A los ojos del productor y economista Robert Augspach, la remanida promesa de generar activos ambientales a través de la ganadería regenerativa a pastizal -y cobrar por ellos- no es una utopía sino que está pronta a concretarse. Todavía más, está convencido de que será el primer ganadro argentino en recibir ingresos en 2024 por la venta de bonos de carbono, lo que sin dudas marcará un sendero para el resto de quienes quieran recorrer el mismo camino.
Robert ha venido trabajando intensamente en el proceso para la certificación de este proceso de captura de carbono para distintos campos que administra y que forman parte de la Alianza del Pastizal, una grupamiento de 700 productores que están convencidos de que se puede hacer una ganadería regenerativa de los suelos y por lo tanto sustentable.
“Es una promesa que se va a volver realidad. Es lo que venimos esperando. De hecho hace tres o cuatro años vimos que en Australia un productor ganadero ya había emitido bonos de carbono para el mercado voluntario”, indicó Augspach en una charla con Bichos de Campo. En el caso argentino, lo novedoso es que “hace dos meses es que desarrollamos un contrato entre los miembros de la Alianza del Pastizal y Boomitra, una empresa americana, y organizamos el contrato que varios productores ya hemos firmado”, contó Robert, que espera estar vendiendo esos bonos no más allá de 2024.
El economista presentó su experiencia en la reciente reunión de la Alianza del Pastizal realizada en la capital de Santa Fe.
-¿Qué es ese contrato? ¿A qué se comprometen los productores?
-Los productores hemos implementado algunas prácticas conservacionistas que tienen que ver con el método de pastoreo básicamente, para proteger a la fauna autóctona. Frente a eso, Boomitra ha encontrado una forma de medir cuánto carbono diferencial podés enterrar en el suelo por estas prácticas. Nosotros, que empezamos a hacer esas prácticas hace tres años y las certificamos a través de Aves Argentina, firmamos ese contrato para monetizar esos tres años que estuvimos enterrando carbono, y los años futuros.
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En este intercambio hay otro actor que forma parte del juego, que es el depositario de los bonos. Se trata de Verra, una firma certificadora que maneja los datos del campo brindados por el productor, desde su ubicación hasta la actividad y la forma en que se mide y captura ese carbono. Al tratarse de un mercado voluntario, una vez emitidos los bonos estos deben ser vendidos para obtener un valor.
-¿El comprador existe o hay que ir a buscarlo?
-Hay que ir a buscarlo. Es parte del valor que agrega Boomitra. Ellos se encargan de organizarlo, preparar todo esto, hablar con el auditor. Asumen ellos todos los costos. El productor no tiene ningún costo adicional más que la membrecía de Aves Argentinas que ya la veníamos pagando.
-¿Crees que al final va a ser un premio esto de los bonos de carbono o es simplemente la aventura de construir un sendero?
-Son las dos cosas. Nosotros creemos en que se puede producir conservando, por eso somos miembro de Aves Argentinas. Yo pienso que hay plata al final del camino, que vamos a hacer plata por los dos lados. También porque al producir conservando, a largo plazo nuestra productividad va a aumentar.
-¿Porque va a aumentar la fertilidad de los campos?
-Exacto. Y en el corto plazo esto de los bonos yo creo que va a ser una realidad y va a ser otra fuente de ingresos adicional. Somos más de 200 los que estamos siguiendo este sendero, que es el sendero de implementar las técnicas a nivel de campo. Esto es un adicional más. Ese aliciente ya está en la sangre de toda la gente que está en esto.
-¿Así que dentro de un año serán los primeros ganaderos argentinos en cobrar por un bono de carbono?
-Ponele la firma. Seguro.