Elisabeth Avendaño nació en Suecia pero desde hace muchos años vive en el país y actualmente, junto a su hijo Gustavo, maneja la exclusiva cabaña de la raza bovina Sueca Roja, la única que importa el semen para el país. Para los que no están en el rubro, llama de inmediato la atención toparse con un lote de estas vacas lecheras: son robustas como las tradicionales Holando pero a diferencia de los tonos blanquinegros de éstas, las suecas tienen el cuero estampado de manchas rojas y blancas.
Elisabeth vive en el campo San Félix, de unas 600 hectáreas todas destinadas al funcionamiento de la cabaña y de tambo que tiene unas 350 vacas en ordeñe. Está ubicado a 7 kilómetros de Treinta de Agosto y a 40 de Trenque Lauquen, al suroeste de la provincia de Buenos Aires. La Serenísima les compra la mitad de la leche, y la otra mitad va para un Pyme.
Llama la atención, además del extraño color de estas vacas, la gran vitalidad de esta mujer, que a pesar de su edad permanece en la primera fila del manejo de esta establecimiento: Mirá la entrevista:
-¿Cómo llegó Usted a la Argentina?
–Por exigencia de mis padres estudié kinesiología en Suecia, pero yo era loca por los caballos y vine a la Argentina a trabajar con equinos. Estuve unos meses en un campo en La Pampa, cerca de Carro Quemado. Me encantó el espacio abierto y el monte muy silvestre. En Suecia sufría como una sensación de encierro. Porque allá todo está demasiado organizado y son muy estrictos en exigir que se cumplan las leyes y las normas. Y no me era fácil emprender algo nuevo. En cambio acá tuve una sensación de mayor libertad, a pesar de todos los problemas que indudablemente hay. Resulta que yo tenía un vecino en Suecia que había trabajado en Argentina y había estado en el campo San Félix, de Miguel Avendaño. Así nos conocimos con Miguel, nos casamos y como mi apellido es difícil para ustedes, uso el de él y me dicen “La Sueca”.
-¿Y tu marido ya tenía vacas?
-Mi marido manejaba el tambo vecino de los Polledo, que tenían muy buenas vacas Holando, con las que ganaban premios en Palermo. Pero eran vacas muy delicadas, tenían mastitis, les costaba preñarse. Después invirtió en un tambo propio, pero hubo una gran inundación en los años ’87, creo, y perdimos todo. Cuando se retiró el agua, Miguel se asoció con una gente que quería invertir en un tambo. Sólo teníamos el campo. Entonces sacó un crédito y montó un tambo nuevo, y la gente compró vacas Holando en Córdoba. En esa época vinieron vaquillonas servidas de cualquier manera y tuvimos muchísima mortandad en las pariciones. Yo me fui entusiasmando cada vez más y empezaron a nacer los terneros. Vi que había muchos problemas en las guacheras, entonces comencé a traer los terneros a la casa, y mi hijo Gustavo me los hizo sacar porque la casa se llenaba de moscas.
-¿Cómo conocieron la raza Sueca Roja?
–Como yo tengo familia en Suecia, íbamos todos los años y Miguel aprovechaba para conocer otras experiencias. Un día vio esta raza, que llamamos Sueca Roja, en un tambo, y les preguntó a sus dueños por qué la preferían a las Holando. Y le respondieron: “Porque no tienen problemas de salud, son muy sanas, longevas, dan buena leche…” Así fue que decidió empezar a importar semen, hace 35 años. Y fue muy fácil convencer a los socios de probar de cruzarlas. Recuerdo que de un 17% de terneros de mortandad, pasamos a un 4% con la Sueca Roja. Ahora tenemos menos aún, creo que un 2%.
-¿Y qué otros rasgos tienen estas vacas coloradas?
