El Centro de Reproducción Animal (CRA) de la Estación Experimental Agropecuaria Chubut del INTA investiga desde hace años la implementación de técnicas modernas para la producción de embriones in vitro. La optimización de algunos procedimientos en ese laboratorio posibilitó el nacimiento de los primeros corderos patagónicos a partir de tecnología in vitro.
“Estos 5 nuevos corderos nacidos es en función de avances en el procedimiento de la técnica, con ensayos que mejoran los rendimientos y la hace más eficiente, acortando los tiempos de cultivo embrionario in vitro, lo que genera menores costos en el proceso sin detrimento de los resultados”, señaló Andrés Buffoni, médico veterinario y director del CRA, un laboratorio que es fruto de un convenio entre el INTA y el Ministerio de Producción de Chubut.
Cuenta la revista RIA del INTA que en agosto de 2020 se comenzó con un ensayo cuyo propósito fue evaluar la viabilidad de los embriones producidos in vitro acortando los tiempos de cultivo in vitro hasta dos días de desarrollo para, posteriormente, continuar con el proceso in vivo dentro del útero de una oveja receptora de embriones.
“En este ensayo se logró un 25% de preñez, lo que es ligeramente superior y con el beneficio de realizar un procedimiento in vitro más corto y menos costoso, que incluso puede implementarse con menor infraestructura y equipamiento”, destacó Buffoni.
De este primer ensayo nacieron 5 corderos con pesos equivalentes a los obtenidos en la reproducción natural. Por lo que, según el equipo de investigación, esta estrategia tiene potencial de aplicación y constituye una línea de trabajo de interés para investigar variantes en los protocolos para su aplicación en mejoramiento genético ovino.
El Centro de Reproducción Animal INTA-CORFO en Chubut está trabajando en el desarrollo de protocolos y estrategias para llevar esta alternativa biotecnológica como planes de mejoramiento genético de la producción ganadera ovina.
A pesar del potencial que presenta esta técnica en el ámbito productivo, para el grupo de investigación es necesario desarrollar una serie de estrategias y ensayos para que su aplicación alcance una producción sustentable de corderos partiendo de animales genéticamente seleccionados.
La escasa cantidad de óvulos que se obtienen en cada procedimiento de aspiración folicular laparascópica (LOPU), técnica utilizada para extraer óvulos de donantes vivas, es una de las principales limitaciones a las que se enfrentan los investigadores. Por esta vía es posible obtener entre 8 y 12 óvulos en cada intervención, permitiendo lograr 3 o 4 embriones en cada proceso, procedimiento que puede realizarse en la misma oveja cada 15 días.
“Mientras en bovinos se pueden obtener hasta 40 o 50 óvulos en una sola maniobra de donantes de alto valor genético, en ovinos sólo podemos sacar entre 8 y 12 óvulos. Si en cada trabajo logramos un número reducido de embriones, pero de bajo costo, entonces necesitamos desarrollar métodos para alcanzar una cantidad mayor”, explicó Buffoni.
Partiendo de métodos aplicados en el sector bovino y con el estímulo de avanzar en líneas de investigación y transferencia tecnológica, el CRA realiza ensayos orientados a seleccionar y estandarizar protocolos de crio-preservación de óvulos y embriones. Las técnicas utilizadas son el congelamiento convencional en etilenglicol y la vitrificación.
A través de estos procedimientos se busca experimentar con diferentes composiciones de crio-protectores, curvas de enfriamiento y protocolos de vitrificación en ovocitos y embriones en distintos estadios de desarrollo.
Livio Sala, biólogo y responsable del área de producción de embriones in vitro del CRA, especificó los procedimientos efectuados: “Los ensayos son de vitrificación y congelamiento de embriones producidos in vitro. También descongelamiento y cultivo para ver cuántos de los embriones sobreviven”.
De esta manera, a partir de ensayos intentan transferir embriones previamente vitrificados o congelados “para evaluar los porcentajes de preñez que podemos obtener con estos métodos y protocolos que estamos poniendo a punto”.
Después de la fecundación sucede una etapa de desarrollo o de cultivo que lleva seis o siete días aproximadamente, la que se realiza in vitro en estufa de cultivo. “Intentamos obviar esa etapa y en lugar de hacerla in vitro hacerla in vivo: un óvulo recientemente fecundado, conocido como embrión temprano, es transferido a una receptora. En vez de hacer el cultivo en la estufa se hace directamente en la oveja para evaluar si da mejores resultados que in vitro”, indicó Sala.
Con este ensayo “buscamos estudiar si aumenta la viabilidad de esos embriones más tempranos o la cantidad de crías obtenidas por esta vía, o transfiriéndolos cuando son embriones más desarrollados”, apuntó.
Con el objetivo de elevar la cantidad de óvulos y embriones para ser transferidos, además de ajustar el procedimiento de aspiración folicular y trabajar en los distintos métodos de crio preservación, se puso el foco en la disminución de la complejidad de los procesos en la producción de embriones in vitro.
La meta es que puedan desarrollarse en ausencia de los altos controles ambientales del laboratorio, esto se debe a que uno de los principales problemas operativos es la contaminación con hongos y bacterias de los medios de cultivo.
En CRA también avanza en el armado de un banco de óvulos o embriones congelables que tengan una viabilidad importante para ser transferidos. “Como no contamos en ovinos con la cantidad de óvulos que se puede obtener, por ejemplo, de una vaca, estamos trabajando en la variante de armar un banco de óvulos y de esa manera procesar in vitro un número elevado de óvulos que se traduzcan en potenciales embriones para transferir en fresco en ovejas receptoras”, aseguró Buffoni.