Las pérdidas que está produciendo la intensa sequía que solo no dan tregua a la zona núcleo, sus productores y sus pueblos. La situación tiene consecuencias en muchas de los actividades que el campo necesita para funcionar. Un pequeño productor, en ese sentido, recordó que es una verdadera rareza que el gasoil siga siendo más caro que la nafta, como viene sucediendo en los últimos meses, cuando es el combustible que necesita todo el andamiaje productivo para poder volver a poner primera y recuperarse.
Se abre una interesante paradoja. En el caso de los combustibles, el sector agropecuario tendrá una baja demanda de gasoil, ya que se sembró y se cosechará mucho menos de lo habitual. Además esto tendrá impacto en el transporte de granos en plena época de cosecha. Habrá menos producción y se estima que la logística también tendrá una actividad retraída en los próximos meses.
Los sectores de la producción y expendio de combustibles reconocen que la demanda será menor y tendrá impacto en sus ventas, tal como consigna el portal especializado Surtidores.com. En dicho medio, uno de los representante de los expendedores de combustible, Alberto Boz, declaró que la sequía implica menos venta de combustibles, y será un golpe duro para muchas estaciones de servicio que en la temporada de cosecha hacen el movimiento que las mantiene el resto del año.
A pesar de esto, la realidad de los productores agropecuarios es completamente distinta. Según lo que explica Norberto Berdini, uno de los tantos productores agrícolas afectado por la sequía, los precios del combustible son exorbitantes y no están al alcance de ser pagados por los productores.
Berdini es agricultor en Coronel Domínguez, al sur de Santa Fe, y no pudo sembrar lentejas ni trigo durante el invierno, tampoco soja o maíz en la presente campaña.
Es por eso que enfatiza su reclamo: “Es desorbitante el precio de que estamos pagando el combustible los productores. Nunca el combustible (por el gasoil, lógicamente) superó a la nafta. Hoy el combustible está alrededor de los 300 pesos el litro. Ustedes imagínense lo que es para un productor, una cosechadora, un tractor en el campo, mil litros en el día lo hacen polvo”, en clara alusión a la demanda que habitualmente tiene el campo, y que se acerca a los 2.500 millones de litros anuales.
Mirá la entrevista completa con Norberto Berdini:
En la primera mitad de 2022 hubo una crisis en el abastecimiento de gasoil, pues el de producción nacional no alcanzaba y por la crisis de divisas las importaciones se encarecieron y fueron insuficientes. Esto provocó una situación insólita que hasta el momento no se ha revertido: el combustible que utilizan los camiones y las máquinas agrícolas pasó a ser tanto o más caro que la nafta de consumo de los coches privados.
Berdini profundiza y grafica con números lo que percibe un productor agropecuario, y como se hace cuesta arriba la adquisición del gasoil en este particular momento. “Nosotros vendemos el cereal a un dólar de 170 pesos (por el tipo de cambio oficial), al cual se le hacen las retenciones. El usuario dice bueno, pero siempre vale un dólar. A nosotros nos cuesta cerca de 2 dólares el litro de gasoil, porque nosotros vendemos a un dólar de 172 pesos con un 35% de retenciones, y pagamos el combustible a 300 pesos el litro. Tendría que haber un gasoil, como hay en otros países, subsidiado para el uso agrícola”.
Sobre ese pedido, aunque en período de improductividad forzosa, el agrícola agrega: “Cada día se hace más cuesta arriba desplazarse, viajar de un lado para otro. Hay que seguir viajando porque hay que seguir haciendo trámites, cosas que hacer, hay que viajar para hacer compras de insumos, para lo que sea”.
“En Europa hay muchos países que tienen un combustible que lo identifican con otro color, es el combustible agrícola. Ese tiene un precio diferencial en el surtidor. Siempre valió el combustible un tercio de lo que valió la nafta, y hoy vale un 30% más que la nafta. Esto es histórico”, reclama.