Los grandes medios de comunicación dan cuenta de que en las últimas horas se están produciendo algunos avances en la negociación entre el gobierno de Javier Milei y los bloques opositores en el Congreso, en aras de poder sesionar la semana que viene y dar media sanción al proyecto de ley ómnibus que incluirá una suba de las retenciones para los productos del campo. En esa negociación, hay una posibilidad concreta de que el gobierno acepte ampliar la cantidad de economías regionales exceptuadas del tributo, que de todos modos aumentaría para los granos y la carne.
Esto no garantiza por ahora un vuelco en la posición de muchos legisladores. Pero son avances concretos que Bichos de Campo pudo chequear de algunas fuentes involucradas en la conversación. Por eso se los contamos a nuestros lectores.
Primero hay que recorrer la historia reciente, conscientes de que seguramente esta estrategia ya estaba pautada de antemano, pero nos mantuvo entretenidos y ocupados a todos en las últimas semanas.
- Tras oficializar una devaluación que prácticamente ya se licuó por la inflación, a mitad de diciembre, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció una suba generalizada de los derechos de exportación al 15%, para recaudar unos 1.500 millones de dólares adicionales. Esa suba, en el caso de la cadena sojera, implicaría aplicar la alícuota máxima de 33%
- Luego, frente a las primeras quejas de la Mesa de Enlace, el secretario de Agricultura, Fernando Vilella, acordó una lista de 18 productos de las economías regionales (incluyendo la lechería) que seguirían tributando el 0%. Allí estaban las frutas, las legumbres, las hortalizas, los ovinos, y extrañamente para la vitivinicultura se inventaba una alícuota de medio término, del 8%.
- Entonces, como los que empezaron a patalear fueron los sectores que no fueron incorporados a ese listado, en la negociación en Diputados, ahora los funcionarios están mostrando voluntad de incrementar de 20 a 36 el listado de productos regionales que serían exceptuados.
- En este escenario, es probable que se desmantele gran parte de la resistencia de las provincias a la ley ómnibus y que ese paquetazo se discuta en sesión la semana próxima.
La pregunta del millón: ¿Qué productos se suman a listado del 0%?
Hasta ahora, según decía la lista de Vilella, estaban contemplados 18 complejos exportadores en la lista de exceptuados que el secretario Vilella anunció el 18 de diciembre, tras negociar con los ruralistas. Eran las cadenas olivícola, arrocera, de cueros bovinos, láctea, frutícola -con excepción del limón-, hortícola, del poroto, papa, ajo, arvejas, garbanzos, lenteja, miel, azúcar, yerba mate, té, equinos y lana. En tanto, la vitivinicultura se había anunciado con 8%.
Luego, Agricultura advirtió que se había olvidado de dos productos claves en el proyecto de ley que mandó al Congreso, y en los borradores había sumado al maíz pisingallo y a la nuez pecan. Por eso la lista subió a 20 actividades regionales exceptuadas.
Ahora, con las negociaciones para juntar los votos necesarios para al menos tratar de sesionar y discutir esta ley, que es mucho más amplia que este capítulo sobre derechos de exportación, se habla de una lista de 36 productos exceptuados.
Se sumarían, según los trascendidos, la vid (ya sin esa entelequia de 8%), la alfalfa, el girasol confitero, el maní, el sector forestal, los huevos. Falta ver qué sucederá con la pesca y el tabaco.
Entonces la lista de excepciones sería la siguiente: Olivícola / Arrocero / Cueros bovinos / Lácteo / Frutícola / Hortícola / Porotos / Lentejas / Arvejas / Papa / Ajo / Garbanzos / Miel / Azúcar / Yerba mate / Té / Equinos / Lana / Maíz Pisingallo / Floricultura / Forrajera / Ovoproductos / Jojoba / Girasol confitero / Alpiste / Mijo / Trigo sarraceno / Quinoa / Lupinos / Lino / Vitivinícola / Esencia del limón / Algodón textil / Forestal / Maní / Alfalfa.
Muchas provincias creerán entonces que habrán ganado una batalla. Estas modificaciones son claves para destrabar el apoyo de los legisladores de las provincias del cuyo, de la mesopotamia, de la patagonia y del norte tabacalero. Posiblemente también de Córdoba, de donde proviene 90% del maní y donde el gobernador Martín Llayora había anticipado el rechazo provincial a la suba de este peaje a los exportadores.
En la negociación, eso sí, los funcionarios de Economía se han mostrado hasta aquí inflexibles a cualquier negociación en torno a los derechos de exportación aplicados sobre los granos y las carnes, que aumentarían de 12 a 15% en el primer caso, afectando a los productores de trigo, maíz, cebada, sorgo y otros cereales. En diputados se discutió el caso de la malta, el derivado de la cebada con el cual se hace luego la cerveza, pero no hubo opción. Quedaría con el 15%.
Tampoco hubo chances de revisar, como pretendía la industria aceitera, la eliminación del diferencial histórico de retenciones entre el poroto de soja y sus derivados, el aceite y la harina de soja. Así, todas las posiciones de esa cadena pasarán a tributar el tope del 33%. lo que le asegurará a Caputo una recaudación adicional de 400 millones de dólares que será descontada de los ingresos de los productores agrícolas.
La carne vacuna, así como la de pollo y la de cerdo, serán los productos más afectados por la suba, ya que pasarán del 9% actual a 15% en el caso de la vacuna, pero del 5 al 15% en el caso de pollos y cerdos, lo que los dejaría prácticamente fuera de los mercados. En este caso, el gobierno contó con aval del Consorcio ABC de frigoríficos exportadores, que ha sido la única entidad sectorial que no criticó en público el aumento del tributo.
No ha sido hasta aquí el único tema de negociación en materia de retenciones. Una controversia del capítulo dedicado al asunto es que el Ejecutivo pretendía que el Congreso le delega las facultades de mover a su antojo las alícuotas -como en las mejores épocas de Cristina Kirchner- por los próximos cuatro años, hasta el final del mandato de Milei, el 9 de diciembre de 2027.
Esto ha sido rechazado de plano por los bloques opositores, pero no por las formas sino por el tiempo. Los más conciliadores a lo sumo están dispuestos a ceder esa facultad por el plazo de uno o dos años, lo que obligaría a rediscutir las retenciones en el Congreso a fines de 2024 o de 2025. Lo más probable es que gane la pulseada esta fórmula intermedia, que coincide con las elecciones legislativas de medio término, la primera gran evaluación electoral que tendrá la nueva gestión nacional.
El otro punto que habría “logrado” la oposición tiene que ver con el último artículo del capítulo, que autorizaba al Ejecutivo a mover las alícuotas definidas en esta ocasión tanto a la suba como a la baja. Aquí se sacaría la posibilidad de “aumentar” los derechos de exportación, de manera que éstos no podrán volver a subir para las economías regionales, no podrán exceder del 15% para los granos y la carne; y no podrán nunca pasar de 33% para la cadena sojera.
Podrá Milei, en caso de acordarse de sus promesas de campaña electoral, reducir el peso del peor impuesto que existe en la Argentina.