Era de manual y era lo esperable. La baja de las retenciones a las exportaciones de granos elevaría los costos de las producciones de carnes, de leche y de todas las demás actividades que los transforman en otra cosa.
Son sectores que también sufren distorsiones fiscales, entre ellas el pago de derechos de exportación a lo que generan.
Le medida anunciada la semana pasada por Economía en beneficio de la cadena agrícola, que todavía se está intentando definir, puso en alerta a los productores de esos rubros que convierten granos. No sólo les preocupa la baja temporal sino que se implemente la prometida quita total del tributo, que si bien por ahora parece muy lejana, es un promesa que hizo el presidente Javier Milei, sin que eso vaya acompañado de otras medidas.
Roberto Domenech, del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), evaluó: “Si la baja o la quita de derechos de exportación genera una suba en el precio de la soja y del maíz, por supuesto que aumentaría el costo de producir carne de pollo y eso debería transferirse al precio de la carne, pero hay que ver si el consumo lo paga”.
Si eso pasa, indicó que la medida debería ir acompaña de un alivio fiscal para este sector: “Deberían bajarse también las retenciones a nuestro sector, actualmente están en 6,75%, Si bajan tal como fueron anunciadas (para los granos), las del rubro avícola deberían caer al 4%”. Y si las eliminan para soja y maíz, se deberían eliminar por completo la de los pollos.
En el caso de la producción porcina, que las retenciones al maíz se reduzcan al 9,5% y las de soja a 26% haría que “el costo del alimento se incremente 2,65% mientras que el costo total aumentaría 1,65%”m según estimó Agustín Seijas, director ejecutivo de la Federación Porcina.
Agregó que si el gobierno siguiera en esa línea y decidiera avanzar con la quita total de los derechos de exportación el impacto sería importante y entonces habría que tomar otras medidas compensatorias.
En tal sentido indicó: “Se debería eliminar el diferencial de IVA entre el que se paga en las inversiones, que es de 21% y el que se aplica a la venta de carne porcina que es de 10,5%. Eso genera una crédito fiscal que no se recupera nunca y que limita las inversiones”. Seijas explicó que “a un productor chico en un año le quedan 40 millones de pesos trabados en ARCA, todo depende de la escala que se tenga”.
Según el referente de la entidad que reúne a los productores de cerdos, la devolución del impuesto no se está implementando desde hace años y las autoridades se amparan en la necesidad de sostener fiscalmente al Estado, pero eso lo cargan en la mochila de los productores.
Según los cálculos de la entidad por esa distorsión fiscal hay inversiones frenadas por 150 millones de dólares, lo que equivale 15.000 cerdas en producción. Eso a su vez incrementaría en 10% la producción de carne porcina.
“El mensaje que nos llega es que se pretende avanzar en reformas fiscales importante. Lo cierto es que no se puede seguir frenando inversiones de los sectores productivos que sostienen a la economía, eso no pasa en ningún lado”, aseveró.