-La raza bovina Sueca Roja se ha creado en busca de la funcionalidad, no sólo por producción, sino en función de que no tenga problemas de salud, que no haya que ayudarla en el parto y se preñe fácilmente, que no tenga mastitis, y ese es el principal problema de los tambos. Es muy fértil, pare fácilmente y no necesita ayuda. Es una raza rústica que se puede mantener muy bien con buen pasto y algo de silo de maíz, por ejemplo. No necesita grandes cantidades de grano o concentrados, que te quitarían gran parte de las ganancias. Otra ventaja importante es la sanidad de la ubre. Con un manejo adecuado, no suele tener problemas de mastitis. Antes se hacía por prueba de progenie, por un trabajo de selección de los toros. Los toros cuyas crías contraían mastitis eran descartados. Eso se hacía antes por prueba de progenie. Hoy está la selección genómica que, en los toros jóvenes, con un mapeo genético, lo pueden ver en el ADN. En un banco genético han acumulado esa información desde los años 70. Esto no lo ha podido hacer ningún otro país y se pudo hacer gracias a informes de productores y veterinarios. En Suecia no podés comprar ningún antibiótico sin la receta de un veterinario, y el mismo, tiene que pasar la receta al banco de datos. Y la vaca queda fichada. Pero antes, tenían que mantener a los toros con vida, muchos años, cinco o seis, para poder ver las crías.
-¿Y productivamente tiene alguna ventajas?
-Otra ventaja es la calidad de la carne y la capacidad de crecimiento y engorde de los machos. Son animales de tamaño mediano, el promedio de la raza es de 500 a 550 kilos. No son muy grandes las diferencias en rindes. En leche, producen menos litros que las Holando, las mejores entre 30 y 40 litros, pero con sólidos muy altos, que la industria aquí reconoce y paga un plus importante, sobre todo por proteína. Eso combinado con bajo conteo de células somáticas hace que nos paguen un plus importante por la leche. Hoy estamos en 4% a 4,5% de proteína, que es casi como las Jersey. Eso es muy importante para la manufactura de los quesos. Y en grasa estamos en 4,6% o 4,7%. Hace varios años que estamos seleccionando los toros por producción de sólidos y se ve que está dando sus frutos. Lamentablemente nos dicen los productores que, en Santa Fe y en Córdoba, no pagan ese plus, que sólo les pagan por litro, pero no se si así en todos lados.
-Empezaron con esta raza hace 35 años. ¿Eran los únicos en la Argentina?
-Mi marido fue un pionero en toda América. Sabía que lo estaban probando en Australia, donde el manejo y los campos son muy parecidos a acá. Entonces él decía: ‘Si allá anda, tienen que andar acá’.
-¿Y se adaptó bien acá? Porque el clima de acá es diferente al de Suecia…
–En Suecia viven todos los animales estabulados. Pero se adaptaron muy bien a este clima y suelo.
-¿Cuándo llegaron a tener un rodeo puro?
-Se calcula que a las 5 generaciones ya es raza pura. Hace mucho que nosotros tenemos raza pura. Y como somos los únicos y acá hay mucha gente que no quiere inseminar, entonces nos compran toros. Vendemos muchísimos toros a gente que busca ubres sanas, facilidad de parto.
-Más allá de que la raza dominante en la lechería local sigue siendo la Holando, actualmente hay también hay muchos cruzamientos con Jersey y otras razas ¿Hay demanda de esta raza para cruzar?
–Sí. Hay muchos que usan Jersey, que como no es tan carnicera, están queriendo probar con la nuestra, que es muy carnicera. Mi hijo el otro día le llevó 1500 dosis de semen importado de Suecia a un productor grande que ordeña 1000 vacas.
-Quiere decir que ya se está multiplicando a paso firme…
-En esta zona hay cada vez más productores que nos compran semen, toros y vaquillonas, y varios productores ecológicos, porque les viene bien que las vacas sean tan sanas, ellos no tienen que usar antibióticos. Vemos que la mayoría de los que nos compran toros o semen están buscando bajar sus costos. No es un mercado fácil porque no es fácil convencer a la gente, ya que obviamente, como uno habla bien de su producto, no me van a creer así nomás. Pero si ven que al vecino le va bien, o empiezan a leer algo, tal vez quieran probar.
Un servidor y mi esposa de Tabasco, México estamos probando con la raza sueca roja, actualmente tenemos siete novillonas de media sangre, de las cuales tres de ellas están por criar ahora crías de sueco tres cuartos. Tenemos otras hembras pero más chicas, por lo que para tener un avance más rápido pretendemos obtener ovulos y de ahí embriones por el momento con esas media sangre, mientras logramos mejorar la genética.