Finalmente salió el sol en San Antonio de Areco. Y no es metafórico, porque recién el martes, tras el temporal que dejó más de 1 metro y medio de agua dentro de muchas casas, y a cientos de productores a la deriva, el clima presenta mejoras.
Salió el sol, pero queda mucho por hacer. Y eso mantiene en movimiento a toda la ciudad del norte bonaerense, cuyos vecinos han sacado recursos y energía de donde no tienen para ayudarse mutuamente. Los 460 milímetros que cayeron en el lapso de pocas horas dejaron a la zona diezmada.
“Esta es una ciudad muy solidaria. Lo que estamos viendo emociona”, aseguró Estanislao Ramos, presidente de la Asociación Regional de Productores Agropecuarios (ARPA). De hecho, recién pudo contestar el llamado de Bichos de Campo en uno de los breves descansos que tuvo en estos días tan agitados.
Así como Estanislao, que ha hecho repartos de víveres en gomones y tractores las últimas horas, hay toda una red de clubes, entidades e instituciones que trabajan a la par de los bomberos, el ejército y Defensa Civil. No se veía semejante desastre desde la última gran inundación, ocurrida en 2009.
Se estima que una cuarta parte de la provincia de Buenos Aires sufrió con el temporal de este fin de semana. En ese extenso radio, quienes se llevaron la peor parte fueron San Antonio de Areco, Carmen de Areco, Tres Sargentos, Zárate y Campana. En estas últimas 2 localidades, que están aguas abajo del Río Areco, llovió alrededor de 600 milímetros.
Recién ahora que sale el sol y el agua lleva varias horas escurriendo, muchos vecinos comenzaron a volver a sus casas. En el caso de los productores, sin embargo, la mayoría todavía no pudo pisar su campo y deberá esperar hasta la semana que viene. Así y todo, desde ARPA ya recorrieron la zona y tienen un estimativo del nivel de impacto que tuvo el temporal en el agro.
Los mayores daños, explicó Ramos, se concentran en los establecimientos ganaderos, en donde el agua “barrió” con los alambrados, dejó sin funcionar a los boyeros e hizo que se mezclara la hacienda. “Hubo terneras y vacas muertas, pero no lamentamos una gran cantidad de bajas”, agregó.
De todos modos, los cultivos no corrieron con mejor suerte. Hasta el pasado viernes, quedaba un 15% de soja de primera sin cosechar, de la cual mucho no se puede esperar, ya que el dirigente aseguró que “está perdiendo calidad día a día y se están abriendo las chauchas”.
Respecto a la soja de segunda, aún queda entre un 50 y 70% en pie, pero señala que, hasta el momento, no se ven grandes daños. Como se espera que el ingreso de máquinas demore mucho tiempo, por el nivel de anegación de los campos, Estanislao explicó que hay incluso productores que están en contacto con arroceras de Entre Ríos y Corrientes para evaluar si se puede cosechar con orugas. Como el arroz se cultiva con el campo inundado, esa tecnología sería una vía alternativa.
Para otros productores, como lo es el caso de los que apostaron por pasturas o colza, ya no queda mucho que esperar más que volver a sembrar lo perdido.
Así como sucedió en otras localidades, las obras de dragado que se hicieron hace algunos años en la cuenca no evitaron la inundación pero permitieron que el escurrimiento sea hoy más fluido. Se habla de unos 25 centímetros menos por día.
Es difícil preguntar por el porvenir en situaciones tan extremas. De hecho, hay todavía muchos vecinos fuera de sus casas y la principal preocupación es darle comida, víveres y mercadería a esa gente. Desde la entidad local dicen que van a evaluar el impacto una vez que pase la emergencia, pero que ya saben que se necesitará de ayuda estatal para salir adelante.
“Va a costar mucho tiempo y recursos recomponer alambrados, juntar la hacienda y recuperar los cultivos”, ilustró Ramos, que ha visto en todo en todo este desastre escenas surrealistas y mucha desesperación.
Algunas de ellas las ilustran el material compartido a Bichos de Campo. Vecinos que salen a ayudar en tractores, jóvenes que viajan en gomón a rescatar caballos y caravanas de productores que llevan víveres en sus camionetas. Así está hoy San Antonio de Areco.