Cero sorpresa: el ministro de Economía Luis Caputo confirmó que el agro no forma parte de la agenda de políticas activas del gobierno de Javier Milei y queda así relegado –como viene ocurriendo hace décadas– como un sector proveedor de divisas y fuente de recaudación de recursos.
Caputo ofreció este miércoles un discurso ante empresarios en el 60° Coloquio de IDEA que se está realizando en la ciudad Mar del Plata, donde, además de algunas chicanas políticas –“todo el mundo sabe que son una manga de delincuentes y unos burros” dijo en referencia a la oposición– volvió a insistir en el catecismo mileísta: el déficit cero no se toca y la prioridad es bajar la inflación.
En los términos planteados por Caputo, eso implica que no existe intención alguna de revisar el actual esquema tributario, lo que representa claramente un problema para el sector agrícola con precios internacionales de los granos en descenso y recortados por demás por los derechos de exportación.
Sobre la salida del cepo, el ministro volvió a decir que no hay “una fecha” sino que “son condiciones” las que se irán evaluando para tomar eventualmente esa decisión. Es decir: hay cepo para rato, lo que implica que, más allá del acortamiento de la brecha cambiaria como producto del “blanqueo”, siguen vigentes las “retenciones cambiarias”. Otra cuenta que paga el agro.
Luego de un discurso un poco aburrido, Caputo fue entrevistado por José Del Rio, secretario general de redacción de La Nación, y ahí el funcionario ofreció algunas precisiones con mayor sustento.
– ¿Cuáles son los sectores de la nueva Argentina que ustedes ven con mayor potencial para el desarrollo?, preguntó el periodista.
– Depende de la iniciativa de cada sector. Hay un montón de sectores que nos pueden dar sorpresas como la inteligencia artificial (sic). El sector automotriz está creciendo a dígitos elevadísimos. El último mes 15% de crecimiento, 42% con respecto al año anterior. Por supuesto, el agro siempre va a ser un motor. Pero creo que principalmente, entre lo nuevo, todo lo relacionado con energía y minería va a ser un boom. Va a haber un boom energético en la Argentina de acá a unos cuatro años sin duda.
Está claro que Caputo imagina que la gran inyección de divisas y desarrollo provendrá de las inversiones impulsadas en el marco del Régimen de Incentivo de las Grandes Inversiones (RIGI), el cual ofrece importantes beneficios impositivos y cambiarios. Ese programa fue específicamente diseñado para el sector minero y energético y en este último ítem se incluyen los biocombustibles.
Pero eso, de refilón, sería el único incentivo para el sector agroindustrial. Ni siquiera está en el radar de Caputo el proyecto de promoción de biocombustibles que enviaron los gobernadores de la “Liga Bioenergética” al Congreso y que resulta esencial para poder justificar las inversiones programadas en bioetanol y biodiésel.
Si bien el agro argentino en su conjunto es el primer inversor en la economía, cada vez tiene menor “poder de fuego” porque viene perdiendo competitividad frente al resto de las naciones de base agroindustrial (empezando por sus vecinos).
La mala noticia es que no existe por el momento ningún otro sector que pueda tomar su lugar. El último dato oficial sobre utilización de la capacidad instalada en la industria muestra que ese indicador muestra una recuperación demasiado lenta y que está por verse cuándo logrará alcanzar los niveles registrados hasta fines del año pasado.
Es hora de que los productores no hagamos cargo de esta situación.
Vamos hacia una sociedad 80/20, con 80% de pobres y 20% de ricos, como el resto de Latinoamérica. Se eliminó la clase media que nos caracterizaba. La única posibilidad que tiene el gobierno de hacerse de más dólares es incentivando al campo. Particularmente fomentando el riego artificial, con lo cual se duplicaría la superficie sembrada, ya que se activarían zonas hoy improductivas o de bajo rendimiento. Debería ser una política de estado. Lo del RIGI es hambre para hoy y pan para dentro de cuatro años. Y en el mientras tanto que?