Muchos productores del denominado “agronegocio”, que es como se resume malamente a las actividades comprendidas en la ganadería o agricultura más extensivas, se asustaron días atrás con la realización en el microestadio de Ferro, en el centro geográfico de la ciudad de Buenos Aires, de la primera reunión del Foro Agrario Nacional, un cúmulo innumerable de asociaciones representativas de la agricultura familiar, las comunidades campesinas y del minifundio. Había allí unos 3.000 personas, algunos hippies trasnochados. Pero la inmensa mayoría tenía los rostros cobrizos y las manos curtidas.
¿Por qué se asustaron los productores más acomodados de esta reunión de sus colegas más pauperizados? ¿Qué peligro puede suponer que las organizaciones de la agricultura familiar se reúnan y se pongan a discutir sobre su propia agenda de temas como para tratar de encontrar puntos de acuerdo y llevárselos a los diferentes candidatos que se presenten en un año electoral? ¿No es eso mismo lo que hacen las entidades de la Mesa de Enlace ante cada elección? Me hice estas preguntas al notar con preocupación que en las redes sociales muchos representantes de agro “bueno” se alarmaban frente a esta reunión del agro “malo”.
Podría contar esta historia diciendo que parecen existir en el país productores “blanquitos” que se asustan de una reunión de productores “negritos” o “morochos”, pero voy a evitar estos adjetivos porque me tildarían de cualquier cosa.
“Esto es lo que va a suceder si gana Cristina y pierde Macri”, llegué a leer en las redes sociales frente al acto de Ferro, que lamentablemente convocó a más dirigentes vinculados con el kirchnerismo que a dirigentes políticos de Cambiemos, que de todos modos estuvieron invitados a la cita y decidieron no asistir. “Están hablando de reforma agraria. Van a venir por nuestros campos si gana Cristina”, insistían los productores del lado más amable del campo, el que produce granos y carnes para los grandes mercados.
Esta discusión se ha polarizado al extremo, tanto como se polarizó casi todo en la Argentina, donde toda la historia parece resumirse a una elección de supuestos modelos diferentes encarnados en Mauricio (el adalid de los productores buenos, que tienen la entrada permitida a la Exposición Rural de Palermo) o a Cristina (que desde esta lógica binaria nuclearía a los productores malos y algo más morochitos).
Cabe aclarar que aunque en el encuentro de Ferro había muchas agrupaciones que se reconocen abiertamente como kirchneristas, como la corriente CANPO creada por Julián Domínguez o el Movimiento Agrario Evita del ex funcionario Emilio Pérsico, Bichos de Campo estuvo en el lugar y pudo verificar que las dos representaciones más numerosas (por lejos) eran la de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), y la del Movimiento de Trabajadores Excluidos Rama Rural (MTE). En ambos casos se trata de organizaciones surgidas de movimientos sociales (aunque la segunda de ellas está alineada con Juan Grabois, quien expresa cercanía con la ex presidenta), y que tienen una representatividad real en algunas zonas de los cinturones hortícolas y en ciertas economías regionales.
Hecha esta aclaración, vale la pena detenerse en el documento que surgió luego de dos días de deliberaciones en Ferro entre los integrantes de esas organizaciones, entre los cuales por supuesto había hippies trasnochados que pedían la “reforma agraria” y deploraban de la política del gobierno de Macri, pero también muchos dirigentes reales de comunidades de pequeños productores que ciertamente merecen ser escuchadas.
De entrada hay que aclarar que en ese documento firmado por todas las organizaciones solo se hace referencia en dos ocasiones a la “reforma agraria” que tanto asusta a los productores “buenos” que temen por el respeto a la propiedad privada y se imaginan a una Cristina revolucionaria que irá por sus campos si vuelve al poder.
Nada sería más extraño que eso, pero es lo que ellos temen: que Cristina vaya por sus campos. La experiencia indica que en sus 12 años de gobierno, el kirchnerismo se caracterizó por todo lo contrario, pues lo único que provocó es una concentración mayor de la riqueza. En general las políticas agropecuarias de ese “modelo” apuntaron a socavar la rentabilidad de los productores primarios para transferir ese dinero ya sea al Estado (por vía de las retenciones) o a eslabones más concentrados del negocio, como las cerealeras, los frigoríficos exportadores o los molinos (por vía de las intervenciones al mercado de Guillermo Moreno y Ricardo Echegaray).
Además, en el documento las menciones aisladas a la “reforma agraria” se utilizan casi como una expresión de deseo, o como el final de un camino que incluso para estas organizaciones parece muy lejano.
Estas son las conclusiones del documento del primer Foro Agrario Nacional. Por favor, si usted es un integrante del denominado “agronegocio” cierre los ojos, respire profundo, sáquese los prejuicios por unos instantes, y piense si no comparte aunque sea alguna de estas reivindicaciones:
- Ley de reparación histórica de la agricultura familiar: reglamentación y aplicación de la ley con participación de organizaciones de productores/as familiares, campesinos e indígenas con asignación presupuestaria suficiente. Adhesión de las provincias a la Ley de RHdeAF.
