El mercado interno tiene el poder de compra restringido y además se exporta menos por el cepo impuesto por el gobierno. Eso impacta en los precios del ganado para faena, que vienen cayendo en términos nominales y reales. La perspectiva no es alentadora.
En lo que va de julio el novillo promedió en el MAG (Mercado Ganadero Cañuelas) los 275 pesos por kilo vivo, lo que significa una baja de 3% con relación a los precios promedio de abril, cuando los precios tocaron un techo y a partir de ahí comenzaron a estabilizarse y bajar.
El novillito tuvo un precio promedio de 307 pesos y registró entonces una baja de apenas 0,5% nominal. Las vaquillonas promediaron 283 pesos por kilo vivo, lo que implicó una caída de 3%. Y finalmente las vacas en la primera quincena de julio rondaron los 183 pesos, por lo que cayeron 2,5% en valores corrientes, siempre en comparación de abril pasado.
Si se le calcula para este trimestre (abril/mayo/junio) una inflación acumulada de alrededor de 15%, la caída de los valores reales del ganado se acerca al 20% en tan solo 3 meses.
De lo contrario, hoy el novillo se debería estar negociando como máximo en valores corrientes de entre 340 y 350 pesos. Los mejores precios que se logran por esa categoría hoy son 15%/20% inferiores a esos.
Pero el contexto no ayuda a sostener los precios. Hay más hacienda que en los corrales y también más animales saliendo de los campos de recría y engorde a pasto, que no tienen el forraje necesario para retener al ganado por la falta de lluvias adecuadas.
La faena de vacunos se mantuvo estable en junio, pero con una mayor participación de las vacas
En ese contexto, y teniendo en cuenta la crisis económica interna, la demanda de matarifes y frigoríficos está operando con tranquilidad. Eso se refleja en los precios desinflados y la perspectiva es que siga así hasta fines de la primavera, ya que hay mucha hacienda en los corrales. Se garantiza así un abastecimiento alto en los próximos meses.
De acuerdo con los datos que publica la Cámara Argetnina de Feedlot, el nivel de encierre en los corrales llega actualmente a 71%: los establecimientos de mayor tamaño tienen 76% de ocupación pero los más chicos 35%. Esto da cuenta del nivel de descapitalización que tuvieron los feedlots de menor capacidad de engorde en los últimos años.
El analista Ignacio Iriarte dijo que según datos del Senasa hay 1,85 millones de animales en los feedlots, un nivel considerado muy alto. La seca favorece el ingreso de ganado a los corrales, pues los expulsa de los campos.
Por ahora el resultado del engorde a corral sigue siendo positivo. Según los cálculos de esa entidad, el margen bruto es de más de 9.000 pesos por animal, con la foto de inicios de mes. Pero luego, desde el inicio de este mes y tras la renuncia de Martín Guzmán al Ministerio de Economía, la creciente incertidumbre disparó las compras de la invernada. Los terneros se volvieron otra vez un refugio de valor.
La invernada mejoró el valor 10%, se volvió a negociar entre 380 y 400 pesos. La remontada tiene que ver con la crisis política, económica y cambiaria. Las declaraciones de los funcionarios y las medidas que se vienen tomando no hacen más que profundizar la incertidumbre, y por eso esas haciendas se volvieron otra vez tentadoras para los inversores interesados en custodiar su dinero.
Lo mismo está sucediendo con la hacienda de cría. Los precios mejoraron, tanto los de los lotes generales como los vientres con genética.
La intención de los operadores, aunque el resultado del negocio sea por demás incierto, es cubrirse como se pueda de la economía de corto plazo. Por eso se reinvierte en la tenencia de hacienda más allá de que la seca complica todo el panorama productivo y que no se espera por varios meses un cambio significativo en el régimen de lluvias.