En el marco de una medida que recuerda al intervencionismo propiciado por el ex secretario de Comercio argentino Guillermo Moreno, una funcionaria uruguaya suspendió este lunes de manera inesperada la exportación de ganado en pie.
Por medio de un escueto aviso firmado por Sandra Acosta Maguregui, encargada de la Dirección de División Sanidad Animal de Uruguay, se prohibió hasta nuevo aviso la exportación de ganado en pie con el propósito de intentar contener los precios internos de la hacienda y, por extensión, de la carne vacuna.
A pesar de la nefasta y reciente experiencia instrumentada por el kirchnerismo en la Argentina –que provocó una implosión del stock bovino del que aún el país no logró recuperar en su totalidad–, en el gobierno oriental de Yamandú Orsi alguien pensó que la opción intervencionista representa una buena idea.
Si bien la exportación de ganado en pie no es significativa en lo que respecta al sistema de formación de precios en el mercado uruguayo, sí lo es el hecho de que los integrantes del sector agroindustrial –junto con los clientes del exterior– ahora saben que Uruguay es un país que puede cambiar las reglas de juego de manera imprevista.
De todas maneras, la inflación minorista en Uruguay está lejos de tratarse de un problema con un nivel que se encuentra en apenas un 4,5% anual.
En los primeros cinco meses de 2025, según datos del Instituto Nacional de Carnes (INAC), la exportación de vacunos en pie fue de 116.864 cabezas, un 19% más que en el mismo período de 2024. Con respecto a enero-mayo de 2023, el incremento es del 65%.
Uruguay exporta hacienda en pie de forma habitual a Turquía y, en menor medida, a Marruecos e Irak, donde los establecimientos faenadores sacrifican hacienda con el rito halal, un método específico permitido por la ley islámica.
Este año, a partir de negociaciones de larga data, Uruguay había logrado la apertura del mercado de Israel para hacienda en pie, donde el sacrificio se instrumenta también a través de un rito religioso denominado kosher. En lo que va del presente año habían logrado embarcar casi 3000 vacunos hacia ese destino, que posteriormente se complicó con el inicio de la guerra contra Irán.
La mayor parte de los embarques de ganado vivo corresponden a terneros y novillitos para engorde, aunque, en menor proporción, también se exportan (o se exportaban) animales terminados.
El negocio, aunque cuenta (o contaba) con una baja escala, representa un nicho muy interesante por los elevados valores recibidos. En el año 2024 el total exportado fue de casi 300.000 cabezas versus 249.400 en 2023.
Una luz celeste en el camino: Uruguay ahora logró abrir el mercado de Israel para su ganado en pie