Que el Estado paga enormes sobreprecios a sus proveedores quedó claro días atrás, cuando el propio presidente Alberto Fernández ordenó dar marcha atrás con una millonaria compra de alimentos básicos al Ministerio de Desarrollo Social luego de que los medios periodísticos (uno de ellos Bichos de Campo) advirtieran sobre una exagerada sobrevaloración que dañaba los recursos del sector público. Ahora fue el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) el que iba a pagar 9 millones de pesos por un cargamento de alcohol en gel que finalmente terminará adquiriendo a 5 millones.
La historia de este nuevo atropello de unas pocas empresas a los intereses de todos los argentinos quedó escrita con la publicación este viernes en el Boletín Oficial de la Resolución 333/20 del Senasa, que terminó aprobando lo actuado en la “Contratación por Emergencia COVID-19 3/2020, correspondiente a la adquisición de insumos para la emergencia sanitaria”. Esto es, un procedimiento especial para adquirir insumos críticos para que el personal del organismo sanitario pudiera seguir trabajando en el marco de la cuarentena sin correr riesgos de contagio. “Los insumos de prevención solicitados son necesarios para el resguardo sanitario de los agentes del Organismo que prestan servicios en los puertos, aeropuertos, barreras y pasos fronterizos, como así también para aquellos que cumplen tareas en las oficinas de todo el país”, se explicó.
Esa compra directa (sin una licitación normal, por la premura de la necesidad) se lanzó el 27 de marzo. Mediante un correo electrónico el Senada invitó a tres oferentes habituales en el rubro a participar de una compulsa de precios, ajustándose a los parámetros de emergencia previstos por una serie de normas que habían sido dictadas esos días.
El 1 de abril se procedió a la apertura de las 2 ofertas recibidas, que correspondían a las firmas Maxxilimp SRL (CUIT 30-71246362-3) y Laborteknic SRL (CUIT 30-71495949-9). Ambas presentaron cotizaciones para vender de urgencia al organismo alcohol en gel en diferentes presentaciones. Dos días después, el 3 de abril, se analizar esas ofertas y se decidión “preadjudicar” los órdenes de compra. Era un viernes.
En total, el Senasa había decidido gastar casi 9 millones de pesos en alcohol en gel: MAXXILIMP SRL, ubicada en Caseros, iba a cobrar 2.425.840 pesos. Y LABORTEKNIC SRL, con domicilio en la Ciudad de Buenos Aires, otros 6.493.000 pesos. A la par se declararon desiertos otros renglones de la compulsa.
El lunes 6, después del fin de semana, el Boletín Oficial traía varias resoluciones del Ministerio de Desarrollo Social convalidando el escandaloso pago de 550 millones de pesos por varios miles de toneladas de alimentos con elevados sobreprecios de hasta el 80% respecto de los precios reales del mercado. Los valores que se iban a pagar en esa contratación, además, superaban los “precios máximos” fijados por la Secretaría de Comercio Interior para una serie de productos básicos.
A pesar de ellos, el Senasa emitió un día después, el 7 de abril, una Resolución en la que se aprobó la compra, a los valores fijados en torno a los 9 millones de pesos.
Pero ese mismo día, y mientras escalaba en los medios la escandalosa compra de Desarrollo Social, por la Decisión Administrativa 472 de la Jefatura de Gabinete, el gobierno estableció que “en los procesos de compra que se lleven a cabo para atender la emergencia en el marco del Procedimiento de Contratación de Bienes y Servicios no podrá en ningún caso abonarse montos superiores a los precios máximos establecidos” por Comercio Interior.
El Sensa quedó claramente en offside, aunque algunas fuentes consultadas dentro del organismo aclararon a Bichos de Campo que fueron ellos los que advirtieron sobre los elevados sobreprecios que iban a pagarse por el alcohol en gel y otros insumos para atender la emergencia. “Hasta que nosotros hicimos nuestra compra, no había precio de referencia y máximo para este insumo. Fuimos nosotros quienes instamos a Comercio a fijarlos. Comercio sacó a instancias de SENASA esto de los precios de referencia” para insumes médicos, dijeron en el organismo.
Como sea, a raíz del escándalo por los sobreprecios, había que revisar la polémica compra de alcohol en gel y eso fue lo que se hizo. Desde Senasa “se procedió a intimar a las firmas adjudicatarias a certificar que los precios cotizados en el mencionado procedimiento correspondían a los precios de mercado al 6 de marzo de 2020”. Obviamente que no era así, sino que eran muy superiores.
La resolución publicada ahora es muy puntillosa respecto de lo que sucedió con el pedido de revisión de las cotizaciones.
- La firma MAXXILIMP SRL aceptó el 17 de abril bajar su oferta de los 2.425.840 pesos iniciales a 1.904.230 pesos en el nuevo presupuesto. Esto se logró porque la firma aceptó vender los frascos de alcohol en gel de 250 cc a 275 pesos por unidad, “cubriendo solo el costo del producto y dando cumplimiento a la Resolución de Comercio Interior”, se explicó. El ahorro aquí fue de algo más del 20%.
- La firma LABORTEKNIC SRL, por su lado, aceptó el 20 de abril mejorar su cotización al cotizar los frascos de medio litro d alcohol en gel a 346,20 pesos y los de 5 litros a 2.750 pesos, aunque aclarando que “esos valores no contemplaban ni los gastos de flete, ni los dosificadores con traba de seguridad”. De este modo, el Senasa que iba a pagar originalmente a esa empresa la suma de 6.493.000 pesos, bajó el costo de ese insumo a 3.064.800 pesos. Es decir a menos de la mitad. El sobreprecio aquí era evidente.
Entre ambas operaciones, en medio del escándalo de las compras de alimentos, el Senasa redujo de casi 9 millones de pesos a solamente 5 millones de pesos el valor de sus compras de alcohol en gel. Un ahorro de 4 millones de pesos.
En el Senasa insisten que no fue el escándalo quien evitó negocio tan oprobioso para el Estado sino su propia actuación. Indican que por esos mismos días, el organismo desistió de comprar otros bienes porque se los intentaron vender mucho más caro de lo normal.
En efecto, por esos días se decidió dejar si efecto una licitación para adquirir barbijos y máscaras considerando que se pedían por ellos “precios abusivos”. También en este caso esa compra se realizó finalmente por una acción de compra directa con valores mucho más bajos que los consignados en la licitación realizada.
“Si tomamos el caso de los barbijos que se compraron, se observa que por compra directa se terminó pagando 30 pesos por unidad. Si se hubiera adquirido por la licitación que se dejó sin efecto, el precio pagado por unidad hubiera sido de 180 pesos. Esto es un sobreprecio del 500% sobre el valor de adquisición por compra directa”, explicaron las fuentes consultadas. En el caso de los guantes, el precio de compra se pudo bajar de 470 a solo 244 pesos. Y para las máscaras, el desembolso cayó de 1.050 pesos a solo 214 pesos, una cuarta parte.