“El país perdió divisas, perdió (recaudación por) retenciones y los productores están engañados; que esto lo explique quién lo tenga que explicar”. Así lo indicó hoy el analista de mercados agroalimentarios y presidente de la consultora Nóvitas, Enrique Erize, durante una charla brindada en el evento “A Todo Trigo” que se desarrolló en la ciudad de Mar del Plata.
Erize explicó que, luego de la habilitación del cupo de exportación de trigo 2022/23, que comenzará a embarcarse en diciembre próximo, el Ministerio de Agricultura fijó un valor FOB oficial del cereal artificialmente bajo respecto de los parámetros internacionales.
Como tanto la liquidación final de divisas, que se realiza luego de concretar el embarque, como los derechos de exportación, que se abonan por adelantado, se determinan en función del FOB fijado al momento de registrar una exportación, el hecho de que dicho valor sea menor al vigente en otros mercados de referencia implica una ventaja comercial para el exportador, aunque, como contrapartida, representa una desventaja para el Estado nacional.
Por ejemplo: el FOB de trigo argentino 2022/23 se encuentra actualmente en 425 u$s/tonelada, mientras que el trigo estadounidense más básico de la categoría Hard Red Winter –comparable al cereal argentino– tiene un FOB de 538 u$s/tonelada para embarque en diciembre de 2022. La diferencia es gigantesca.
A fines de diciembre de 2021 se habilitó un primer cupo de exportación de 2,0 millones de toneladas de trigo 2022/23, el cual fue ampliado a 10 millones a fines de marzo pasado. De ese total, ya se inscribieron embarques de trigo 2022/23 por 8,26 millones de toneladas, lo que representa una situación inédita en el mercado argentino.
“Los exportadores, que llevan comprados apenas 3,22 millones de toneladas de trigo, ya declararon ventas por 8,26 millones; alguien se lo permitió”, dijo Erize en referencia, obviamente, al Ministerio de Agricultura. “En este negocio el más lerdo le pone un supositorio a una liebre en tierra arada”, graficó.
“Argentina tiene un lastre: los supuestos expertos del Ministerio de Agricultura leen los mercados al revés cuando les pagamos para que lo hagan bien; en vez de beneficiar al país, lo están perjudicando”, resumió el analista.
Erize además comentó que, al “planchar” el precio FOB oficial del trigo argentino, el Ministerio de Agricultura promueve, por extensión, un precio más bajo del FAS, es decir, del precio que reciben los productores.
Y advirtió que, al haber abierto el registro de exportación de trigo 2022/23 tan temprano, se corre peligro de que el mismo sea completado en algunas semanas más para luego cerrarse hasta nuevo aviso, lo que no será gratuito en términos de precios porque los exportadores se retirarían del mercado.
Erize dijo que el mercado de trigo argentino puede definirse con los conceptos de farsa, engaño o mentira, dado que “la plaza local del cereal están totalmente desvirtuada”.
Por último, recomendó tomar opciones de venta (PUTs) de trigo para asegurar “pisos” de precio del cereal 2022/23 en función de lo incierto que se presenta el panorama tanto a nivel local como internacional.