- Democratización de las estructuras del sector público agropecuario con integración de las organizaciones y toma de decisiones vinculantes en sus intervenciones. Participación de las organizaciones del pueblo en el diseño, implementación y control de las políticas públicas agropecuarias.
- Realización de foros en las 24 provincias para impulsar una ley nacional de presupuestos mínimos de aplicación de agrotóxicos.
- Convocatoria a Foros Federales de discusión, análisis e implementación de una Reforma Agraria Integral.
- Regulaciones que impidan prácticas monopólicas en todas las cadenas agroalimentarias. (Leyes como observatorio de precios, ley antimonopólica y ley de góndolas)
- Mejoramiento de la infraestructura rural: caminos, servicios, comunicación.
- Acceso a la tierra: Tierra para quien la trabaja, Tierra como hábitat.
- Fomento a la agroecología como política de Estado.
- Compra pública: un Estado que privilegie los productos del sector y de PyMEs, proveyéndose de la producción de la agricultura familiar, y de las diferentes expresiones asociativas
- Fomento del Arraigo Rural
- Fomento de las cadenas cortas de comercialización para todas las cadenas productivas agropecuarias como política de Estado.
Como habrán notado, más allá de las consignas tribuneras (que también las hay en el llamado “agronegocio”), hay muchos reclamos de estos grupos de pequeños productores que son sumamente razonables y podrían contar con el consenso de todos, de buenos y malos.
La tan meneada “reforma agraria” queda allá lejos, demasiado lejos, como expresión de deseo de quien finalmente tiene un problema real de acceso a la tierra para producir.
Los dos proyectos legislativos concretos que se presentaron en el foro son uno de la UTT que reclama la creación de un programa del tipo Procrear para que los horticultores puedan acceder a financiamiento barato para adquirir su propia parcela. Y otro de la MTE que apunta a “defender” ciertos territorios productivos (como el Alto Valle de Río Negro) y los cinturones hortícolas del avance alocado de los barrios privados y las barriadas populares, que tanto afectan luego a los pequeños productores, desplazándolos hacia zonas más lejanas.
Nada extraordinario. Todo resultó en un menú de reclamos razonables que valdría la pena discutir aunque no estemos de acuerdo. Como dijo la dirigente de la UTT que habla en el video incluido en esta nota: “Nosotros necesitamos políticas públicas para nuestro sector”. Es exactamente lo mismo que reclaman muchas veces los productores que suspiran de alivio por creerse parte importante del agronegocio.
Pero bueno, eso parece no ser posible. La política argentina piensa poco en lo público y lo mejor para todos. Nos divide entre buenos y malos, entre macristas y kirchneristas, entre blancos y negros. Y así se reduce la agenda a una serie de consignas que solo provocan miedo y nos paralizan.
Precio justo y contrato social estable. y ganamos todos. el que produce y el dueño de la tierra. pero con una variación demencial del dolar y las tasas no hay negocio que pueda tener vida. no es necesaria ninguna reforma agraria, Capitalismo al palo, que todos trabajemos y ganemos lo justo. basta de avivados y mafias del mercado central.
Es muy poco serio del autor del articulo decir que la Reforma Agraria fue algo al margen del Foro pregonada solo por “hippies trasnochados”… un cachivache. Incluso esta planteada en el documento inicial donde se convocaba al Foro.
Es irreal la resolucion de la problematica de la tierra para los pequeños productores, (quienes son quienes generan el 70% de los alimentos que llegan a la mesa de los argentinos), sin plantear una reforma en la distribucion y tenencia de la tierra.
Estimado Matías ¿Te parece que no es para asustarse? Esto es socialismo siglo XXI. Salvo el arreglo de caminos todo lo demás es “queremos flan”. Pensé que podría estar bueno lo de ley nacional de regulación de fitosanitarios hasta que leí “agrotóxicos”. Desde 200 metros se ve para que palo patean.
Claro que es para asustarse. Todo es cuestión de perspectiva.
a) Si nuestro contexto fuera el de un capitalismo republicano de libre mercado estas medidas podrían ser la opinión de un demócrata de izquierda.
b) Pero siendo nuestra realidad un estatismo asfixiante donde donde practicamente no quedan actividades lícitas en la que se gane dinero sin evadir y/o sin eludir y/o sin ser beneficiario de alguna prebenda o promoción estatal, donde tenemos 6 millones de personas en la actividad privada y 20 recibiendo un cheque del estado… donde un estado demagógico concentra la mitad del pbi; todas estas medidas no son más que un paso más en ese sentido. El que nos falta para el precipicio.
Son planeros de grabbois o colectividades trabajadoras que le estan tomando el gustito a la prebenda (en los cortes de CTP hay cada vez mas bolivianos)
Si fueran auténticos y genuinos productores pedirían eliminación de retenciones, rebaja de impuestos. No han dicho una sola palabra.
Que hagan como tantos bolivianos que vinieron y progresaron o que vuelvan a Bolivia donde el socialismo los recibirá con los brazos abiertos y sin inflación.
ley de reparación histórica…. ????? Que se lo reclamen a EVO MORALES.
Todo lo que leo se resume en:
queremos tierra gratis
queremos subsidios
queremos puestos
queremos flan
Y con grabbois a la cabeza ya sabemos como termina
reparación histórica? porque no se dejan de joder