Los datos de los envíos a faena que informa el Senasa dan cuenta que los ganaderos mandaron a los frigoríficos el mes pasado 1,26 millón de animales, es decir un 19% más de cabezas que en junio.
En julio aumentó la faena de todas las categorías, aunque con diferentes porcentajes. La que más creció fue la de novillitos, que tuvo un salto del 24% respecto del mes previo. En novillitos el incremento fue de 17%, la faena de terneros creció 13%, la de vaquillonas 11,6% y la de vacas 11%.
En el caso de las categorías livianas, como terneros, vaquillonas y novillitos, el incremento tiene que ver con la salida de hacienda de los feedlot. En cuanto a la faena de novillos, también tiene que ver en parte con ese proceso, pero además con la baja competitividad exportadora que impidió que se cumpliera incluso con el mejor negocio que tiene el sector industrial que es la Cuota Hilton.
Por el lado de las vacas, el crecimiento se explica más por el anuncio el interés comprador de los industriales, lo que llevó a un incremento de los precios lo que se consolidó el inicio de agosto. Esto se dio primero por la mejora en los precios que paga China y luego por el anuncio -.ahora concretado- del presidente Javier Milei respecto de la liberación de retenciones para la exportación de carne de vacas.
Suponiendo un peso medio por res faenada de 226 kilos, el mismo que el mes previo, se habrían producido 284.760 toneladas res con hueso, si a ese volumen se les descuentan exportaciones por 70.000 toneladas, volumen levemente superior a los dos meses previos, habrían quedado 214.760 toneladas para el consumo doméstico.
Ese total, anualizado y en función de una población que según el INDEC es de 47 millones de habitantes, el consumo per cápita habría llegado a los 54,5 kilos lo que significa un 13% más que el promedio de este año. Para ser más precisos habría que contar con el dato certero del volumen embarcado, que podría haber sido incluso mayor al que se usó para el cálculo teniendo en cuenta que fue un mes largo y con mejores condiciones para exportar a China.
Aun si las exportaciones hubieran aumentado a 85.000 toneladas res con hueso, el consumo habría sido alto respecto de los meses anteriores y habría llegado a los 51 kilos, nivel que no se alcanzaba ni en este ni el año pasado.
Este aumento del abastecimiento interno de carne vacuna se suma a la alta oferta de carne de pollo, que ronda los 46 kilos por persona, y a casi 18 kilos de carne porcina. Esto implica que la población argentina cuenta con un consumo de carne vacuna de al menos 115 kilos y eso explica los moderados aumentos en los precios de la hacienda que, en los últimos cuatro meses, subieron entre 6% y 15% dependiendo de la categoría que se trate.
Avísenle a mi carnicero , porque no bajo ningún precio, la carne está imposible.