Un trabajo de Fundación Vida Silvestre con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) establece que la ecorregión del Gran Chaco Americano -que abarca territorios en Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil y que figura segunda en superficie en Sudamérica después del Amazonas-, se convirtió en una de las tres áreas con mayores tasas de deforestación a escala mundial.
En esa región el avance de la frontera agropecuaria hizo que en el período 2010-2014 se perdieran 1,95 millones de hectáreas de bosques, a una tasa anual de desmonte de 0,94 %, comparable con los focos de deforestación más altos del mundo.
Por eso Vida Silvestre hizo un acuerdo de asistencia técnica con el INTA, con el objetivo de “modelizar escenarios futuros en esa región del país bajo distintas alternativas de expansión agropecuaria. Se proyectó que de seguir avanzando la deforestación para el año 2028 se perderían otras 4 millones de hectáreas de ecosistemas naturales, de las cuales 2 millones, en su mayoría bosques, tienen alto valor de conservación”.
No obstante, ambas entidades establecieron que “aún en los escenarios de restricción ambiental más exigentes es posible satisfacer la expectativa de crecimiento de la producción agropecuaria al 2028”.
Una de las herramientas que surgió para atender a la problemática puntual de la deforestación en el Gran Chaco Americano es Agroideal, mediante la cual ONGs, empresas como Bunge, bancos e instituciones de investigación se unieron para desarrollar un sistema online y gratuito que ayude a mejorar las decisiones de inversión en la expansión agrícola.
Se pretende realizar una evaluación de los riesgos socioambientales y de buscar que el desempeño económico traiga el menor impacto social y ambiental.
Agroideal fue desarrollada por las organizaciones ambientales globales The Nature Conservancy (TNC) y Fundación ProYungas, y busca una expansión sostenible de la soja. Es de acceso libre y gratuito y asesora al productor o la empresa sojera ofreciéndole un mapeo de los aspectos económicos, productivos, sociales y ambientales de la región chaqueña para que se pueda planificar la expansión en áreas ya abiertas y reducir la conversión de espacios naturales.
En ese mapeo se establece dónde hay parques nacionales, áreas protegidas, comunidades indígenas y zonas que no pueden ser deforestadas. Esa información a la que antes era complicado acceder ahora se encuentra en un mismo sitio: datos de productividad de soja, de mapas de poblaciones originarias y de superficies de bosques nativos se entrecruzan en un mismo sistema de inteligencia territorial que le permite evaluar al productor o empresa agroexportadora si su plan de negocios es rentable y sostenible.
El año pasado Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-Cec) expuso en un seminario sobre agricultura sustentable en Bruselas y mencionó el proyecto Agroideal.
“Desde Ciara- Cec venimos trabajando junto a TNC y el Grupo Petersen, una empresa dedicada a control, certificación e inspección de la producción de granos a nivel internacional, y llegamos a la conclusión de que la deforestación de esa región, incluso con prácticas que van en contra de la Ley Nacional de Bosques es de sólo el 1%”.
En diálogo con Bichos de Campo, Idígoras habló del lanzamiento de la Plataforma Argentina de Gran Chaco Sustentable para la producción de soja libre de deforestación y mencionó que están trabajando con la comisión europea para que Argentina tenga reconocimiento. “También estamos trabajando con la AFIP y con el ministerio de Agricultura en políticas especificas para brindar garantías en los próximos años de deforestación cero”, aseguró.
Acerca de la RTRS y las empresas argentinas que están asociadas a ella, Idígoras respondió: “Estamos en proceso de trabajo siguiendo los patrones de regulaciones que establece la Unión Europea, pero notamos que hay pocas empresas argentinas adheridas”.
“La realidad es que ha tenido poco eco en el país porque tiene requisitos que no son los que piden los mercados”, reconoció.
De las reuniones de trabajo de Agroideal también participa Vida Silvestre. La doctora María Eugenia Periago, coordinadora de manejo y producción sustentable de esa fundación, explicó a Bichos de Campo que se encargan principalmente de aportar información ambiental.
Periago se mostró distante de las manifestaciones de idígoras y aclaró que “la intención de Agroideal no es mapear el Gran Chaco argentino y demostrar que la soja no produce deforestación. Esas fueron declaraciones de Ciara en una conferencia en Bruselas que no son muy atinadas”.
La directiva de Vida Silvestre argumentó que “Agroideal es un sistema de soporte de toma de decisiones, básicamente centrado en la región chaqueña en donde se muestran los riesgos que tendría un productor o una empresa en expandir su área de producción hacia nuevas áreas”.
A modo de ejemplo, Periago describió que “si una empresa tiene el compromiso de no afectar comunidades indígenas entonces podrá ver en ese mapa dónde están situadas; también podrá observar áreas de deforestación, parques nacionales o áreas protegidas y de este modo la empresa podrá marcar la importancia de ese riesgo en su cadena y verá donde es posible expandir su producción minimizando ese riesgo”.
Por otro lado, Periago agregó que lo que arrancó como un grupo de trabajo para el desarrollo de Agroideal hoy se consolida en un espacio llamado Grupo Sectorial Visión Gran Chaco (ViSec) junto a productores, traders sojeros y certificadoras como Control Union donde se discuten los riesgos de deforestación en la cadena. El mismo es liderado por la ONG The Nature Conservancy (TNC) y coordinado por Hernán Zunino que además es el coordinador de Agroideal en Argentina.
“Es un ámbito de discusión que seguramente tome mayor impulso”, remarcó Periago, ya que la idea es formalizarlo en un espacio donde puedan tener discusiones con una estructura de gobernanza más explícita y un sitio web donde se puedan reflejar sus acciones.