La semana pasada el gobierno nacional puso en marcha un nuevo sistema de monitoreo para controlar los volúmenes y precios de los productos básicos que se venden al mercado interno, otra “brillante” idea que ataca las consecuencias de los problemas y no a las causas en las que tanto tiene que ver la política económica.
Así lo explicó a Bichos de Campo Ércole Felippa, presidente del Centro de la Industria Lechera (CIL), quien anunció que en marzo, tal como sucedió en febrero pasado, volverá a subir el precio de la leche que reciben los tamberos.
Respecto del nuevo esquema de control de las empresas, el titular del CIL dijo que “lo vemos con preocupación porque es un avance más del Estado hacia la actividad privada. Eso claramente implica una mayor carga administrativa, más burocracia, hay que estar pasando permanentemente información de cantidades vendidas, volumen de producción, stock y demás, y esto con motivo del control del precio de los alimentos, cuando su suba es consecuencia del proceso inflacionario, cuyas causas hay que buscarlas en otras cuestiones”.
El dirigente empresario dijo en ese esquema, en el cual se controlan los precios a salida de fábrica pero no los insumos, hace que “la ecuación no cierre”.
“En nuestro caso, se trata de un alimento perecedero que no podemos guardar en depósito y además hay un montón de cosas que están faltando y eso afecta al normal abastecimiento de productos. De hecho, no encontrás ni una cubierta”, aseguró.
Por más controles que se pongan, “no se puede desafiar la ley de la gravedad y vender por debajo de los costos” agregó el referente industrial, quien destacó que, por otra parte, no hay muchas posibilidades de aumentar el precio mayorista de los lácteos, ya que el bolsillo del consumidor argentino está muy golpeado.
“Hay una realidad de mercado: si mañana desaparecen los controles de precios, el poder adquisitivo del argentino no está en condiciones de absorber grandes subas y por eso me parece que es importante avanzar en aquellas cuestiones macro para atravesar estas coyunturas complejas”, explicó.
Escuchá la entrevista completa a Ércole Felippa:
En tal sentido, dijo que es necesario atacar las causas de la inflación y no sus consecuencias y destacó que el Estado debería revisar su participación en la cadena y en los precios, ya que de cada 100 pesos de un producto láctea, 42 son impuestos.
En cuanto a la posible evolución de los precios que las industrias pagan a los productores, el presidente de CIL dijo que “las industrias necesitamos procesar leche porque si no los quebrantos que genera tener capacidad ociosa son mayores que salir a pagar sobreprecios, como estamos haciendo ahora” y que “para la leche que se entrega en marzo va a haber un aumento parecido al de mes pasado, porque está faltando leche.
Finalmente, destacó que toda la cadena productiva la está pasando mal: “La industria hace esfuerzo enorme para aumentar el precio al productor, pero a éste no le sirve porque no le cierra el número, dado que sus costos aumentaron más”.