porque si sigue creciendo, se debilita y pierde propiedades. Uno o dos días antes, se los deja de regar y lo cosechamos. Lo oreamos durante una tarde o un día, de modo natural, para que pierda algo de agua. No se debe secar mecánicamente porque pierde proteínas, sólo orear unos momentos”.
El proceso continúa del siguiente modo: “Lo desmenuzamos, luego lo metemos en una moledora común y al fin lo mezclamos con un poco de rollo o de maíz y lo llevamos al comedero. Lo ideal es servirlo bien fresco, pero se lo puede guardar en heladera, porque no hay que dejarlos al rayo del sol. Hemos llegado a producir pasto de excelente calidad, hasta con 54 grados centígrados. Una vez vaciado el módulo, se lo sanitiza y se lo vuelve a cargar (sembrar) con semillas”.

El agrónomo da más detalles: “El sistema es muy flexible, porque se pueden sembrar diversas semillas, como girasol, trigo, maíz, avena, cebada, centeno o sorgo. Cada módulo puede producir 1200 kilos de forraje con un ciclo de 8 a 12 días. Se ahorra superficie, ya que una hectárea puede producir la misma cantidad de pasturas que 200 hectáreas tradicionales”.
“Sirve para alimentar pollos, cerdos, cabras, vacas, ovejas, caballos de polo. No produce acidosis ruminal, es ideal para los que tienen problemas de dentición, mejora el pelo del animal, la fertilidad y permite acomodar las pariciones. Un operario, en dos horas puede cargar los panes y alimentar a sus animales”, añade entusiasmado.

Al preguntarle en qué se diferencia de otros sistemas similares que ya existen en el mercado, el agrónomo responde que “el módulo posee sensores que miden la temperatura, la humedad y el dióxido de carbono. La información es procesada por 5 inteligencias artificiales y poco a poco le irán agregando más, a fin de que la conversión de proteínas en carne y la alimentación en general sea cada vez más eficiente”.
Luego expone: “Nuestra exclusividad no está en la hidroponia, sino en nuestra metodología patentada de Forraje Nivelador Nutricional (FNN), porque transformamos simples semillas en una poderosa herramienta biológica. No sólo producimos forraje; diseñamos nutrición de vanguardia. Mientras el mundo habla de FVH como un simple ‘pasto fresco’, nosotros lo convertimos en una ciencia”, se apasiona el ingeniero.

Y profundiza: “Éste es el corazón de nuestras dietas de precisión, formuladas para llevar la salud, el engorde y la eficiencia de cada animal a un nivel que la alimentación tradicional no puede alcanzar. Es el alimento ideal para el momento ideal, asegurando que cada bocado se traduzca en máximo rendimiento. Combinamos estratégicamente los perfiles nutricionales de las distintas semillas. Sabemos exactamente en qué día y hora cada tipo de brote alcanza su pico nutricional para un objetivo específico: máxima energía, proteína de alta calidad, enzimas digestivas, etc. Remplazamos el núcleo ineficiente de las dietas basadas en granos. No competimos con el maíz, sino que lo estamos superando con una solución biológicamente superior, más sana y rentable. Esa es nuestra novedad”.
El santafesino da más información: “Al principio, proveemos nosotros de las semillas, aunque el productor puede buscarlas cerca de su campo. La conversión de semilla en forraje verde es de 1 a 8, es decir, que un kilo de semillas de trigo, produce 8 kilos de panes de forraje. El complejo de semillas, raíces y brotes tiene más del 28% de proteínas. El pan tiene 90% de palatabilidad (significa que al animal le gusta comerlo) y 85% de digestibilidad. La mayor concentración de micronutrientes y proteínas está en las raíces y ellas mejoran la fertilidad y la ganancia de peso en el animal”.
El desarrollo de la nueva firma se plantea de este modo: “El módulo es una estructura metálica, que queda fija en un lugar, lo armamos en el campo, capacitamos a los usuarios y lo dejamos funcionando en apenas 2 días”.

Tomás informa que “para alimentar a 100 vacunos se necesitan 10 a 14 módulos y se puede ir agregando hasta 100. Entregamos un software que va cargando información de todo el mundo a la Inteligencia Artificial y asistimos postventa 24/7. Porque la idea es resolverle y facilitarle todo al productor, hasta cuando no tenga luz”.
“La empresa posee un campo experimental con 10 vacas Angus, en la localidad de Sastre, con oficina, donde ha instalado 3 módulos bajo invernadero para exhibir, con tratamiento del agua”, nos invita,
Culmina Pennisi: “La empresa está lanzando al mercado una fábrica viva de nutrientes, que reduce riesgos, optimiza recursos y abre nuevos mercados, porque la demanda mundial de proteína vegetal exige sistemas productivos más eficientes. Nuestros módulos van a servir para certificar los bonos de recuperación de carbono, y a futuro será un beneficio para exportar a la Unión Europea, que busca prevenir la desforestación”.





Que buenas información
Excelentes resultados a beneficio de los productores, agrícolas y ganaderos así como al mejoramiento ecológico